Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo y Jácaras y mogigangas, así como otros artículos de opinión. Leve historia del mundo se dejó de actualizar en agosto de 2006. Una selección y reordenación de estos textos se ha convertido en un libro, en papel y en pdf: Leve historia del mundo y el cómic Tratado del miedo.
A menudo veía desde su ventana despistados e incautos que afrontaban la recta del camino que moría en su casa. Llegaban hasta ahí perdidos o en busca de intimidad; si lo segundo, paraban el coche a cierta distancia de l muro y tardaban un rato en arrancar de nuevo; si lo primero, buscaban entre los resquicios de la verja si había alguien en esa edificación destartalada y silenciosa, y al cabo daban la vuelta como bien podían en el estrecho sendero, y se marchaban. Él nunca contestaba ni se dejaba ver. Disfrutaba observando las dudas y la intriga de los visitantes. Imaginaba que les abría las puertas, les invitaba a una copa de las viñas mustias y secas hacía años, y aprovechando cualquier excusa, cerraba el portón de la bodega y los dejaba encerrados en aquel humedal oscuro y tenebroso. Podría ocultar el coche fácilmente tras el galpón, donde la maleza en pocas semanas lo cubriría por completo. Nadie lo vería introducirlo en la finca; de hecho nadie pasaba por allí, todavía dominio de los lobos en invierno, salvo algún vecino que cruzaba los campos limítrofes hacia sus terrenos.
No sería capaz de ejecutarlos. Cuando la finca era aún una fructífera hacienda y el corral bullía de vida, un vecino se acercaba a degollarle a los conejos y los pollos a cambio de alguna pieza. No. Disfrutaría simplemente con el lento proceso que les llevase hasta la muerte: los gritos, los golpes, la ira y desesperación, y la paulatina calma y silencio por inanición.
Por si acaso, había reforzado las bisagras del portón y llevaba siempre en el bolsillo la llave que cerraba la bodega.
2005-03-17 20:15 bisagras—-bi…