Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo y Jácaras y mogigangas, así como otros artículos de opinión. Leve historia del mundo se dejó de actualizar en agosto de 2006. Una selección y reordenación de estos textos se ha convertido en un libro, en papel y en pdf: Leve historia del mundo y el cómic Tratado del miedo.
Caminaba por el centro de la plaza y vio primero despegar a las palomas. Siguió al romper del aleteo una estampida general de los peatones, torpemente, cayendo y golpeándose por la potencia desproporcionada de la huida sin rumbo. Quiso correr, pero no pudo. Miró al cielo, pero estaba limpio y apenas moteado por las aves. En el asfalto no encontró motivo alguno para el pánico, y en la lenta y delirante búsqueda del origen de los gritos y rostros aterrados pensó que él era el centro de la circunferencia que trazaban todas las miradas blancas por el miedo, y pensó que quizás huyesen del monstruo.
2006-03-30 20:36
Perfecto
2006-03-31 07:51
Gracias, María José.
Pero quisiera aclarar para el que no esté al tanto lo que supone ese «perfecto» y por qué, aún ruborizado, no lo discuto: venimos de dialogar sobre el término perfección, cuya posibilidad ontológica yo negaba y María José afirmaba como “lo que es perfecta es la sensación que me produce”.
Saludos
2006-03-31 15:01
He was walking in the centre of the square and the first thing he noticed was the pigeons taking off. Following the cracking of their flapping wings, there was a general stampede of pedestrians, blundering, falling and knocking against each other in their headlong aimless rush. He wanted to run, but could not. The sky was empty, barely bespeckled by birds. On the ground he did not see any reason for the panic. In the slow and bewildered search for the cause of the clamour and the terrified faces he realised that he was the centre of the circle traced by all the white eyed stares of fear, and thought perhaps they were fleeing from the monster.