Libro de notas

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Cine a topicazos por Manuel Haj-Saleh

Manuel Haj-Saleh decidió un día poner sobre el papel esas eternas discusiones en las que se meten cinéfilos y cinéfalos cuando acaban de ver y disfrutar una mala película, plagarlas de lugares comunes e inundarlas de erudición vana para darles fuste. El resultado se llama Cine a Topicazos y podrán encontrarlo aquí exactamente cada diecisiete días.

El doblaje

El doblaje existe y es infinito: esto es un hecho incontestable, les guste o no. Desde que existe el cine sonoro nos hemos acostumbrado a ver y oír películas en nuestro propio idioma. Lo hacemos nosotros, lo hacen los franceses, los alemanes, los italianos, a veces los portugueses. Y, aunque todos coincidamos en que las versiones originales son las auténticas, mas de una vez nos hemos dejado vencer por el prodigio del sonido sincronizado. Incluso usted, sí, usted, cinéfilo impenitente y cultureta que me está leyendo, se ha colocado en el DVD de su casa –cuando no miraba nadie— una película americana doblada al castellano, por no tener que esforzarse en leer a esas horas de la noche. El doblaje en las películas es una técnica impuesta, impulsada y normalmente obligada por los propios estudios, para los que el gasto de pagar a unos actores de voces impostoras es calderilla en comparación con los millones de dineros en forma de espectadores iletrados que van a ganar a cambio.

Como casi todo en este arte, el doblaje surgió por necesidad. Por un lado, la necesidad de que las películas alcanzaran a un mayor número de espectadores en todo el mundo. Décadas antes de la aldea global, la diversidad de idiomas resultaba una altísima barrera a franquear. Si bien al principio se tomó como solución realizar varias versiones del mismo film (esto es, se rodaba la misma película con los mismos actores pero en otro idioma, casi siempre con los diálogos aprendidos fonéticamente), es evidente que el gasto en equipos, desplazamientos y sueldos limitaba mucho el campo de acción. La ventaja del doblaje era, pues, bastante clara: actores más baratos (por desconocidos), desaparición de cámaras y decorados, y ni siquiera era necesario producirlo en los estudios de origen, sino que podía realizarse en el país de destino. Incluso se podía externalizar la función a otras empresas ajenas a la productora, con lo que también ahorraban en plantilla fija. Y así, como si de una posesión demoníaca se tratara, aquellos rostros comenzaron a hablar lenguas que ni conocían ni habían estudiado.

Si tratamos el cine como el arte que es, la discusión sobre si el doblaje es bueno o malo se diluye inmediatamente: es malo y basta (a veces también basto). Por mil razones, pero sobre todo por una fundamental, casi perogrullesca: al doblar una película no sólo se superponen las voces de sus intérpretes, sino que prácticamente se sustituye una banda de sonido completa por otra. Ello hace que las películas dobladas “suenen diferente”, cargándose todo el trabajo de los ingenieros de sonido. Que son, para que nos entendamos, aquellos que hacen que una puerta al cerrarse suene como una puerta al cerrarse, que un trueno suene como un trueno que el bullicio de la Quinta con Broadway parezca real pero no “pise” los diálogos. Como ejercicio, búsquense una película que tenga muchos ruidos y pásenla luego en versión doblada. Verán que todos esos sonidos, o quedan degradados al ser (mal) simulados o, simplemente, desaparecen.

Ahora bien, el cine también puede interpretarse de otro modo, opuesto o complementario a la definición de arte (según el crítico que la haga), esto es, como entretenimiento. En ese caso el doblaje puede ser una virtud más que una tara. Gracias al doblaje, miles de personas entran en un cine a pasar el rato, a ver una película que les distraiga durante dos horas, a no pensar en nada y a no concentrarse “leyendo letreros”. Son un gran número de espectadores a los que las voces, los matices, los juegos de palabras y los ingenieros de sonido se la traen completamente al fresco y pagan su entrada simplemente para pasárselo bien. Es más, de no estar esas películas dobladas es probable que no fueran a verlas, por lo que el doblaje contribuye a que se produzcan, se exhiban y se hagan más películas. ¿Qué se pierden una parte importante de la obra? Naturalmente, pero el cine no es un arte exclusivamente sonoro, así que pueden disfrutar (y me consta que disfrutan) de la otra parte. Resulta curioso oír a la gente decir que tal actor o actriz son buenos, o que son sus actores favoritos, cuando realmente sólo conocen la mitad de su trabajo, pero es evidente que esa mitad les dice algo, les llega, con doblaje y todo. Y, como remate, hay que reconocer que a algunos protagonistas de esas películas, en particular de las de acción, se les hace un gran favor doblándoles, pues parecen mejores de lo que son. Hay otro tanto más, que no por obvio ha de ser olvidado: las películas de dibujos. Usted lleve a su niño a ver una peli de Disney con subtítulos y verá qué pronto se le duerme en la sala; no hay más preguntas, señoría.

Entendido el cine como negocio, el doblaje cumple una función muy prosaica, pero igualmente la defensa de la V.O. entre la industria nacional también la cumple: a menos licencias de doblaje, se piensa, más gente optará por ver películas españolas. Esto, terriblemente falaz, es uno de los grandes hándicaps del cine patrio, pero sería materia de otro artículo. Los franceses y los alemanes doblan también las películas extranjeras y ello nunca ha ido en detrimento de sus propios films. Parece, pues, obvio que el doblaje es una industria perfectamente asentada y cuyo futuro está asegurado. La pregunta es si ello va a resultar en una reducción de las posibilidades de ver versiones originales en las pantallas españolas. Y en este caso, quien esto escribe cree que no.

Creo que los principales enemigos del cine, es decir, Internet y la televisión, van a ser paradójicamente los que acaben salvándolo tal y como es. La inmediatez que Internet proporciona junto con la afición cada vez más creciente a series que tardan en llegar dobladas a nuestro país provoca que los espectadores utilicen medios como el P2P para descargarse cuanto antes esos capítulos de los shows que les enganchan como una droga. Como, evidentemente, no ha habido tiempo a doblarlos, sus fans los ven sin problemas en versión original, incluso con subtítulos, ya que siempre hay alguien en la red que se dedica a generarlos y compartirlos con el resto de usuarios. Dado que el fenómeno está cada vez más extendido, no sería raro que a medio (¿corto?) plazo esta nueva generación de usuarios, de espectadores, que abandona la rigidez de los horarios televisivos y de los pases fijos de una sala acabe tomando como cosa normal el ver y oír a los verdaderos actores, y como lugar extraño el oír la misma voz en Robert de Niro y Al Pacino, o en Bruce Willis y Kevin Costner. Hay que hacer notar, además, que a esto están también contribuyendo, y mucho, los actores de doblaje de última generación, monocordes y desprovistos de “ángel” en su mayoría; en definitiva, más malos que un dolor de muelas. Las voces clásicas del doblaje ya han fallecido, se están retirando o se pasan al otro lado de la pantalla, descuidándose. Y cuando los Rogelio Hernández, Joan Pera, Maria Luisa Solá o incluso el ubicuo e irritante Jordi Brau desaparezcan, probablemente esta profesión, en sí misma un arte dentro del arte, también se acabe diluyendo. Y yo disfruto sobre todo con las versiones originales, pero mis recuerdos y añoranzas de cine las oigo, siempre, con la resonancia de grandes dobladores. ¿Doblaje si, doblaje no? Yo digo: si ha de haber doblaje, que sea bueno.

Referencia: eldoblaje.com

Manuel Haj-Saleh | 21 de octubre de 2007

Comentarios

  1. Marcos
    2007-10-21 12:51

    Hay un argumento que escucho a menudo a favor del doblaje y que tú no tratas aquí: el hecho de que si hay subtítulos (y en España si no se dobla ha de haber subtítulos a narices) se pervierte igualmente la supuesta obra de arte, pues se imprime en la pantalla un objeto ajeno a la intención del autor; además, por muy habituado que se esté a leer subtítulos, se argumenta, es imposible leer y ver la imagen al mismo tiempo, con lo que también por ahí se pierde. Yo creo que el habituado apenas pierde, y en cualquier caso los beneficios son mayores que las pérdidas. Y digo más: si se emitiesen sin doblar los dibujos animados y los programas y películas para niños obtendríamos una doble ventaja: aprenderían idiomas y crecerían ya habituados a las versiones originales.

    CItas a varios países como dobladores, pero ¿qué pasa con los nórdicos? Es una pregunta, no tengo idea de si doblan o no, pero quizás fuese un buen dato.

    Magnífica la alusión a la importancia que va a adquirir el visionado de series en versión original, p2p mediante. Pura verdad.

    Saludos.

  2. Miguel A. Román
    2007-10-21 17:13

    ¿Y el doblaje de los musicales? Porque claro, una cosa es perdernos la voz nasal de Bruce Willis en la Jungla y otra quedarnos sin los gorgoritos de Topol en el Violinista anhelando ser rico, la de Julie Andrews en Mary Poppins con aquel trabalenguas del supercalifragilísticoexpialidoso o la de Rex Harrison en My Fair Lady, donde cantaba aquello de la lluvia en Sevilla tan famoso y que, claro, no era lo que él cantaba. Pero en este último ejemplo, como anécdota, tampoco la Hepburn entonaba los compases de “I Could Have Danced All Night” en la V.O., sino que la voz de flauta soprano provenía de una (desconocida) Marni Nixon, alias “la voz de Holliwood”.

    Aunque hay que reconocer que, normalmente, las distribuidoras han optado por dejar los números musicales en V.O. con Subtítulos, con algunas excepciones sistemáticas como la Disney, tal vez porque su público no es un experto lector.

    En general, en España, y en comparación con otros países de “nuestro entorno” se dobla bastante bien. Se ajustan bien los diálogos a las longitudes de las frases y casando muy ingeniosamente las consonantes bilabiales, se traduce con aceptable corrección buscando incluso reproducir los juegos de palabras, pero sobre todo, como has dicho, hay actores de doblaje con muchas veces mejor dicción y expresividad dramática que el maniquí al que presta el idioma.

    Por lo demás, seamos sinceros, parca fracción del cine tiene el valor artístico suficiente como para que su doblaje lo lastime significativamente.

  3. Xoán
    2007-10-21 17:34

    Cuando uno se acostumbra a ver películas sin doblar, el mejor de los doblajes resulta simplemente insoportable. Al final es una cuestión, sobre todo, de costumbre. No sé si alguna vez habeis tenido la experiencia de ver una película doblada a algún otro idioma que conoceis, pero que no os habeis acostumbrado a escuchar como idioma de doblaje, y percibir clarísimamente lo falso que resultan esas voces superpuestas a las del actor original, por muy bien hecho que esté. Y porque al final el doblaje ejerce una ilusión peligrosísima en nuestra cabeza, que acaba exigiendo que a la cara de Eastwood le corresponda la voz de Constantino García.
    Por otra parte, lo que se pierde en España en términos de exposición a otros idiomas es terrible. El español acaba transformándose en barrera infranqueable para el acceso directo a otros idiomas, operando como un monopolio lingüístico impuesto, a narices, a todo el mundo. Como política lingüística, dada la dificultad de ver una buena película en versión original en los cines de España, me parece simplemente detestable.
    Y no sé a quién se le ha ocurrido, en muchos reportajes y documentales, dejar la voz del entrevistado de fondo, como un murmullo ininteligible, mientras la traducción al español se interpone autoritariamente, como si fuese una frontera de aquellas con alambradas de espinos, para que ni se nos ocurra intentar entender qué coño está diciendo el tipo ese que habla diferente, o sea, raro.

  4. óscar
    2007-10-21 18:32

    Pongo un ejemplo que encontré hace tiempo del efecto del doblaje sobre una película, Grizzly Man (“un documental sobre éxtasis humanos y la confusión interna más oscura”, según su director, Herzog):

    Tráiler en V.O.
    Tráiler en español.

    La personalidad perturbada, tormentosa, extática, etc. del personaje V.O. se pierde en el camino del doblaje. Queda un monigote del original.

    Estoy acostumbrándome a ver películas en V.O. subtitulada últimamente y, como dice Xoán, las prefiero sin duda sobre las dobladas… generalmente. Hay casos en los que los diálogos son tan abundantes y hay que leer tanto que la cosa se complica y se hace incómoda. Películas verborreicas como las de Tarantino y por el estilo. Será cuestión de entrenamiento.

  5. Ana Lorenzo
    2007-10-21 19:59

    Yo coincido con Marcos en que si desde pequeños vieran las pelis de dibujos y los programas sin doblar (en los países nórdicos en general, no sé, pero en Finlandia y en Rumanía sé de primera mano que no doblan esas cosas ni para el cine ni para la tele, y los niños saben inglés, a diferencia de la mayoría de los nuestros, aunque lo introducen más tarde en su sistema educativo) sería una ventaja para el aprendizaje de idiomas de los niños. Pero no puedo menos que recordar con añoranza esas películas de Disney que se doblaban en México y en que para mí las princesas, los príncipes y las brujas hablaban con el acento de la gente de los cuentos: un acento suave y melódico que aquí nadie tenía; claro, nadie era de cuento. Qué acierto en el doblaje, aunque fuera por ahorrar dinero. Cuántas generaciones habremos crecido soñando con la dulzura pérfida de la bruja de Blancanieves cuando decía que le iba a entregar ella también un don. No hubiera sido lo mismo en español de Madrid, ni en inglés, supongo.
    Ah, la primera vez que oí a Tommy Lee Jones en versión original me pasé al grupo de Contra el doblaje (al menos cuando actúe él): ¡qué voz!
    Un beso.

  6. Jose
    2007-10-21 20:19

    Yo creo que el burrillo va a ser impagable para una próxima generación de bilingües. Aunque me parece que los doblajes no siempre son penosos. El otro día, viendo capítulos en VOS, de la serie House, me di cuenta de que al menos yo no me daba cuenta de la diferencia cuando veía capítulos doblados o no. Han acertado tanto al elegir a los actores y han cuaidado tanto el doblaje que al menos a mí me da igual verlo en un formato que en otro. Eso no es siempre así, claro, hay doblajes penosos.

  7. Manuel Haj-Saleh
    2007-10-21 22:28

    Bueno, veo que se acumula el trabajo, así que vamos a ver:

    Con los subtítulos, evidentemente, también se pervierte la obra original, por lo que dice Marcos. Pero más todavía, y esto lo tengo más que comprobado: al subtitular se pierden palabras, diálogos, chistes y a veces expresiones que dan un sentido mucho más claro a lo que se dice. El corto espacio que hay en la pantalla para poner los subtítulos y el hecho de que hay que poder leerlos a una velocidad aceptable para no perder al personal (y para que no esté sólo leyendo) es el culpable de ello.

    En cuanto a los doblajes para niños arriba dejo mi argumento. Desconozco lo de los países nórdicos, pero te puedo hablar de Portugal, donde todo se proyecta subtitulado a excepción de los dibujos animados (yo recuerdo haber visto por la tele a Willy Fog hablando en portugués). Hay que tener en cuenta, no obstante, que en esos países se suele aprender inglés desde los cuatro años, por lo que el choque no es tan evidente. Yo dejo una anécdota: hace años les puse a unos primos, justamente de cuatro años, una peli de Disney (creo que “Hércules”) en inglés y sin subtitulos, pues era lo que tenía. A los veinte minutos se fueron a jugar, aburridos. Con los musicales me parece peor, aunque Mary Poppins no lo cuento por las mismas razones que con las películas de dibujos. Por otra parte, doblar las películas al idioma de estos países, donde el mercado es relativamente corto, puede que no resultase rentable en su día. No hace mucho hubo una controversia parecida con las productoras que se negaban a doblar las películas al catalán, hasta que la Generalitat se ofreció a pagar dicho doblaje. En Alemania, con todo lo avanzados que puedan ser, todas las películas se doblan… el mercado es de ochenta millones de personas, claro.

    Con Xoán coincido en casi todo, pero los hechos son más tozudos que nuestros deseos: por mucho que hablemos de algo “impuesto”, lo cierto es que en Madrid, donde sí hay un circuito de V.O. considerable, las salas raramente se llenan, porque la mayoría del público se va a ver la misma película doblada a otro cine. Evidentemente en las ciudades pequeñas no hay siquiera esa opción, pero dudo seriamente que la gente fuese en masa a las salas de V.O. en caso de haberlas.

    Al final creo que uno acaba renegando del doblaje cuando oye la misma voz en varios actores a la vez, más que cuando empieza a oírlos en V.O. Yo conozco a más de una persona que prefiere ver “Friends” en versión doblada, porque en la original algunos actores tienen voz de auténticos bobos.

    Saludos.

  8. gonzalo sancho
    2007-10-22 01:15

    Recuerdo al ver la recomendable película portuguesa “Capitanes de Abril” (sobre la famosa Revolución de los claveles) cómo en el doblaje español los protagonistas se saludaban diciendo “¿todo bien?”. La carcajada fue enorme pues el saludo habitual en Portugal es “Tudo bem?” que no tiene traducción lógica en español porque aquí nadie saluda así. Tal vez lo más cercano sea decir “¿Qué tal?”. Por eso el doblaje es negativo, porque subvierte el mensaje, falsea el trabajo original y engaña al espectador.
    En Portugal, tal vez por la imposibilidad de crear una industria del doblaje, los subtítulos están a la orden del día. Así hablan nuestros vecinos el inglés, dándonos mil vueltas a los españoles acostumbrados al nefasto doblaje.
    Sobre el tema de que el cine sea arte o no, me es indiferente. Yo creo en la divulgación y no en una cultura elitista. Y no creo que alguien deje de ver cine porque ponen letreros, más bien conviene, tal vez sea lo único que muchas personas leerían en una semana.

  9. Manuel Haj-Saleh
    2007-10-22 01:39

    Hola Gonzalo, permíteme que te contradiga en un par de cosas. Primero, creo que el que se doblen o no las películas no tiene nada que ver con el nivel de inglés de un país. En Alemania lo hablan (doy fe) estupendamente y sin acento, y doblan todas (insisto: todas) las películas. En Francia también lo hacen y, por lo general, hablan un inglés horrible (con vocabulario amplio, pero con un acento espantoso). En España la generación que nació antes de los ochenta no empezaba a aprender inglés en la escuela hasta los doce años, muy mala edad para aprender cualquier idioma, aunque eso ya ha cambiado y posiblemente los que vienen ahora tendrán mucha más base. Es decir, que como relación causa-efecto, no me parece muy sólida ;-)

    Segundo, en Portugal sí que hay industria de doblaje, pero cortita. Hasta donde yo sé, como dije arriba, se doblan las películas de dibujos.

    Tercero, respecto a si el cine es arte o no, lo que tú creas es lo que tú crees, y perdón por la perogrullada. Hay películas que responden más al cine como arte y otras que son más entretenimiento y divulgación puras. Exactamente igual que en otras disciplinas como la música, la pintura, los cómics o, si nos ponemos estupendos, la arquitectura. Yo sí creo que el cine es arte y que, como todas las artes, se manifiesta de muy diversas formas, pero no creo que por ello tenga que ser elitista. “El Padrino”, por poner un ejemplo claro, es una película de largo alcance. “Star Wars” (la primera), por motivos diferentes, también. Ambas me parecen obras artísticas y de muy alta calidad, y ambas son muy populares. No creo que debamos asociar “arte” con “élite”.

    Y respecto a lo de las películas con letreros.. bueno, yo trabajé durante varios años en el cine-club de la Escuela de Ingenieros, hoy desaparecido. Compartíamos horarios con las películas que ponían los de la promoción anual (habitualmente estrenos o muy recientes), con las que recogían fondos para el viaje fin de carrera, mientras que nosotros alternábamos cine clásico con películas actuales de autor o más minoritarias. Y te juro que más de uno y más de dos, de los que iban a las pelis de la promoción, nos decían que a las nuestras no iban porque no les gustaba ver películas “con letreritos” (sic) o “porque no tienen ganas de leer” (sic).

    Saludos.

  10. Manuel Haj-Saleh
    2007-10-22 01:40

    Anoto, para evitar suspicacias: evidentemente, lo que yo crea es también lo que yo creo. Mayormente.

  11. gonzalo sancho
    2007-10-22 11:10

    Pero no puedes comparar la realidad social, histórica y geográfica de Alemania con la de Portugal, un país ibérico como el nuestro.
    En segundo lugar, vete a los institutos españoles y comprueba que no ha cambiado absolutamente nada el nivel de inglés.
    “Y te juro que más de uno y más de dos, de los que iban a las pelis de la promoción, nos decían que a las nuestras no iban porque no les gustaba ver películas “con letreritos” (sic) o “porque no tienen ganas de leer” (sic).” (sic).

  12. Manuel Haj-Saleh
    2007-10-22 11:40

    Gonzalo: sigo discrepando, más aún. ¡Claro que no las comparo! pero un dato no justifica ni el otro ni supone una relación de causa-efecto. Lo demás son complejos. Y si no te gusta Alemania, hablemos entonces de Francia, como prefieras. O de Austria, donde también doblan. O de Polonia, donde es mucho peor: hay una voz en off (siempre la misma, además) que habla por encima de los actores y va traduciendo las frases que dicen.

    No me hace falta irme a “los institutos españoles”. Estoy en contacto con casos muy cercanos, y créeme que el inglés de ahora no tiene nada que ver con el que se daba y se sabía hace veinte años, que es cuando yo estaba en sexto de EGB y se empezaba a dar inglés obligatorio (yo tuve suerte, mis padres me hicieron aprender inglés desde los seis años). Ahora creo que se empieza con cuatro. Evidentemente, igual no es.

    Y respecto a mi frase que citas, me reafirmo en lo que digo: tú decías que no creías que la gente no fuera a ver pelis en VO por no leer. Yo no es que lo crea, es que lo he visto con ejemplos. Por suerte, también eso está cambiando, como decía en el artículo.

    A propósito de las traducciones mal hechas, creo recordar que “El Dardo en la Palabra”, de Lázaro Carreter, ponía varios ejemplos de eso. Pena que no lo tenga a mano para comprobarlo.

    Saludos.

  13. Ana Lorenzo
    2007-10-22 11:46

    Manuel, a lo que dices de «En España la generación que nació antes de los ochenta no empezaba a aprender inglés en la escuela hasta los doce años, muy mala edad para aprender cualquier idioma, aunque eso ya ha cambiado y posiblemente los que vienen ahora tendrán mucha más base.», lamento decirte que no sé como nos las arreglamos en este país para que a pesar de haberse introducido a partir de los seis años (y que muchos lo empiecen a los tres) los chicos sigan saliendo con la misma pésima formación, exceptuando los que viajan en verano a sitios de lengua inglesa, los que acuden a colegios bilingües y los que van a algunos privados y algunos concertados (que no todos los privados ni todos los concertados). En Finlandia introducen el inglés a los nueve años: el primer año escriben algo peor que los nuestros; sin embargo, se expresan mejor; al siguiente, les dan sopas con onda (¿se dice así, dar sopas con onda?; me suena esta expresión y juraría que venía muy a cuento, pero igual no tiene nada que ver. Si no tiene nada que ver, sustitúyanla por la expresión conveniente, por favor).
    Un beso.

  14. Manuel Haj-Saleh
    2007-10-22 12:01

    Hola Ana. Si eso es como tú dices, entonces el problema igual no es de los chicos sino de los formadores. Y si es ese el problema, ya viene de hace años. Vale, yo tenía una muy buena formación de inglés cuando llegué a los doce años (de hecho, ahora lo hablo como el español, sin exagerar), pero tanto en octavo de EGB como en COU como en un curso que hice en Inglaterra, en todos los casos con profesores españoles, yo les acababa corrigiendo auténticas burradas que decían en sus clases (en privado, que no me gusta poner en evidencia a nadie). ¡Y son gente que vivía de esto y que se había chupado años de carrera y formación para ganarse la plaza! Así que igual hay que buscar otra base. También tuve docentes buenos, ojo, pero no sé si soy yo sólo o si le pasó a más gente, el caso es que los profesores españoles de inglés tenían, en su mayoría, un nivel por debajo de lo aceptable.

    Lo de las sopas con onda… creo que sí es correcto. Lo vi una vez escrito con hache, que es incorrecto pero me encantó la imagen de alguien intentando lanzar un cuenco de sopa (lleno) con una honda. Goliat lo pasaría fatal :-)

  15. Ana Lorenzo
    2007-10-22 12:31

    Manuel, yo creo que el problema es de los ¿profesores de inglés? A lo mejor es del plan de estudios, por aquello de que viene de lejos y persiste. Yo no sé fue la cosa porque mi cole era francés-español y francés sí lo hablamos bien, como para irnos a Francia tan contentos. El inglés lo aprendí en un curso intensivo en el Instituto Británico antes de irme a pasar el verano a casa de una amiga inglesa; bueno, aprendí a decir yes y thank you y esas cosas para no llegar sin tener ni idea.
    Oye, pues creo que es con honda con hache, como si lanzaran la sopa; yo pensaba que era con onda, haciendo olas (sin hache, no de saludar, sino de esas del mar). En fin, una expresión que creo que evitaré por lo difícil de imaginar; si Goliat lo pasaba fatal, imagínate David hasta que acertó sin que le cayera toda la sopa encima :-)
    Eh, el doblaje, ¿te dije ya que Tommy Lee Jones tiene medio contrato ganado por su voz original? Claro, al lado de eso, Martin Sheen en Apocalypse now a mí me gustó más doblado. Y luego está Woody Allen: me parece tan cómico y entrañable en original como doblado al castellano.
    Un beso.

  16. Manuel Haj-Saleh
    2007-10-22 12:38

    De hecho, el propio Allen ha elogiado vivamente la labor de su doblador al castellano, Joan Pera (quien sustituyó a Miguel Ángel Valdivieso, fallecido hace años), e incluso le ha dado un pequeño papel en su última película, con la pequeña broma de que es un papel sin diálogo :-)

    Y hablando de voces impresionantes, busca alguna peli de James Coburn…

  17. Miguel A. Román
    2007-10-22 13:31

    Disculpen un momento que me salga del tema. La expresión correcta es “sopas con honda”, refiriéndose al utensilio pastoril para lanzar guijarros. Aunque las explicaciones al origen del dicho son muy variadas, se supone que la destreza en el manejo de una honda como para dar de comer una sopa ha de ser impresionante.

  18. Manuel Haj-Saleh
    2007-10-22 13:34

    Jodó... pues les juro por mis bigotes que lo había visto sin hache en el enlace del DRAE que he puesto. Las prisas, oigan (hoygan), las prisas.

  19. Ana Lorenzo
    2007-10-22 14:05

    Bueno, pues yo de tu enlace entendí que era «con honda con hache», Manuel; gracias por la explicación del dicho, Miguel, que era lo que no entendía con esa «h». Vaya diálogo difícil que ha resultado este.
    Un beso.
    Oiré a James Coburn.

  20. Mery
    2008-12-23 21:58

    Aunque debo reconocer que la versión original siempre suele ser mejor y prefiero ver una pelicula americana en su respectivo inglés, no voy a negar que toda mi vida he visto el cine doblado. Y la televisión, los DVD o los videos. Una se acostumbra a no tener que ir fiandose de unas letras pequeñitas que aparencen abajo de la pantalla y, que para gente con problemas de vista (como yo), son un infierno por lo pequeñas e intendibles que son desde el sofá. Por supuesta, no siempre es así, pero hay peliculas con subtitulos minúsculos que alguien con dos dedos de frente preferira ver dobladas.

    Claro que yo no defiendo el doblaje por que si. Porque yo quiero ser dobladora. Admiro mucho a esa gente, pues decidme ¿A estas alturas vale la pena dejar de doblar? La gente no esta en absoluto acostumbrada a eso. El 98% de mis conocidos (casi un 96% gente culta, porque no acostumbro a hablar con gente “de barrio”) solo van a ver una pelicula si está en su idioma. Y, como no, yo de pequeña nunca hubiese visto las peliculas de Disney de ser en inglés, pues al no entenderlas, me hubiese aburrido. Y la televisión…dejar de doblarla seria como arruinarla directamente. Nadie que vuelva cansado de trabajar o de ir al colegio o lo que sea quiere llegar a casa, poner la tele y encontrarse con un programa en un idioma que no es el suyo y que va a tener que descifrarlo. Y luego está toda esa gente que trabajan de dobladores ¿Cuantas personas se echarian a la calle por un capricho?

    Tengo 15 años. Tengo que escoger una carrera. Y quiera ser dobladora, doblar los programas a mi idioma y seguir con esta buena intención hasta el final.

    Después de todo…Si se quiere ver la V.O. se mira y ya está. Y que los demás miren lo que quieran.


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