Hace dos años comenzamos esta columna dedicada a glosar, de manera esquemática, lo que ha sido la historia de la ciencia ficción española. En todos estos artículos, 24 ya, hemos hablado de autores, de obras y de premios, pero nunca habíamos comentado nada acerca de las historietas de ciencia ficción que se escriben y dibujan en nuestro entorno.

La primera referencia que vamos a hacer resulta muy curiosa, a la par que nostálgica, ya que debe de tratarse de una de mis primeras lecturas en el género de autores españoles.

Gálax el cosmonauta se publica por primera vez en la revista juvenil semanal Bravo de la editorial Bruguera. Es febrero del año 1968 y la revista pretende traer a sus páginas algunos de los tebeos europeos, fundamentalmente franceses, que en ese momento se están creando mas allá de los Pirineos. “Michel Tanguy”, “El Teniente Blueberry”, “Chico Monza” o “Aquiles Talón” son algunas de los relatos que Bruguera distribuye de la agencia Dargaud francesa. La revista consta de 32 páginas, la mitad de ellas en color, incluyendo la portada y contraportada.

Entre las diversas historias extranjeras se intercalan series de autores españoles, como la que nos trae aquí, entre otras “Los comandos de África”, “Pinky siete vidas”, “Grand Prix” o “Mike Palmer”.

Victor Mora escribe los guiones de “Gálax el cosmonauta”, aún firmando como V. Alcazar, y en su aspecto gráfico está dibujada por Fuentes Man (a partir del nº 18 se encargaría del dibujó Rafael Ramos Morales). La primera de las historias de Gálax se publica en el nº 1 de la revista y es presentada en portada, aunque dibujada por Edmon y no por Fuentes Man. Edmon haría muchas portadas reinterpretando personajes como Tanguy o Blueberry.

En esta primera aventura titulada ¡Amenaza sobre La Tierra!, el coronel Galax, perteneciente al Centro Mundial de Investigaciones Espaciales, se embarca en la nave espacial Meteor I para detener un asteroide que se acerca a nuestro planeta. Los compañeros de aventuras son Arturo, Daniel y Laura. El asteroide resulta ser de oro y la codicia de otra tripulación pondrá en peligro la vida de los héroes. Cangrejos gigantes, pulpos de energía que comen oro (sic), minas automáticas y malos de opereta, amén de mucha aventura serán los componentes de esta historia que se verá continuada con “Enigma en la Luna”. En esta otra aventura se verán comprometidos con unos malvados copiados de las aventuras de James Bond y un barco en órbita lunar que ha salido despedido de La Tierra debido a la acción de un ingenio antigravedad. En otras aventuras, “Luna tres”, se enfrentarán a robots construidos por extraterrestres, que se pueden tripular como si fueran armaduras y dotados de rayos fundidores de metales. Estas aventuras trascurrirán en la luna de Marte Fobos, que resulta ser un satélite artificial construido por una civilización de tecnología avanzada.

Como puede deducirse fácilmente, las historias eran fundamentalmente de corte aventurero y dirigidas a un público juvenil muy receptivo a este tipo de historia. La revista llevaba el subtítulo de “revista juvenil”, así que no es de extrañar que los tebeos intentaran captar este tipo de lectores.

El propio titulo de la serie resulta muy llamativo, sobre todo tendiendo en cuenta la época de su desarrollo. La cualificación del coronel Gálax es la de “cosmonauta” y no astronauta como se denominaba habitualmente a esos profesionales en occidente. La nomenclatura de cosmonauta estaba “reservada” a los pilotos soviéticos de la extinta U.R.S.S. ¿Por qué se le llama así a la serie y no “Gálax el astronauta” cuando hubiera sido lo lógico? No podemos saberlo, pero se puede sospechar que supuso un pequeño gol a la situación de España en aquellos años por parte de Mora, un militante del PSUC desde la década anterior. Fuera lo que fuera, era mas cosmonauta ruso que astronauta americano con todo lo que eso conllevaba, al tratarse de un especialista de una especie de “O.N.U” interplanetaria, el ya conocido CMIE.

Mas adelante, en “Los buitres del espacio” las aventuras incorporarían una nave experimental, llamada “La bandeja de te”, capaz de volar a la velocidad de la luz, qu servirá de pretexto para llevar a la tripulación del coronel Gálax a lugares mas lejanos. Veremos algunos de los estereotipos de la clásica ciencia ficción como las naves generacionales o la hibernación.

De la historieta Gálax comentaba Rafael Marín en las páginas de Yellow Kid:

“[…] es una serie a caballo entre Jeff Hawke y Flash Gordon, una historieta de ciencia ficción “realista” que ya tenía algún precedente hispano en Víctor, héroe del espacio o Vendaval, el capitán invencible, y que se asemeja levemente, en cuanto a composición del cuarteto protagonista, a los Fantastic Four, casi como si se tratara de una derivación de lo que habría sucedido al equipo de astronautas americanos si no hubieran conseguido los superpoderes”

Posteriormente serían reeditadas en Tiovivo y DDT. Sin duda Galax el Cosmonauta es una de las series de ciencia ficción a revindicar y que sería interesante recuperar en alguna reedición.