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De ventrílocuos impostores por Mon Falcón

Reflexionando desde una cierta actualidad músico-discográfica, Mon Falcón nos lleva el 24 de cada mes a crear a modo de prosopografía una ilimitada red de influencias, multicopismo y ‘revival’ en la que ensaya sobre la falsa filosofía de la música POPular, sobre qué queda del ‘hazlo tu mismo’, quién engaña a los puristas, y sobre todo ¿qué ocurre a nuestro alrededor y por qué? Los falsos predicadores del rock’n‘roll pueden deteriorar la banda sonora de nuestras vidas… así que ustedes verán hasta dónde quieren saber…

Reivindicando a Screamin’ Lord Sutch.

Por Mon Falcón y Jorge López (de Los Hijos Bastardos de Peter Lorre)

El pasado 16 de Junio se cumplían diez años de que uno de los más extravagantes personajes de la histoiria del rock apareciese ahorcado en su casa, pero la actualidad manda, y las novedades editoriales de Dinosaur Jr y Sonic Youth eran demasiado jugosas como para posponerlas, así que es ahora, a modo de especial de verano cuando recuperaremos la increíble (pero cierta) historia de Screamin’ Lord Sutch, en donde las bandas de rock’n’roll se mezclan con estaciones de radio pirata, la comedia macabra y el más extravagante partido político de la historia.

Todo comienza en Inglaterra a finales de la década de 1950, cuando David Edwards Sutch abandona su trabajo de fontanero para formar una banda de rock: The Savages, con la que interpretaba versiones de Little Richard, Jerry Lee Lewis o Chuck Berry, y por supuesto de Screaming Jay Hawkins, su máxima inspiración estética y a quién homenajea posteriormente con su nombre artístico. Hawkins era todo un provocador en a mediados de los 50 se vestía en cuero rojo, pieles de leopardo, y se enganchaba huesos y colmillos de la nariz y orejas, además de sus exagerados sombreros barrocos. Multiplicad el efecto en esa época al saber que era negro. Y aún así triunfó con su tema I Put a Spell on You en 1957 (que luego harían todavía más famosa los Creedence Clearwater Revival).

Con esa inspiración y el afán de protagonismo de Sutch, el espectáculo estaba garantizado, a pesar de ser un artista inclasificable. Nunca fue considerado como parte de la generación British Invasión, seguramente por no conseguir ningún gran éxito comercial en su momento, pero desde luego marcó una época, tanto a nivel estético —fue uno de los primeros “melenudos” de la historia del Rock’n’Roll, además de su indumentaria, con sombrero de copa, larga capa negra y pieles de leopardo—, exagerando los excesos estéticos de Hawkins pero también continuando su su trabajo musical en el shock rock, vinculando el rock’n’roll con la provocación teatral, siempre basada en el terror y en lo macabro.

En 1961 publican su primer single, ya como Screaming Lord Sutch And The Savages bajo la producción del legendario Joe Meek. En 1963 llega su single más carismático y más versionado por generaciones posteriores Jack The Ripper, y gracias al cual se convierte en músico profesional.

Al año siguiente llegan dos nuevos singles, los divertidísimos She´s Fallen In Love With The Monster Man un tema que cuenta con coros femeninos y la potente guitarra de Jimmy Page, que participa también en Dracula´s Daughter. Y fue entonces cuando sus shows se convirtieron en únicos. La banda acudía a los locales en una ambulancia con un cocodrilo rosa encima, y desde ese momento el espectáculo era imparable, y es que ningún concierto de aquellos años podía comparase con el enorme show que era ver a Screaming Lord Sutch con sus Savages, con su sonido duro y el enorme impacto visual de las interpretaciones de Sutch. Por ejemplo, para Bull Moose –de Bobby Darin- se ponía un casco con dos cuernos de dos pies de largo, para Blue Suede Shoes se calzaba unas gigantescas botas pintadas de un azul irritante, para ’Till The Following Night, aparecía en escena dentro de un ataúd, y en Great Ball Of Fire saltaba alrededor del escenario portando una lata de galletas ardiendo. Aterrorizaba a la audiencia con trucos visuales y alguna que otra imprudencia, como perseguir a personal del público con hachas y cuchillos.

Así lo relataba Dave Wendels, guitarra de The Savages desde mayo hasta octubre del 64:

Normalmente, yo volvía a casa con golpes y abolladuras en la guitarra; tenía que apartarme del camino de Sutch cuando empezaba a rodar sobre el escenario y a colgarse de las vigas […] cada concierto era una aventura, incluso el camino a los conciertos era toda una aventura; Sutch podía hacer parar la furgoneta en algún pequeño pueblo, coger su machada —de juguete, aunque parecía real— y perseguir al bajista por todo el pueblo.

Pero a medida que crecía los seguidores de su trabajo y sus shows en directo, se multiplicaba su fama en la prensa amarillista por motivos ajenos a la música, normalmente relacionadas con jovencitas menores, peleas en establecimientos públicos, y finalmente cuando entro decididamente en política.

Pero volvamos a lo musical. En 1966 disuelve The Savages, y se hizo llamar Lord Caesar Sutch, para formar a continuación a los efímeros The Roman Empire que solo existieron durante unos meses de 1967, pero en los que contaba con ilustres compañeros: Ritchie Blackmore (Deep Purple) y el organista Matthew Fisher (Procol Harum), y como podréis imaginar, iban vestidos de soldados romanos. A pesar de su fama creciente, no grabó su primer Lp hasta 1970 (durante los 60 lo habitual era publicar lps como compilación de singles) titulado Lord Sutch & Heavy Friends, producido por Jimmy Page, y que contaba coa participación de dos miembros de Led Zeppelín, el propio Page y John Bonham, Jeff Beck (The Yardbirds), Noel Redding (bajista de Jimi Hendrix) y Nicky Hopkins. Todo un lujo que tendría continuidad en su siguiente lp Hands Of Jack The Ripper de 1972, basado sobre todo en versiones de Chuck Berry, Jerry Lee Lewis y Little Richard; en este caso las colaboraciones incluían a Ritchie Blackmore, Matthew Fisher, Nicky Hopkins, Keith Moon (The Who), Nick Simper o el batería original de los Savages, Carlo Little.

Desde entonces se convirtió en un mito viviente, un personaje extravagante dentro y fuera del escenario, puesto que además de sus excesos, tenía una obsesión por que las autoridades le tomasen en serio, cosa que ni el mismo hacía. Y ahí llega su continua lucha por el rock’n’roll y su carrera política, si se puede llamar así.

Su primera aventura electoral data de 1963, cuando se presenta como candidato de los National Teenagers por Stratford-Upon-Avon, y en 1964 se presentó en Huyton, para luchar contra la discriminación al pelo largo y para promover el título de Caballero (Sir) para los miembros de The Beatles, pero sus papeles de nominación fueron rechazados. En 1966 forma su propio partido, el National Teenage Party y se presenta como candidato parlamentario por Stratford-Upon-Avon con un programa que pretendía bajar la edad de votar de 21 a 18 años o abolir las licencias para perros. Más tarde creó un nuevo partido, el Monster Raving Loony Party, con el que desde 1983 hasta su muerte intentó conseguir representación en el Parlamento, con propuestas tan descabelladas en lo económico como rechazar el €uro y hacer que la Unión Europea lo cambiase por la libra esterlina, o la acuñación de la moneda de 99 peniques, para no tener que dar propina, mejorar el clima de las Islas Británicas, moviéndolas hacia el sur, o impulsar la gratuidad de las gafas graduadas y las prótesis de oídos. Por supuesto nunca consiguió su objetivo, pero sus mítines y campañas eran, como no, las más espectaculares. En 1973, para protestar por la escasa presencia de rock’n’roll en la BBC, y de paso promocionar su participación en el concierto de revival de rock’n’roll en el Wembley Stadium, se tiñó el pelo de verde y desfiló por el centro de Londres con un grupo de chicas desnudas con pancartas.

En 1980 tuvo un gran estímulo con el triunfo de Ronald Reagan en las elecciones estadounidenses, “_Elegisteis un actor de serie B_ —dijo a los americanos— _todos lo podemos hacer bien, ya sabéis_”. En su momento más álgido, 1984 fue descalificado por proponer como segundo a su perro Slodge. Tras su muerte, el partido sigue vivo con su hijo a la cabeza.

Pero no podemos irnos sin mencionar otra de sus grandes locuras que el mes pasado ha vuelto a ponerse de actualidad. En Junio se estrenaba en nuestras pantallas de cine la cinta Radio Encubierta, que narra las locuras de unos pinchadiscos para poder emitir rock’n’roll con una emisora pirata desde barcos en alta mar, en tiempos en que la BBC solo dedicaba un programa de 45 minutos a la semana. Pero sin embargo, ninguna reseña o crítica de la película nos mencionaba a Sutch. La primera estación de radio situada en el mar fue levantada por Screaming Lord Sutch, usando el pesquero Cornucopia, hasta que descubrió el fuerte de la armada Shivering Sands (Arenas Movedizas). Radio Sutch fue la primera fortaleza base de una estación de radio en el mar, comenzó a emitir el 27 de mayo de 1964 y el primer disco pinchado fue “Jack The Ripper”, evidentemente. Tres días después, el gobierno británico enviaba una fragata de la armada para desalojar su propiedad. Pero la prensa le apoyó por una vez en su vida. Los titulares del día siguiente decían: “Lord Sutch hace retroceder a la Marina”, lo cual, en cierta manera era cierto. Desde entonces se convirtió en símbolo de los ocupas. La emisión de Radio Sutch era muy irregular, los dj’s se dormían o los obsoletos equipos dejaban de funcionar, aún así Sutch vendió la estación a su manager Reg Calvert, en septiembre de 1964.

Un vida de auténtica locura, un artista y un showman que ha dejado un enorme legado, real y de de leyenda, pero hay un slogan electoral que con el paso de los años parece cada vez más convincente: “Vote For Insanity, You Know It Makes Sense!” (Vota Por La Locura, ¡Tú sabes Que Tiene Sentido!).

Discografía recomendada: – Lord Sutch and Heavy Friends (1970) – Hands of Jack the Ripper (1972) – Screaming Lord Sutch & The Savages. The Story (Comp.1991) – Live Manifesto (Live, 1992) – Murder in the Graveyard (Live, 1992) – Raving Loony Party Favourites (Compilation, 1996) – Monster Rock (Compilation, 2000) – Midnight Man (EP, 2000)


Mon Falcón | 24 de julio de 2009

Comentarios

  1. Merche
    2009-07-25 00:02

    ¡Magnífica la columna!
    Por cierto, “I put a spell on you” ha sido usurpada en mi cabeza por el inevitable Brian Ferry.

    Si Alan Moore volviese sobre “The killing joke”, seguro que ese lema ““Vote For Insanity, You Know It Makes Sense!” sería perfecto para el Joker.

    ¡Gracias por el rato estupendo que he pasado leyéndoos!

  2. js
    2010-04-04 22:17

    y digo yo..¿ya les habra pasado factura a este y a las demas radios como radio carolina o radio luxemburgo,teddy bautista y amigos?¿o es que hay una pirateria buena y otra mala?¿o es buena cuando nos promociona y cuando ya estamos en la elite deja de ser buena?.en fin….


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