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Metaversos por Ángel Arroyo y Óscar Calvo

Ángel Arroyo y Oscar Calvo son integrantes del grupo de investigación AICU del departamento de Sistemas Inteligentes Aplicados en la UPM. Su investigación se centra en el estudio de modelos coevolutivos en los que el comportamiento inteligente global emerge a partir de interacciones entre las unidades autónomas constitutivas del entorno. Metaversos es una columna de opinión que se publica todos los 18 de cada mes con el objetivo de analizar las posibilidades tecnológicas y las implicaciones sociales de este tipo de entornos virtuales (un ejemplo actual es Second Life).

Cosas que hacer en Second Life cuando estás muerto... de sueño. Capítulo II

El sol de la tarde rebota en la parte baja de las nubes y se cuela por una ventana redonda como el mundo mientras espero un veredicto. En estos momentos a uno se le arremolina el sueño y ya no sabe qué es real y qué no. Pero, ¿quién lo sabe?. O mejor. Pero, ¿quién vive?

El mes pasado, bañados en sudor, hicimos nuestra primera incursión en Second Life. Posiblemente usted se sintió perdido en algún momento. Incluso teniendo indicaciones es complicado saber hacia dónde debemos dirigirnos. Esto se debe a que los entornos virtuales 3D oMetaversos son inmersivos por definición, pero al igual que pasa en la vida real, es difícil orientarse cuando tu punto de vista está “a ras de suelo”.

Esto no es nuevo, ya se dieron cuenta los grandes exploradores que confeccionaron los mapas primigenios de la tierra. Parece inherente al ser humano el buscar representaciones esquemáticas simples de entornos complejos para facilitar nuestra orientación. Los mapas siempre nos han sido útiles, ya fuesen atlas, mapas de carretera, planos del metro o últimamente “gepeses” (G.P.S).

Seguro que habrá pensado usted, que siendo Second Life un mundo artificial es raro que no tengamos mapa ¿no? Pues en efecto, lo hay. Y lo mejor de todo, NO tenemos que instalar ninguna aplicación para ver el “mapamundi” de Second Life, basta con visitar esta web:

http://maps.secondlife.com

¿Qué es lo que vamos a ver? Bajo el mismo interfaz de usuario que Google Maps se nos muestra todo lo que existe en Second Life desde una cómoda perspectiva aérea. Aunque cuando carguemos la página veremos mucha información, no hay que asustarse. Abajo y a la derecha está el mapa. En cuanto usted esté dos minutos curioseando se encontrará perfectamente cómodo con sus controles. Y recuerde, ¡todavía no hemos usado nada más que su navegador favorito!

Algunas muy buenas sugerencias de sitios para visitar en Second Life las vamos a encontrar en esta misma página. Justo a la izquierda del mapa podremos ver una lista de regiones denominadas “Showcase” que se va actualizando con frecuencia. Estas regiones son las recomendadas por Linden Labs y por lógica siempre serán de buena calidad. Además vienen precedidas por algunas imágenes y descripciones que nos ayudan bastante.

Pero si a usted le gusta tan poco como a mi lo políticamente correcto, o simplemente ya no hay más regiones recomendadas, le sugiero que elija cualquier punto al azar. ¿Quién no ha jugado alguna vez con hacer girar un globo terráqueo y con un solo dedo hacerlo parar?. Donde apunta el dedo, ahí viajaré. Pues una vez más los Metaversos están aquí para hacerle la vida más fácil. Ahora será posible. Husmee, recorra, cotillee y observe. Y cuando algún sitio le sugiera la suficiente curiosidad, teletranspórtese dentro.

Este mundo no es tan grande como el real, pero aún así es bastante amplio. Resulta curioso comprobar que algunas partes del mapa forma grandes extensiones de tierra firme, pero la mayoría son islas. Además forman una suerte de entramado reticular muy apretado que incluso a veces recuerda a un tablero de ajedrez. Esto es debido a que LindenLabs comercializa muchas de sus regiones como aisladas del resto. No se sorprenda, cuanto más globales sean los servicios más personalizados deseamos que sean.

Permítame aburrirle un poco con terminología, pero solo un poco. Cada una de esas regiones (también llamada “sim”) es un cuadrado perfecto de 256 metros de norte a sur y 256 metros de este a oeste. Cada “sim” puede residir en un ordenador distinto, y por supuesto completamente alejados en el mundo real. Esto es similar a la web clásica, nunca sabemos dónde está físicamente el ordenador que nos sirve las páginas que vemos. Seguramente porque tampoco nos interesa. Pues bien, cada uno de estos “sims” alberga todos los objetos y todos los avatares que están en él en un momento dado, de tal manera que un Avatar sólo puede estar en una región o “sim” a la vez. Aunque parezca trivial es importante sentar las bases de la ubicuidad, no sea que no podamos distinguir a Dios de cualquier avatar corriente si un día nos lo encontramos en Second Life.

Esta teoría es sencilla, pero el problema viene en los “huecos”. En el mundo real los mares y océanos son tan absolutamente tangibles como la tierra firme, pero en Second Life no. Esas partes del mapa que se ven de un color azul marino sin detalle y que nuestro cerebro humano nos etiqueta como “agua” es el vacío. El vacío más absoluto. Ni siquiera es como el vacío espacial. Es la no-existencia, por la simple razón que esas regiones no tienen “sim” ni por lo tanto ordenador que le esté dando soporte. Imagine la cantidad de leyendas y supersticiones que podrían despertar estos espacios en las mentes de nuestros ancestros; lástima que vivamos una revolución de la información, en palabras del inmortal Homero (Simpson): “estúpida Internet”.

Volviendo a las regiones, ya hemos dicho que son cuadrados perfectos y eso significa que al igual que una torre de ajedrez sólo podemos movernos de un “sim” a otro “sim” por una de sus cuatro caras. Si salimos por la cara norte llegamos por la cara sur de la siguiente y de igual manera viajamos de este a oeste. Por lo tanto la manera más simple de separar una isla del resto es rodearla de espacios vacíos. Pero ¿qué ocurre cuando nuestro Avatar intenta desplazarse a uno de esos horrendos espacios de vacío? ¿Se desintegra? ¿Cae en el limbo de los Avatares? Nada de eso. Simplemente, no se puede entrar. Una pared invisible impide nuestro avance. Ya podemos golpearla, insultarla e incluso tirarle objetos. Pero, ¡un momento!. Seguro que usted, avezado lector, ha notado la incongruencia: un muro invisible que nos separa del vacío… ¿Qué se ve a través de ese muro invisible? La pregunta es categórica, y la respuesta absurdamente lógica. El mar.

Un mar sintético que se extiende hasta donde alcance la vista, o mejor dicho hasta donde alcance nuestra tarjeta gráfica. Este mar tan falso como el sol, la luna o las estrellas de Second Life solo existen para satisfacer nuestra necesidad animal de espacios abiertos, de naturaleza. Curiosa coincidencia con la búsqueda de la libertad del ser humano, los cuales hemos de luchar a menudo contra la claustrofobia armándonos de ventanas y autoconvenciéndonos de que, eso que se ve al otro lado, existe realmente.

Las nubes han desaparecido de la ventana redonda como el mundo. El sol se ha escondido y comienza a hacer frío.

Oscar Calvo | 18 de septiembre de 2009

Comentarios

  1. Paco
    2009-09-23 16:54

    Buen artículo. ¡Enhorabuena, profe! :-P


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