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Crónica gris por Sergio Barrejón

A principios del siglo XX, los héroes clásicos iban a pasearse en el callejón del Gato y su esperpéntico reflejo retrataba el sentido trágico de la vida española. A principios del XXI, aquello aún parece hermoso comparado con lo que nos ha quedado: una foto de aquel reflejo en baja resolución, imprimida en escala de grises, fotocopiada en modo ahorro, caída en una cuneta y meada por un perro. El día 29 de cada mes, Sergio Barrejón reflexiona sobre la irrecuperabilidad de España, el único país del mundo que ha sido república dos veces… y las dos veces se ha vuelto a convertir en monarquía.

3. Porque yo lo valgo

El 13 de enero de 2008, Santiago del Valle García asesinó a la niña onubense Mari Luz Cortés, de 5 años. El asesino estaba condenado hacía años por pederastia, pero nunca llegó a ingresar en prisión. El 12 de diciembre de 2009 se publicó la primera entrada de Bloguionistas, un blog colectivo sobre guión y audiovisuales en el que escribimos varios guionistas amigos y algunas firmas invitadas.

Santiago del Valle fue detenido en Cuenca el 25 de marzo de 2008. Juan José Cortés, el padre de Mari Luz, pastor de la Iglesia Evangélica de Filadelfia y militante del PSOE, inició una campaña de recogida de firmas para pedir al Gobierno que endureciera las penas contra los pederastas. El 31 de octubre del presente año, Bloguionistas publicó un artículo de Inma García, guionista de “Gandía Shore”, sobre el origen y características del citado reality show.

El Presidente Zapatero recibió a Juan José Cortés en el Palacio de la Moncloa el 30 de septiembre de 2008. El padre de Mari Luz afirmaba haber reunido 2.300.000 firmas pidiendo el endurecimiento de las penas para los pederastas. Miles de españoles, en tertulias, posts, comentarios y charlas de bar, clamaban para que Santiago del Valle se pudriera en la cárcel. Tras su reunión con Juan José Cortés, Zapatero prometió endurecer las penas contra los pederastas. El padre de Mari Luz, por su parte, declaró a los medios que se retiraba de la vida pública. “Adiós, hasta aquí he llegado. Tengo que rehacer mi vida”. El 4 de noviembre de 2012, un lector de Bloguionistas, bajo el pseudónimo de yabadabadooh, publicaba un comentario al artículo sobre Gandía Shore: “Programas como éste no deberían existir […] Basta ya de telemierda tóxica”. Según yabadabadooh, “la televisión es la mayor difusora cultural del planeta”, y por tanto sus autores tienen una “responsabilidad como educadores de masas”.

El caso Mari Luz no tiene absolutamente ninguna relación con Gandía Shore. Pero el caso Mari Luz considerado desde su perspectiva mediática provoca las mismas reacciones que Gandía Shore en cierto tipo de españoles.

Pedir que se instaure la cadena perpetua por el horror que nos produce un caso criminal es equivalente a pedir que se censure un programa porque nos produce asco. Ambas son manifestaciones de una superioridad moral típicamente ibérica. Una superioridad moral nacional-católica que aboga por el castigo y la censura como solución a los problemas, mezclada con un individualismo mal entendido, un “porque yo lo valgo” que presupone que todo aquello que a uno le horroriza o le asquea debería ser borrado de la faz de la Tierra.

Éste es un país con muy poquita tradición democrática. Por eso pocos entienden que cualquier razonamiento que acabe en una sugerencia impersonal de censura es equivocado e indigno. La clave es el carácter impersonal: “no debería existir”, “que se pudra en la cárcel”. Subtexto: que ALGUIEN solucione este problema según MIS deseos. Se identifica el problema, se encuentra rápidamente un culpable, y luego se descarga la responsabilidad de arreglarlo en un ente inaprensible, por ejemplo uno tan socorrido como LA SOCIEDAD.

El problema es que borrar los problemas no equivale a solucionarlos. De la misma manera que obligar a una niña a ir a clase sin su hiyab no soluciona el problema del machismo en el Islam radical: simplemente ayuda a no verlo.

Y eso es lo peor de la superioridad moral: que sólo sirve para ignorar los problemas. Que la televisión sea el mayor difusor cultural del planeta, y que demos por sentado que es un vehículo para la educación de las masas… ESO sí que es un problema, y no la existencia de tal o cual programa.

¿Es Gandía Shore telebasura? No me preocupa. Pongamos que sí. ¿Acaso alguien en su sano juicio puede pensar que un reality show es un referente cultural y educativo? Yo creo que no.

¿Y los programas infantiles? ¿Tienen de verdad un valor educativo, o simplemente lo damos por sentado porque nos viene de perlas que los niños estén un rato calladitos delante de la tele? Personalmente, no tengo intención de dejar la educación de mi prole al criterio de ningún programador televisivo. Por no tener, ni siquiera tengo televisor en casa. Pero no por eso se me ocurriría sugerir que los programas para niños “no deberían existir”.

Además, ¿qué quiere decir exactamente que “no deberían existir”? ¿Cómo se consigue que dejen de existir? Alguien tendría que encargarse de eliminarlos. Pero ¿quién? ¿Cómo hacemos para que los programas que no nos gustan “dejen de existir”? ¿Autorizamos al Ejecutivo para ejercer la censura contra todos aquellos contenidos dañinos o no-educativos? Alguien debería entonces dictaminar qué es dañino y qué no. ¿A quién le vamos a otorgar la enorme responsabilidad de decir eso? ¿Y cómo asegurarnos de que tomará las decisiones de manera razonada e independiente?

Es estupendo tomarse la dosis de indignación diaria viendo el relato de un crimen y exclamando “que lo MATEN” cuando nos ofrecen la foto del criminal. Pero ¿quién se va a ocupar de matarlo? ¿Instauramos la pena de muerte? ¿Estamos dispuestos a poner ese poder en manos de la Justicia? ¿De la misma Justicia que fue incapaz de ejecutar la condena de Santiago del Valle por una kafkiana cadena de errores y omisiones? ¿Cambiamos la ley, instauramos la pena de muerte, y luego cruzamos los dedos para que ese inmenso y terrorífico poder no sea usado por error contra alguien que no lo merece?

¿Y con el hiyab? ¿Lo prohibimos también, por ser un símbolo de dominación machista? ¿Es acaso el único? ¿O simplemente es aquel al que estamos menos acostumbrados? ¿Perforar las orejas de las niñas recién nacidas no demuestra algo de machismo? Hasta donde yo sé, a los niños no se les hace.

El 18 de marzo de 2011, Santiago del Valle fue condenado a 22 años de cárcel. Por su parte, en los tres años que siguieron a su retirada de la vida pública, Juan José Cortés supervisó la producción de una mini-serie de Antena 3 sobre el asesinato de su hija; se incorporó al Ayuntamiento de Sevilla como asesor del PP en materia de Justicia; se vio implicado en un tiroteo por el que fue detenido junto a su padre, dos de sus hermanos y un cuñado; y fundó su propia iglesia evangélica: el Ministerio de Juan José Cortés.

De yabadabadooh no he vuelto a tener noticias. Ni ganas.

Sergio Barrejón | 29 de noviembre de 2012

Comentarios

  1. Rollo Tomassi
    2012-12-29 14:07

    Un post cojonudo, sé que llego tarde, pero acabo de descubrirlo.

    Estoy totalmente de acuerdo, el problema de una “sociedad” empieza cuando antepones tus criterios (porque sí, porque yo sé del tema, porque hice un curso o porque lo que sea) al resto, por muy lícitos que sean.

    Pero aún estando de acuerdo contigo en el fondo, no comparto tu idea con respecto al poder moral o educativo de la televisión. Me explico:
    Cierto es, o eso creo, que la tele basura no se hace con un afán educativo, ni si quiera alienante, no creo que se tenga la intención de generar un tipo de ciudadano atontado (sería un plan demasiado complejo para las mentes que llevan este medio).

    Pero creo que no se puede negar que programas como Gandía shore o Mujeres y hombres… o personajes como “la Esteban”, si que generan un referente social, una legitimidad moral. No me parece mal, sólo creo que aunque no se quiera o no debiera ser así, en realidad sí que hay una cierta (mayor o menor) responsabilidad en lo que se programa.

    Llevándolo un poco al extremo, para que se entienda lo que quiero decir, si das voz o presentas como válido, un personaje con valores a sociales (machismo, racismo, intolerancia etc.) el espectador que observe eso y tenga ese tipo de valores, se siente legítimo por verlo en la tele. Y no hablo de cosas que se puedan interpretar, de cosas ambiguas (como el anuncio de Desigual) si no mensajes claros, personajes rancios que yo he visto u oído en programas como Gandía shore, Sálvame deluxe o Mujeres y hombres.

    Ejemplo:
    Rafa Mora, un personaje que salía en T5, es un ser arcaico, machista, intolerante y xenófobo. Yo he oído en la calle como hablan de que Rafa Mora es un tío “cojonudo”. Por lo que pienso que esa gente será igual de machista, xenófoba e intolerante. No creo que sea por ver en la tele a dicho “tipejo”, pero si creo que se sienten reflejados con él por esos comentarios
    .
    Creo que me enfangado un poco, pero espero que se me haya entendido.


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