Cayetano Lupeña sueña una realidad única y cambiante. Pueden construirse una opinión recabando datos sobre este autor. Seguro que se equivocan. Les invita a construir sus propias realidades, sus íntimos sueños. Navegnado… se dejó de actualizar en enero de 2005.
Cuando la ocasión lo permitía, por cercanía o azar, fotografiaba el proceso de putrefacción. Luz del asfalto
Arte de vivir, arte de amar, arte en el morir…
En la repisa bermeja de la alacena fermenta una radio vieja. Canciones dedicadas. Tras la ventana un rumor, el viento acariciando hojas de fresno. Otoño
A veces las palabras pertenecen
a ese mundo raro que es la realidad …
En una obscura noche de amor, entre Amancio Prada y Chicho Sánchez Ferlosio, se exprime el mosto del Olvido y el Silencio
Escuchen como fermenta y sangra la quietud de la bodega.
2004-11-09 19:04 Cayetano Lupeña: ¿Porqué debería callarme?
Eric S. Raymond’s: La gente que escupe mala poesía, se cree importante por escribir cosas raras, o que comercia con borrosas imágenes de pretendido arte ultramoderno debería cortarse las venas, unirse a una comuna, o hacer cualquier otra cosa que permita mantener alejadas de la red sus birrias llenas de autoindulgencia.
Cayetano Lupeña: Vale, no escribiré cosas raras. Pero te advierto que lo siguiente será comerciar con imágenes borrosas y raras, osea: ultramodernas.
Eric S. Raymond’s: Tú verás. Haz lo que quieras, sabes que yo voy armado forastero.
2004-11-09 19:21 Cayetano: ¡Socorro!
Sergey Brin: Gracias Eric, gracias Cayetano, gracias a todos, por este interesante duelo o debate.
2004-11-09 19:40 Repetición y correcciones (versión 0.1):
Cayetano Lupeña: ¡Socorro!
Sergey Brin: Gracias Eric, gracias Cayetano, gracias a todos, por este interesante duelo o debate.
2004-11-10 21:13 Cayetano Lupeña: Gracias Sergey por permitirme exponer en tu galería.
2004-11-11 20:08 Tristan Tzara uno de los integrantes del grupo Dada de Zurich nos ofrece una receta para hacer poemas (allá por el año 1916):
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– Coja un periódico.
– Coja unas tijeras.
– Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su poema.
– Recorte el artículo.
– Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una bolsa.
– Agítela suavemente.
– Ahora saque cada recorte uno tras otro.
– Copie concienzudamente en el orden en que hayan salido de la bolsa.
– El poema se parecerá a usted. Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendida del vulgo.
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Como diria el propio Tzara: ¿No es encantador?
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