Libro de notas

Edición LdN
Guía para perplejos por Antonio Martínez Ron

El programa de software avanzado A.B.E.R.R.O.N, desarrollado por la NASA a finales de 2003 y oculto bajo el pseudónimo de Antonio Martínez Ron (Fogonazos), rastrea sistemáticamente la red en busca de pequeños resquicios de irrealidad y vulnerabilidades del sistema. Con la Guía para Perplejos, los científicos pretenden ir más allá: estudiar el lado más oscuro del programa y enfrentarle a las paradojas de la creación literaria. Cada día 23, en LdN.

Paisajes para el suicidio

Los suicidas sienten predilección por los puentes. El Golden Gate, con 1.500 muertos, el viaducto del Príncipe Eduardo de Toronto, con 400, y el Aurora Bridge de Seattle, con 300, encabezan todos los récords en esta materia.

A lo largo y ancho del mundo, no hay ciudad sin su puente para suicidas ni su larga cifra de muertos. Los habitantes de la vieja Estambul, por ejemplo, eligen el Puente del Sultan Mehmet para arrojarse sobre el Bósforo. En Londres, la mayoría escoge el Hornsey Lane para quitarse la vida, mientras que los vecinos de Praga optan por el viaducto de Nusle, donde han muerto más de 300 personas desde 1973.

Alarmadas por las cifras, las autoridades se esfuerzan por colocar carteles, barreras físicas y hasta cabinas de teléfono contra los suicidios, pero nada impide que la gente se siga arrojando al vacío. Las consecuencias de saltar de este puente son fatales y trágicas —dice uno de los carteles sobre el Golden Gate. Como si el suicida no lo hubiese tenido en cuenta.

Desde el Puente de Nankín, en el río Yangtsé, han saltado más de dos mil chinos en los últimos cuarenta años. Aquí, el sistema para impedir los suicidios es algo más primitivo pero sin duda más humano. Un humilde tendero llamado Chen Si se hizo famoso en 2004 por patrullar el puente de arriba abajo para convencer a los posibles suicidas de que no merecía la pena tirarse.
“Los suicidas son fáciles de reconocer,” —aseguraba Chen— “caminan como si no tuvieran alma”.

Pero los puentes no son el único lugar con magnetismo. Se calcula que más de 600 suicidas saltaron sobre la lava del monte Mihara, en Japón, hasta que las autoridades decidieron colocar una red de seguridad sobre el cono volcánico. No muy lejos de allí, en el bosque de Aokigahara, bajo el monte Fuji, aparecen cada año los cuerpos de decenas de suicidas. Solo en 2002 se recogieron 78 cadáveres, cinco más que en 1998, cuando se habían batido todos los récords.

En los acantilados de Moher, en Irlanda, los muertos se cuentan cada año por decenas. En Sydney, un acantilado de singular belleza conocido como The Gap cuesta la vida anualmente a unas 30 personas y por las rocas el Beachy Head, en las costas inglesas, se han precipitado más de 500 personas en los últimos años.

En algunos lugares, como Tokio, los suicidas han optado por la opción cómoda del metro, hasta el punto de que las líneas quedan cortadas entre dos y tres veces al día como consecuencia de estos incidentes. El metro de Montreal, en Canadá, tiene el récord de 129 suicidios, seguido de cerca por el U-Bahn de Viena y el metro de Ciudad de México.

Hace tres años alguien diseñó un mapa con los lugares más adecuados para suicidarse en la ciudad de Shangai, acompañados de simpáticos dibujos explicativos. Arrojarse a la jaula de los leones, colgarse de un árbol en un céntrico parque o cruzar andando la autopista, eran algunas de las variopintas propuestas que ofrecía la ciudad a los suicidas.

En la realidad, el suicidio también tiene algo de actividad turística. Lugares emblemáticos como la Torre Eiffel (350 suicidios) o el Empire State (32 muertos) tienen cada año un fluido tránsito de suicidas. Un estudio reciente, realizado en Nueva York, demostraba que una buena parte de los suicidas de Manhattan acudían expresamente a la isla a tirarse de sus rascacielos favoritos.

Sobre Chen Si, el centinela del Puente de Nankín, no se ha vuelto a saber nada. Hasta el momento en que los medios occidentales se fijaron en él, había salvado más de 40 vidas. Bajo una de las pancartas disuasorias colocadas por las autoridades chinas, alguien le preguntó a Chen cuándo pensaba dejar aquella vida: – Supongo que cuando ya no lo soporte más —respondió entonces. Y quién sabe si por su mente no se cruzó la idea de arrojarse él también sobre el Yangtsé, y terminar de una vez con aquella rutina.

Ver: Lista de lugares por número de suicidios
Imagen: Asia blog

Antonio Martínez Ron | 23 de marzo de 2008

Comentarios

  1. DISk
    2008-03-23 19:05

    Supongo que la gente busca una muerte con clase XD No en serio, es muy tetrico, muy mal te tienen que ir las cosas para impulsarte a eso…

  2. Juan
    2008-03-24 07:14

    Hay causas y razones. Las segundas son las que son premeditadas y, finalmente, las que llevan a tomar el empujón para abajo o para adentro, y morir. Las primeras, son las mal intencionadas: los países con mayor número de suicidios como México, China, Estados Unidos, Japón… no es sorpresa que haya más causas que razones.
    Emile Durkheim, el sociólogo, escribió un libro sobre el sucidio, en donde plantea cuatro tipos, pero nunca marcó cuáles era consecuencias y cuales acción.

  3. Ana Lorenzo
    2008-03-24 12:53

    Hay una editorial que se llama Sexto piso y cuyo flash de presentación es curioso. Tiene relación con que, no me pregunten el porqué, la altura ideal para suicidarse, se supone, tirándose por una ventana de un edificio, es la de un sexto piso.
    Cosas curiosas de la vida (y de la muerte).
    Un estupendo artículo.

  4. Maite
    2008-03-24 15:51

    Quizá una de las cosas que más asusta y repele al hombre es la altura. Lanzarse para estrellarse contra el suelo. Es algo tan instintivo lo de huir del riesgo de caerse al vacío…que resulta asombroso hasta qué punto ha de llegar un humano para vencer ese terrible miedo. Sólo puede explicarlo la frase del hombre salvador de suicidas “caminan como si no tuvieran almas” (el dolor en ellos es tan intenso que no les permite sentir las sensaciones normales de la vida, llegando a anularles el más básico instinto de supervivencia).

  5. Alejandro
    2008-03-24 18:06

    El articulo del cual está sacada la imagen (Asia Blog) ofrece una divertida guia para los suicidas que estén de paso en Shanghai (las indicaciones están traducidas al ingles).

    Lo que está claro es que cualquier ciudad en un pais civilizado tiene muchas papeletas para ser escenario de suicidios.

  6. david
    2008-03-24 19:17

    Tirarse desde el Empire State es extremadamente difícil, sus medidas de seguridad anti-suicidas (o anti-imbéciles que se asoman más de la cuenta) son más que notables… no sé si lo hacen por los posibles saltadores o porque es muy posible que si alguien se tira aterrice encima de algún pobre transeúnte.

  7. La Bitácora del Caminante
    2008-03-24 19:48

    Sobre Chen Si, lo más reciente que he encontrado es un artículo de enero de 2007 (Chen Si: Angel on the Yangtze Bridge) donde dice que ya había ayudado a 104 suicidas.

    Es de esperar que siga por allí...

    — Wayfarer

    P.D. Enlace al artículo:
    http://english.cri.cn/4406/2007/01/18/47@186522.htm

  8. Miguel A. Román
    2008-03-24 22:52

    Morir, dormir…
    Nada más; y decir así que con un sueño
    damos fin a las llagas del corazón
    y a todos los males, herencia de la carne,
    y decir: ven, consumación, yo te deseo.
    (Shakespeare, Hamlet, Acto III, escena I)

    El suicidio como horror es relativamente novedoso y especialmente abominado en el Occidente Judeo-Cristiano. Pero los romanos eran unos señores que se suicidaban con relativa facilidad antes que verse deshonrados y vendidos como esclavos o condenados a galeras, y para los griegos caídos en desgracia era una forma mucho más digna de morir frente a la populachera lapidación.

    El Seppuku (más conocido como Hara-kiri) fue para los samurais la mejor forma de tránsito y aunque nos parece un extravagancia oriental, el suicidio romántico es uno de los mitos de occidente: desde Cleopatra a Marilyn Monroe, pasando por Larra, Virgina Woolf, Van Gogh o Alfonsina Storni, y ensalzado hasta la grandiosidad heroica por Romeo y Julieta o Mme. Butterfly.

    Hoy no son pocos los que propugnan un “derecho al suicidio”, al menos ante situaciones de alto sufrimiento físico como tetraplejia o cancer terminal. Y me pregunto yo si alguien puede asegurar que son peores los dolores del cuerpo que los del alma, ese alma que parece haber desertado en los pacientes de Chen Si, o dicho más brevemente: Ser o no ser… He ahí el dilema.

  9. Airos
    2008-03-25 00:23

    Cuando el suicidio bebe de algún tipo de arrogancia resulta la mezcla precisa de perfecta humanidad y perfecta divinidad. Cuando no hay arrogancia no hay humanidad, y quedando sólo divinidad el suicidio puede ser ciertamente entrañable.
    Hoy en día escandaliza de un modo que casi obliga a verlo como acto de abatimiento total, cosa que dudo en muchos casos.
    Cuando falla el sistema que, a su vez, ayuda a que falle el subconsciente sopesar de pros y contras, malo.

  10. Marcos
    2008-03-25 15:56

    En cualquier caso, en la mayor parte de los lugares escogidos resalta su belleza, lo que me parece que no es poco consuelo: entiendo que ya de matarse lo mejor es hacerlo en el más bello de los entornos; no sé si en esos momentos estará el horno para bollos, pero supongo que tiene que ser absolutamente espectacular lanzarse, por ejemplo, por la boca de un volcán.

    Saludos

  11. Valis
    2008-03-25 21:53

    En la azotea de la Torre Gemela que se podía visitar había un sistema anti-suicidios, si saltabas la barandilla caías a una cornisa con alambre de espino electrificado, supongo que era más importante evitar que cayeras a la concurrida plaza desde esa altura y mataras a alguien que el hecho de evitar tu intento de suicido.

    Como se comprobó más tarde, este método resultó insuficiente…

    Saludos

    Valis

  12. Antonio Martinez Ron
    2008-03-25 22:02

    Tremendo, Valis. No conocía la historia. Gracias a todos por los comentarios

  13. Francisco
    2008-03-25 22:08

    El medio de suicidio mas socorrido es el exceso gastronomico.

    No es, naturalmente, fulminante pero si letal.

    Comer pastelillos, merengues y ricos postres es una forma de suicidio causal, no racional, para muchos diabeticos golosos.

    Beber vino, sabrosos licores, aguardientes exoticos, cervezas heladas en verano y champan por las mananas lleva al suicidio pancreatico y a la cirrosis mortal.

    Estos suicidios no son tan lugubres, desde luego.

    Saludos.
    P.D. Pero se dan.

  14. Miguel A. Román
    2008-03-26 12:11

    Pues no puedo estar menos de acuerdo con Francisco.

    Para empezar los excesos gastronómicos no existen como no existen los excesos eróticos, lúdicos o literarios.

    No me mezcles cosas. Que un enfermo deficitario en su páncreas y en su centro neuronal de saciedad se jame una bandeja de merengues es tan asemejable a la gastronomía como circular a 230 Km/h por una secundaria es asimilable al noble deporte del automovilismo.

    Pero desayunarse en bata de satén con una latita de beluga iraní y una botella de Brut Clos du Moulin de Cattier 1992 no solo no acorta la vida sino que la prolonga infinitamente, porque la vida, Francisco, no es una sucesión de tiempo, que eso también lo tienen las piedras, sino de sensaciones.

    Lo triste no es que la gente salte de un puente, sino que lo haya hecho sin probar ciertas cosas.

  15. Francisco
    2008-03-26 19:29

    Cuanta razon tiene el principe de los sibaritas, Miguel A. Roman, cuando afirma que lo malo no es tirarse de un puente; sino que el salto sea sin haber probado las cosas buenas de la vida.

    En lo que no estoy de acuerdo con Roman es en su preferencia por el beluga, de grano basto. El sevruga de grano fino y de sabor concentrado no requiere ser ‘tronado’ en el paladar para obsequiarnos una prueba de ambrosia. Y se sublimiza si es regado con un tequila reposado de agave azul y una actitud epicureista y casual.

    Saludos.

  16. Falelovsky
    2008-04-01 06:16

    Algunos tildan a los suicidas de cobardes.
    Pero tras leer el artículo y algunos comentarios, más cobarde me parece a mí aquel que frivoliza sobre el suicidio del modo que algunos lo hacen.
    Pobre de aquel para el que “vivir” tan sólo es probar las cosas buenas de la vida o aquello que le proporciona placeres a sus cinco sentidos.
    Para algunos, “vivir” es hacer reir a un enfermo terminal de cáncer o evitar que un desconocido se quite la vida.
    Eso es vivir.

    Seguid disfrutando

  17. Aspirineta
    2008-04-05 03:53

    Hola como les va, soy de Argentina y un buen lugar para el Suicidio, ideal, soy del concepto que para morir o suicidarse debe ser con estilo.
    Y sin dudas es La Garganta del Diablo en la Cataratas, de nuestra provincia de Misiones, el unico problema es que estando depresivo no manejaria 1400 km o tomarme un bus desde mi Buenos Aires natal hasta ese sitio.
    Espero vuestros comentarios.

  18. adriana
    2008-04-07 20:15

    Te escribo desde Buenos Aires Argentina.
    Siempre me intrigó porque a los japoneses les gusta tanto el tango , pero ahora descubro que además de éste gusto tan especial nos une la forma de suicidarse.
    En Buenos Aires tanto los subtes como los trenes son el lugar elegido por los suicidas con mayor asiduidad.
    Ahora bien lo mas morboso de todo esto es que , no se sabeis que ambos transportes llevan cámaras en su vagón -locomotora, lo que ha generado un circuitos de videos , dvdx etc en lo que podríamos llamar CLUB DEL MORBO donde se muestran uno tras otro a desdichados lanzándose a las vías.

  19. IRVING L.P. , JUAN CARLOS M. Z.(CBTIS 211)
    2008-09-05 16:59

    EL LIBRO ES INTERESANTE YA QUE NADIE SE IMAGINA DONDE OCURREN LA MAYOR CANTIDAD DE SUICIDIOS EN VARIAS PARTES DEL MUNDO Y TAMBIEN ES RARO DESCUBRIR QUE UNA VIA PEATONAL SIRVA PARA QUITARSE LA VIDA AL IGUAL QUE LOS EDIFICIOS , QUIEN SE IMAGINARIA QUE ALGUIEN SE QUITARA LA VIDA EN LA TORRE EIFFEL .NINGUN PAIS SE SALVA DE LOS SUICIDIOS ACA EN MEXICO OCRRE LO MISMO PERO EN LOS METROS DONDE MUCHOS SE QUITAN LA VIDA

  20. IRVING L.P. , JUAN CARLOS M. Z.(CBTIS 211)
    2008-09-05 17:01

    EL LIBRO ES INTERESANTE YA QUE NADIE SE IMAGINA DONDE OCURREN LA MAYOR CANTIDAD DE SUICIDIOS EN VARIAS PARTES DEL MUNDO Y TAMBIEN ES RARO DESCUBRIR QUE UNA VIA PEATONAL SIRVA PARA QUITARSE LA VIDA AL IGUAL QUE LOS EDIFICIOS , QUIEN SE IMAGINARIA QUE ALGUIEN SE QUITARA LA VIDA EN LA TORRE EIFFEL .NINGUN PAIS SE SALVA DE LOS SUICIDIOS ACA EN MEXICO OCURRE LO MISMO PERO EN LOS METROS DONDE MUCHOS SE QUITAN LA VIDA

  21. isabel
    2009-02-24 19:42

    me quiero morir

  22. Ernesto
    2009-02-24 23:33

    Es curioso, donde yo vivo hay puentes, pero que yo sepa, no hay datos de suicidios en ellos, aunque quien sabe, yo cada vez que paso por uno de ellos, sinceramente me da la tentación de hacerlo, pero entre mi cobardía y el miedo a las alturas, al final no lo hago, no queda más que una tentación.
    Aunque eso si, siempre que paso por uno de ellos, me imagino a mi cuerpo tirarse por uno de ellos, la tentación nunca me falta, aunque al final paso siempre por ellos sin realizarlo.

    Buen post, me ha gustado mucho.

  23. DJ Shadow
    2009-12-03 01:24

    Al final solo muere el cuerpo y permanece el deseo.

  24. amo al sol
    2010-07-06 19:45

    “Cuántas veces se habría preguntado aquel alma sin son las causas de tirar su vida por la borda, cuántos días de llantos y desesperación al saber que de un día a otro todo acabaría…
    Pero la imagen que desgarró por completo fue la de una botella de Brut Clos du Moulin de Cattier de 1992 encima de la mesa del salón. Ella había bebido de su mejor botella antes de decidir lanzarse al vacío, lanzarse a la gran masa de agua que pasa bajo el maravilloso puente…” (fragmento de mi obra 67 metros)
    Coincido con Ernesto. Pienso en un puente e imagino como mis manos tocan la suave y mojada barandilla, la cual me separa del vació. Es algo alucinante pero hay motivos maravillosos en la vida como para perderla así.

  25. Raphael Araneda Molina
    2010-12-09 00:48

    He llegado hasta esta página, precisamente para darles a conocer mi sufrimiento.
    Desde hace ya varios años tengo una enfermedad incurable, sometida a tratamientos radioactivos, tratamientos dolorosos y todo el dinero que he guardado es para comprar un medicamento con la esperanza de curarme, pero es inutil, todo el dolor que sufre mi cuerpo, todo para tener un mismo fin: la muerte.
    Por eso he llegado a la desición de practicar un acto: SUICIDARME.

    Todavía no se si quiero tirarme un balazo en la cabeza, morir de sobredosis o simplemente atar una soga a mi cuello, pero de algo estoy completamente seguro, quiero morir y reunirme con toda mi familia, ya que después de tener esta enfermedad mi madre, padre, hermanos y toda mi familia han muerto, quedando completamente sólo en el mundo.
    No me importará formar una familia y disfrutar los pocos años que me quedan de vida, simplemente quiero complacerme.

    Tal vez no valla al cielo, pero creanme, hasta el infierno es mejor que este gran dolor que siento en mi cuerpo, pero sobre todo en mi alma. Quisiera que en este mismo momento vieran cuan quemado estoy, gracias a los tratamientos. Ayer fui al doctor y me ha dicho que tengo un 1% de sobrevivir 3 meses, también dijo que mi muerte sera lenta y dolorosa, así que ya no veo el caso de seguir viviendo.

    No le reniego nada a la vida, mucho menos a Dios, pués he perdido la Fé en él. Gente que ni conozco me ha dicho que soy afortunado, pués nadie con esta enfermedad ha sobrevivido el tiempo que llevo yo.

    Sin quitarme más el tiempo, lanzó a cometer este acto “impuro”.
    Mientras escribo esta carta suicida he tomado la desición de morir tirandome un balazo en la entreceja. Morire rápido si mi tino no me falla.

    ¡ADIOS!

  26. Ana Lorenzo
    2010-12-09 11:44

    #25 Raphael Araneda: creo que lo ideal es que vayas a tu doctor y le exijas que te mande a la unidad de cuidados paliativos que tengas más cercana o que te corresponda. Ahí te quitan el dolor, al menos. Y yo siempre pediría una segunda opinión.
    Un beso.

  27. Ernesto
    2012-02-07 18:21

    Hola, mi vida es perfecta, me considero un hombre que tiene todo lo necesario para ser feliz: tengo un buen trabajo, una familia que me quiere, una novia maravillosa que me ama, amigos e, incluso, amantes. He recibido una educación muy buena y he aprendido a valorar las cosas que realmente merecen la pena, no soy materialista ni caigo en la frivolidad, he tenido a mi alrededor circunstancias que me han hecho madurar y entender las dificultades de la vida, las cuales he ido superando una a una hasta hoy. Además, me considero una persona inteligente, con éxito laboral y social, según dicen soy un tipo muy atractivo y todo esto hace tenga una autoestima enorme. Pues bien: me quiero morir. ¿A alguien más le pasa esto? Por favor, respóndanme antes de las doce de esta noche, en caso contrario, ya no estaré operativo.


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