Cartas desde… es un intento por recuperar el espíritu de las corresponsalías epistolares de la prensa decimonónica, más subjetiva, más literaria, y que muestre una visión distinta y alternativa a la oficial de Agencias.
Alfredo Herrera Patiño
Todo es ya representación en México. Vivimos en una sociedad instalada en ese siglo veintiuno futurista de la ciencia ficción del siglo pasado. La realidad termina, según esos relatos, por ser reemplazada por la representación. Nada es real si no existe en los medios, las emociones, intenciones, pensamientos, posiciones, deseos de todos quienes habitamos ahora esta fantasía delirante existen en cuanto son medidos por algún sondeo, alguna encuesta o se les da voz por medio de la opinión esforzada y sistemática de algún comentarista. La existencia mínima, entonces, es aparecer en el noticiario. Los candidatos a la presidencia parecen enfrascados en contender para ver quién obtiene más intenciones de voto, según las encuestas, y no más votos. Todos quieren ser el presidente simpatías.
Y uno de los aspirantes decide no participar en el próximo debate, y los otros cuatro piden, primero, una tregua, que significa que nadie diga nada a los medios ni transmita anuncio alguno horas antes y horas después del mentado debate y, dada la negativa del ausente, piden entonces que el atril con el nombre de ese ausente participe en el debate. Y los medios hacen sondeos para ver, primero, cuánto afectará esa ausencia en las intenciones de voto y, segundo, cuánto le importa a la gente el asunto, tanto del debate, como de la ausencia.
Y los comentaristas en los programas especializados en el tema de las encuestas, que ya los hay, muestran su ignorancia supina del tema mismo del que son expertos. ¿Por qué no es igual una encuesta telefónica que personal?, pregunta el experto, y responde el de alguna empresa encuestadora, porque en México hay mucha gente todavía sin teléfono.
Y en el colmo de la representación, la Suprema Corte de Justicia decide crear una comisión investigadora con la única prueba de unas conversaciones telefónicas realizadas ilegalmente, y contradice, no el espíritu, la letra misma de la ley, pues la constitución establece que cualquier grabación obtenida sin que medie orden de un juez no puede probar nada en ningún ámbito legal. Claro, como la Corte define los problemas mismos de interpretación, decide crear una nueva legalidad, pues vaya que se necesita fincar responsabilidades en el caso específico, por medio de la ilegalidad. El problema es que, luego de realizar la investigación, la Corte no puede proceder legalmente contra nadie, pues su competencia es dirimir problemas de interpretación constitucional, básicamente, y no investigar nada. Pero los encabezados fueron por demás interesante.
Y como, en otro golpe de medios, varios diputados de la comisión de cultura de la Cámara renunciaron a su partido, dejando por ese hecho de pertenecer a la comisión, misma que no ha podido sesionar para mandar al pleno la nueva Ley de fomento a la lectura y el libro, que establece por primera vez el precio único. Y quedan diez días para que termine la actual legislatura. Pero a nadie le dará titulares la tal ley.
Y ya casi en el absurdo, el servicio médico forense de la ciudad de México dejó de prestar servicio por varios horas. En pantalla entrevistan a uno de los deudos: vine a recoger a mi hermano, pero me dijeron que no hay servicio… En poco tiempo reanudaron el servicio, la representación no se veía bien, imagino. Al menos a nadie se le ocurrió poner un letrero a la entrada que dijera: Hoy no se entregan muertos.
2006-04-22 19:43
Pero que tal que la “ley televisa” si la firmaron rápido (y sin leerla) nuestros ágiles y trabajadores diputados ¿y nuestros senadores? un par hicieron la finta de que estaban en contra, pero igual, firmaron.
Lo más risible es que el candidato del prd, LO, habló pestes de esta ley, pero cuando pasaba todos los dias en cadena nacional en televisa, entonces no decía ni pio.
La mediocracia será nuestro próximo mandatario.
2006-05-11 02:08
Muy, pero muy interesante el cuestionamiento hacia las facultades de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Per se no es una autoridad investigadora, no lo debe ser, esa facultad per se, corresponde al Ministerio Público.
Lo que sucede en el caso de las conversaciones telefonicas es que se ha partidizado, pues no existe ningún fundamento legal, ninguno para fincar responsabilidad, de ninguna indole al Gobernador Mario Marín. Las conversaciones telefónicas, primero provienen de un hecho totalmente ilegal; segundo, se requiere todo un proceso, que debe iniciar con una denuncia si es que se presume un hecho ilicito por parte del Gobernado y ya en el proceso, se tendría que dicernir la veracidad o no de las conversaciones y otras circunstancias que permitan al ministerio público, solicitar el desafuero del Gobernador.
Creo que en el caso de México hay factores mediaticos con muchos intereses que están propiciando una forma de pensar; en otros terminos, nos encontramos ante una nueva forma de esclavitud, en dónde se nos hace creer que nosotros decidimos, cuando en realidad, alguien esta decidiendo que debemos pensar y como debemos actuar.
En el caso de nuestra Corte esto es más grave, porque si se toman decisiones en función de factores mediaticos, no se ve futuro alguno para consolidar un estado de derecho.
Pero no deja de ser preocupante que tambien en visperas de una elección algunos candidatos se muevan en esquemas predeterminados por ciertos sectores, que con poder no solamente mediatico han ido consolidando una forma de pensar en el conjunto de electores, que ingenuamente creen en su capacidad de discernir y en la profunda libertad que tienen para elegir y esto lo expreso, porque no parece concebible que algunos lideres de organizaciones sindicales, como la de los maestros sean candidatos a puestos de elección popular de Partidos con una ideología de verdugos de la clase trabajadora y hasta facistoides, como lo es el Partido Nueva Alianza, partido plenamente identificado con el mercado, practicamente sin restricciones; es decir el capitalismo salvaje; el capitalismo a ultranza y que es el verdadero rostro del PAN.