Libro de notas

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El receptor por Jónatan Sark

Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.

Desarrollística infernal hacia Octodoctor

Aunque el Jefe de Drama Peter Cregeen hubiera asegurado que tenían intención de retomar Doctor Who en algún momento futuro la falta de movimiento o de alguna fecha concreta de regreso —tal y como había sucedido con la temporada 23— hicieron que los fanes se temieran lo peor. Sobre todo cuando la BBC decidió aprovechar para cerrar la Oficina de Producción de Doctor Who que llevaba abierta desde el año 63.

La cercanía del treinta aniversario, en 1993, hacía albergar alguna esperanza de que en breve hubiera noticias positivas, de igual manera había movimientos en América desde hacía tiempo, organizados en tres grupos, el conocido como The Daltenrey, el formado por Terry Nation y Gerry Davis y el que el inglés afincado en USA Philip Segal iba formando de productora en productora.

Lo que siguió a continuación fue una sucesión de desastres empresariales y creativos así como una loca carrera por la rentabilidad al estilo americano que no es sólo un momento cumbre de todo lo que podría salir mal al pasar de la televisión al cine y un ejemplo brillante de lo que significa el término Infierno de desarrollo (o una versión más razonable en español de Development Hell) sino que acabaría dando lugar a un libro que recoge todos estos problemas, el divertidísimo The Nth Doctor, que recomiendo a aquellos a los que esta columna deje con ganas de más y que resulta mucho más interesante que Doctor Who: Regeneration, el libro del mismo tema en el que Philip Segal, ayudado por el escritor Gary Russell, trata de dar su punto de vista de la historia.

Lo primero que ocurrió fue que los planes de Andrew Cartmel para el Doctor se fueron al garete. Consideraba que la historia de Ace estaba suficientemente explicada y tenía intención de mandarla durante la siguiente temporada a Prydonian Academy de Gallifrey. No se trataba de dejarla muerta, casada o que decidieran abandonarse sino de un paso adelante en su camino, un nuevo ejemplo del carácter revolucionario que Cartmel quería darle a Ace. En su lugar tenía intención de hacer otro truco. Introducir a un jefe de los bajos fondos ingleses que se encontraría un par de veces con el Doctor como personaje recurrente, en una de las aventuras el Doctor le ayudaría con el parto de su mujer y, en una aventura posterior, esa misma hija a la que ayudó a traer al mundo se le uniría como acompañante con un trasfondo y unos conocimientos criminales de los que poder sacar partido. Además, claro de que la habríamos visto como niña antes de verla como acompañante, modificando de esta manera también su relación con el Doctor. Algunas de las historias preparadas acabarían viendo la luz dentro de las colecciones de libros, como ya veremos.

El paso del tiempo hizo que todos fueran viendo finalizados sus contratos y se pusieran a buscar otras ocupaciones, aunque Sylvester McCoy prometió a los fanes de la serie que cuando llegara el momento estaría más que dispuesto a regenerarse en su sucesor, y mientras John Nathan-Turner lograba por fin dejar atrás su etapa como productor de Doctor Who, para descubrir que tampoco tenía mucho más futuro en nada relacionado con la televisión, la BBC decidía que, siguiendo los postulados de la Comisión Peacock, lo que había que hacer era subcontratar a una productora externa que sacara la serie adelante.

Cuando a las empresas se les abrió la posibilidad de hacer negocio con Doctor Who fueron apareciendo propuestas. La primera llevaba ya años dando vueltas, desde 1987, se trataba de The Daltenrey, una empresa formada por un grupo de aficionados de alto nivel con la intención de llevar al cine las aventuras del Doctor, estando aún la serie en marcha —aunque ya en problemas— habían logrado un acuerdo con la BBC que les vendía los derechos hasta 1994 para realizar una película. El grupo lo crearon el director George Dugdale, el experto en efectos especiales Peter Litten y el periodista John Humphreys, a los que se les fueron sumando personas del mundo cultural británico como el músico Brian Ferry. La idea era crear un conglomerado de personas ligadas al mundo de la cultura que pudiera ofrecer su experiencia y contactos para llevar el proyecto a buen puerto.

Pero, claro, una película es una cosa y una serie otra, así que los señores de la BBC pensaron que podrían sacar más dinero si le vendían los derechos para televisión también, empezando ese mismo 1989 con los ojos vistos en la promoción por el treinta aniversario que tendría lugar cuatro años más tarde. De modo que ante las ofertas llegadas de manos de gente ligada a la serie como Nation y Davis —creadores de los Daleks y los Cybermen — o Derrick Sherwin —productor de los últimos seriales de Troughton — prefirieron decantarse por Philip Segal, cuya relación con la serie era como aficionado a la misma pero que venía respaldado por su puesto como Director de desarrollo televisivo para Columbia. Es decir, que tenía una productora con pasta detrás. ¿No es eso lo que el Profesor Peacock hubiera preferido?

El grupo The Daltenrey no tardó en ponerse en contacto con Segal para intentar combinar ambos esfuerzos de manera que la película pudiera servir de punto de lanzamiento de la nueva serie. Segal sugirió que podría verse como pilot en Estados Unidos y como película en el resto del mundo. La Columbia lo veía bien aunque la cadena con la que estaban en charlas, la CBS, era reticente. La multiplicación de interlocutores llevó a la BBC a contratar a la primera productora de la serie, Verity Lambert, a través de su empresa de producción, Cinema Verity, para que actuara como representante de las posturas de la BBC en las negociaciones. La productora de cine Paramount Picture, parte del grupo, trató incluso de cerrar un trato para que la película la protagonizara nada menos que Michael Jackson, para aprovechar el éxito de Moonwalker, independientemente de quién le interpretara luego en la serie, aunque quizá para lograr pasar de película a serie sin mayores problemas funcionara mejor la segunda opción que propuso la productora: Bill Cosby. Mientras estas tenían lugar Philip Segal dejó su cargo en Columbia para convertirse en Director de programación de la ABC. Bloqueando la situación con su marcha.

La BBC, no contenta con haber vendido los derechos para el cine y para la televisión pensó que podría exprimir un poco más de la serie y tanteó la posibilidad de vender los derechos para una serie de animación ligada al personaje, aunque al final no lo lograran… al menos de momento.

En 1991 Segal dejaba la ABC para entrar a formar parte de Amblin Entertainment en donde, una vez logrado el apoyo de Steven Spielberg —de quien se decía que ya había estudiado el proyecto cuando a principios de los ’80 Disney quiso comprar el personaje a la BBC para producir en asociación con este vía Touchstone series y películas—, procedió a volver a reactivar el proyecto, con éxito similar, mientras se aproximaba al productor Peter Wagg, al que el daltenrey Peter Litten conocía de cuando trabajaron juntos en Max Headroom, para tratar de desarrollarlo a tiempo para 1993.

La BBC seguía buscando maneras de sacarle más pasta a la serie y la cercanía del aniversario hizo que la rama que explotaba los lanzamientos en VHS se los programas de la cadena, que había logrado un gran éxito vendiendo en UK, USA y Australia las cintas de la serie, pensara en sacar un directo a vídeo conmemorativo. Así que los responsables de la sección, David Jackson y Penny Mills, se colocaron como productores del proyecto y contrataron a un par de guionistas, Adrian Rigelsford y Joanna McCaul, para que desarrollaran una historia suficientemente importante en que aparecieran todos los Doctores posibles así como el Brigadier, Ace y referencias a un personaje de los nuevos libros. El villano sería inicialmente un personaje nuevo, el Profesor Hawspur, un viajero temporal que intentaba interferir con la línea temporal del Doctor en una aventura originalmente conocida como Lost In The Dark Dimension y, finalmente, The Dark Dimension, que aparecería en Noviembre de 1993 coincidiendo con el 30 aniversario de la serie. Y decidieron ponerlo en manos de la persona que, sin duda alguna, más ganas tendría de volver a encontrarse con el Doctor: John Nathan-Turner.

Inesperadamente para la BBC JNT manifestó preferir mantenerse lo más apartado posible del personaje que pudiera. La excusa oficial era que no veía como el guión podría funcionar con el presupuesto asignado, la extraoficial parecía ser que no tenía muchas ganas de volver a la serie y menos teniendo en cuenta que él ya envió un guión para un directo a vídeo cuando aún se emitía la serie y la BBC había pasado de él completamente. A pesar de eso siguieron adelante buscando completar el proyecto cuanto antes, fichando a Graeme Harper, director de algunos seriales como The Caves Of Androzani, y también habían logrado fichar a Tom Baker, al que habían prometido el personaje de mayor protagonismo al ser el más conocido internacionalmente, y que estaba deseoso de participar tras haberse saltado The five Doctors.

Pero había problemas con el resto de Doctores vivos; Pertwee y Davison y Baker y McCoy; no estaban tan convencidos. Los que ya conocían la reputación de Baker porque sospechaban que iba a convertir aquello en una obra para su mayor gloria, sobre todo porque sus personajes tampoco tenían mucho tiempo en pantalla en la primera versión del guión.

Aunque eso no fue nada comparado con lo que ocurrió cuando Philip Segal se enteró del proyecto. Segal, que estaba trabajando con los Daltenrey para sacar la película y lanzar la serie para esas mismas fechas, se puso en contacto con la BBC para expresarles su desagrado por el proyecto que si salía mal podría significar un duro golpe para la película y la resurrección de la serie. Lo que no deja de ser irónico, dados los problemas de producción que estaban teniendo con su propio proyecto. Pero la BBC decidió hacerle caso y enterrar el proyecto…

En su lugar, el 30 aniversario habría un documental en la tele y otro en la radio, una radionovela del tercer Doctor —con el Brigadier y Sarah Jane — escrita por Barry Letts… y una cosa más. El telemaratón Children In Need quería rendir homenaje a Doctor Who con una pequeña historia. Así que decidieron acercarse a la persona más adecuada y deseosa de ayudar, una vez más: John Nathan-Turner. JNT inicialmente les dijo que no, claro, luego su agente se enteró de que andaba rechazando trabajo, tuvieron una conversación y JNT llamó a los responsables para decir que se lo había pensado mejor y estaría encantado de colaborar. Lo primero que hizo fue agenciarse un guionista inexperto con el que poder colaborar desde una posición de superioridad, David Roden, y así preparar The Dimensions Of Time, conocida luego como Dimensions In Time, en al que aparecerían todo los Doctores vivos. ¡¡¡Y SERÍA EN 3D!!!

No os riáis, que lo fue. Bueno, de aquella manera, con esas gafas especiales de cartón y plástico de dos colores que… Da igual. El caso es que eso suponía un problema para tener a todos los Doctores porque no había imágenes en 3D de Hartnell ni de Troughton, pero JNT no se achantó y decidió encargar dos bustos para poder poner sus cabezas voladoras en 3D dentro de la nave del enemigo del corto, que no era otro que The Rani, interpretada de nuevo por la gran Kate O’Mara en su versión más sobreactuada, decidida a terminar de una vez por todas con el Doctor —algo que también parecía haber logrado con Tom Baker— encerrándole en un bucle temporal con un lapso de 20 años entre ellos: 1973, 1993 y 2013, que estaría en la localización de… EastEnders. De esta manera se hacía un crossover entre las dos conocidas series.

Como celebración que era trajeron también a algunos acompañanantes, empezando por Ace y añadiendo a Mel, Susan, Sarah, Peri,
Ian, Liz, Leela, Yates, Nyssa, Victoria, Romana, El Brigadier y hasta K9, y soltándoles luego enemigos clásicos de manera meramente testimonial, como Cybermen, Ogron, Sea Devil, Tractator, Tetrap, Zog

Para la segunda parte podían votar por teléfono y elegir qué personaje de EastEnders ayudaría —muy mínimante— al Doctor, si sería Mandy o Big Ron, se rodaron ambas versiones pero sólo se emitió la ganadora, de Mandy, lo que añadió un mínimo de interacción entre el público y el especial.

La audiencia de la historia —emitida en dos segmentos separados dos días distintos— fue notablemente buena, algo a lo que ayudó también que fuera la gran atracción de la maratón benéfica y, coincidiendo con su aniversario, el Radio Times le diera la portada, algo que no ocurría desde hacía una década en The five Doctors. Obviamente los pensamientos inmediatos de la BBC fueron que podrían sacar… más pasta con lo que quiera que hiciera Philip Segal vendiendo licencias. Nada de ponerse ellos de nuevo, faltaría más. Y con la licencia para la película vendida a los Daltenreys a punto de caducar parecía un buen momento para seguir maniobrando…

Segal, por su parte, había visto el éxito en UK como un aliciente para tratar de mover la serie. En ese momento sobre la mesa se encontraban Amblin y Universal con la BBC y su rama internacional BBC Enterprises, a punto de pasar a ser BBC Worldwide. Como el tiempo corría decidieron entre todos que el marrón se lo com… que se pusiera al mando a Philip Segal como productor del invento pero que, para adaptar el nuevo Doctor Who a la sensibilidad americana lo mejor era poner como guionista a un hombre de confianza de la Universal, John Leekley, en vez de a ese inglés que querían poner Segal y la BBC, un tal Terrance Dicks.

Por suerte Leekley tenía un montón de ideas interesantes para hacer un guión de Doctor Who que atrajera una gran audiencia:

La película presentaría al Doctor y al Master, que son hermanastros, hijos antes del gran explorador Time Lord Ulysses y nietos del actual Presidente del Consejo Borusa; cuando el Master mata a Borusa para hacerse con el puesto de Presidente el Doctor decide huir de Gallifrey en una vieja y estropeada TARDIS decidido a encontrar a Ulysses. El espíritu de Borusa se introduciría en esa misma TARDIS permitiéndole aconsejar a su nieto cuando fuera necesario. Y el primer punto de su búsqueda sería El Planeta Azul en el que vivía la segunda mujer de Ulysses y madre del Doctor.

Americanizar, que lo llaman.

Segal y Leekley, con ayuda del diseñador Richard Lewis, prepararon una extensa biblia de la serie basado en este contexto, que incluía un encuentro en el segundo capítulo —o la segunda parte del piloto, según se decidiera— con los Daleks, ahora una raza a las órdenes del Master. También ofrecía idea de qué seriales clásicos podrían ser reciclados para las nuevas series, y reinventado a enemigos como los Cybermen, que ahora se llamarían Cybs, serían creados con partes diferentes, mediante retazos; los Yetis, por su parte, dejarían de ser robots al servicio de la Gran Inteligencia para ser simples descendientes de los neandertales. La segunda aventura del doctor sería The Gunfighter con mayor rigor histórico.

De momento necesitaban encontrar actores así que elaboraron una pequeña lista para el Doctor, otra para el Master y una última para Borusa. El resultado era, básicamente… cualquiera. No podían estar más perdidos con lo que buscaban como demuestra un pequeño listado a los candidatos.

Para el Doctor entraban Adam Ant, Rowan Atkinson, Sean Bean, Pierce Brosnan, Michael Crawford, Tim Curry, Timothy Dalton, Rupert Everett, Ralph Fiennes, Hugh Grant, Anthony Stewart Head, John Hurt, Eric Idle, Derek Jacobi, Ben Kingsley, Rob Lowe, Malcolm McDowell, Ian McKellen, Sam Neill, Peter O’Toole, Michael Palin, Jonathan Pryce, Patrick Stewart y Peter Ustinov. Como se ve sólo parecían haber desestimado a la rana Gustavo. Para mediados de marzo de 1994 el candidato principal se había convertido en Paul McGann que les había impresionado en Alien 3. Lamentablemente estaba ocupado así que se decidieron por el irlandés Liam Cunningham… que también tenía un compromiso previo.

Así que pasaron a centrarse en el rol de Borusa, pensando que podrían conseguir a un gran nombre para el papel mientras discutían si sería mejor tenerle como una voz o como un holograma, y en cuanto a la lista de actores… ¡De nuevo Gustavo había sido dado de lado! Por contra se consideró a Don Ameche, Richard Attenborough, Peter Cushing, Kirk Douglas, Albert Finney, Richard Griffiths, Alec Guinness, Richard Harris, Anthony Hopkins, Burt Lancaster, Christopher Lee, Jack Lemmon, Paul Newman, Gregory Peck, Donald Pleasance, Max von Sydow y, ya puestos, Peter Ustinov y Ian McKellen, que igual servían para un roto o un descosido. El favorito, en este caso, era Peter O’Toole, que parecía dispuesto a sumarse al proyecto.

Lamentablemente los directores de las cadenas pasaron muy ampliamente. Ni la NBC lo vio claro —que ya es decir—, ni a la ABC le interesó ni la CBS paso de considerarlo como algo que podrían comprar como reemplazo para mitad de la temporada. Por suerte aún quedaba una cadena, joven e intrépida, con recién llegado jefe joven e intrépido Jefe de Series: Robert Greenblatt. Y, claro, fue ver el proyecto y parecerle estupendo. Eso sí, como un telefilme con opción a otro, no como una serie. Segal estuvo negociando con Greenblatt y acabó logrando un acuerdo de mínimos, se haría un piloto de larga duración que, de funcionar, llevaría a la cadena a encargar una serie.

Mientras tanto en suelo británico el grupo Daltenreys parecía tener todo preparado para rodar su película, habían contratado a Alan Rickman para interpretar al Doctor tras el rechazo de Pierce Brosnan y a Leonard Nimoy para dirigirla, con un guión por parte de Johnny Byrne, guionista de la serie original en seriales como Warriors of the Deep y creador del personaje de Nyssa, en el que el Doctor se enfrentaría a un nuevo enemigo, Varnax. Pero resulta que no estaba TODO preparado, necesitaban que la BBC aprobara el guión para ponerse a rodar. Imaginaban que era cuestión de día así que tenían ya preparadas localizaciones, maquinaria y todo lo necesario. Pero la BBC no daba muestras de vida.

Los Daltenreys fueron directos a la cadena a exigirles una respuesta rápida en cuanto se dieron cuenta del juego de la cadena, faltaban sólo unas semanas para que los derechos para la película caducaran y volvieran a la BBC. Sea por esa avidez de dinero al poder volverlos a vender, sea por considerar que podría interferir con el trato con Segal, la FOX, Spielberg y toda la pesca, el caso es que la BBC se dedicó a fingir que no les oía hasta que pasó la fecha y recuperaron los derechos. Lo que motivó, a su vez, una millonaria demanda por parte de los Daltenreys, convencidos de que les habían tomado pero bien el pelo a lo que la BBC contestó con el equivalente legal a ÑAÑAÑA. De la demanda y los 14 millones de libras que pedían como compensación nunca más se supo… públicamente. Al parecer llegaron a un acuerdo que algún día conoceremos.

Con los Daltenreys fuera de juego el peligro que una producción millonaria dirigida por Nimoy y protagonizada por Rickman sobre guión centrado en el Doctor tradicional podía causar en el telefilme americano se desvanecía y así el grupito de Segal podía volver a dedicarse a sus preparativos ahora con otoño de 1995 como objetivo. Contando ahora además con Jean-Marc Lofficier y su mujer Randy, una pareja de historiadores interesados en documentar el proceso y que se ofrecieron como asistentes en la historia del personaje.

Pese a contar con ellos tampoco es que el guión mejorara demasiado. Se decidió darle una segunda revisión detallándolo más. El Doctor visitaría ahora la 2º Guerra Mundial encontrando así a una acompañante, Lizzie Travis, con la que viajaría al antiguo Egipto buscando a Ulysses, de ahí —tras un ataque de Cybs— volverían a Gallifrey a que el Master les mandara a Skaro para que detuvieran a Davros y sus Daleks, aunque avisando al científico chalado para que se los cargaran, algo que no conseguirían pero que dejaría claro al Doctor que no era bienvenido en su planeta, así que irían a la Tierra a buscar a su padre por aquello que decía el borracho de que debajo de la luz se busca mejor.

Cuando le señalaron la existencia del animal mitológico conocido como presupuesto Leekley decidió cambiar a los Cybs por un secuaz del Master conocido como el Castellan Kelner dándole el mismo nombre que al personaje de The Invasion Of Time —y logrando esta vez deletrearlo bien, no como cuando convirtió en Borusa al Cardinal Barusa—. Luego le tocaría eliminar el regreso a Gallifrey y reducir las escenas en Egipto y Skaro. Una vez el guión parecía algo que pudieran pagar con el dinero que tenían empezó la ronda con las productoras.

Mientras, Segal barajaba para dirigir el piloto a Joe Dante, Alan Parker, Ridley Scott, Peter Weir… y por lo que sabía Leonard Nimoy estaría encantado de dirigir una película de Doctor Who y estaba ahora libre.

De momento, tras una segunda ronda de actores para el personaje principal entre los que se incluían como novedad a Jeff Goldblum, Rutger Hauer, Chris Isaak, Kyle MacLachlan y Gary Sinise, volvieron a lo básico y a intentar que Paul McGann fuera el elegido.

El primer productor que le puso un ojo encima al guión fue el propio Steven Spielberg que preguntó si tenían intención de hacer Doctor Who o Indiana Jones del Espacio y sugirió a Segal que se buscara a un nuevo guionista. Así que, en lugar de preguntarle a Dicks cómo le iba, se fue para Universal a ver si tenían a alguien. Y lo tenían: Robert DeLaurentis.

DeLaurentis decidió que lo que necesitaba ese guión era más diversión, y empezó a hacer cambios como que el padre del Doctor ya no se llamaría Ulysses o que estaría en la 2ª Guerra Mundial metido en un complot para matar a Hitler, que para eso era un viajero del tiempo. Ese intento de asesinato llevaría a Estados Unidos en 1994 donde encontraría a su padre y de ahí a Skaro a que se enfrentaran al Master. De manera que el papel de Borusa lo ocuparía ahora el padre. Y, ya puestos, llamar al Castellan Castelloan —mucho habían durado deletreando correctamente— y darle a Lizzie un bulldog llamado Winston que les acompañaría en sus aventuras. No, yo tampoco sé en qué estaban pensando.

A partir de ahí llegó un tornado de cambios para el guión que iba sumando reescrituras en las que los Daleks pasaban a ser alienígenas cambiaformas, Winston nunca se unía a la TARDIS, y el Castellan^recuperaba su nombre pero ahora era un medio Zolgon. Así hasta que la FOX, viendo que era imposible ya estrenarlo en 1995 decidió acabar con la tontería y pedir que alguien despidiera a DeLaurentis.

El vicepresidente de FOX a cargo de telefilmes sugirió entonces el nombre de Matthew Jacobs, guionista habitual de El joven Indiana Jones, que empezaría de cero… bueno, lo de la madre humana del Doctor de momento se lo quedaban. Ahora empezaban con Sylvester McCoy en su TARDIS llegando a una gran ciudad estadounidense sin saber que el Master, tras haber agotado sus reencarnaciones —sí, otra vez— no era más que una especie de pulpa maliciosa decidida a acabar con el Doctor para tratar de introducirse dentro de él. Ahm. Para ocupar su mente, quiero decir. El ataque del Master terminaría con el Doctor mortalmente herido en la calle donde un chaval pandillero llamado Jack le llevaría al hospital en el que la Doctora Kelly Grace no lograría salvarle. Mientras el Doctor se regeneraba el Master ocuparía un cuerpo humano, que se iba degenerando rápidamente por tener que contener a un Time Lord, y trataría de entrar en la TARDIS. Tras no conseguirlo descubriría que las llaves de la TARDIS estaban ahora en posesión de Jack así que decidiría trazar un plan sencillo: traer de entre los muertos a un ejército de zombies entre los que se incluiría el padre de Jack para así poder robar la nave. Aprovechando que era Halloween, además. Tras un par de peleas Jack moriría para ser traído de vuelta a la vida por el poder de la TARDIS, vencería al cuerpo degenerado del Master y sus muertos vivientes y partiría en búsqueda de nuevas aventuras con la Dra. Grace.

Quizá porque les gustase realmente, quizá por simple contraposición con lo anterior, incluso puede que por lo barato del asunto, el caso es que a la FOX le gustó el guión, aunque vieron algunos cambios necesarios: el nombre de la Dra. Grace que pasaría a ser la Dra. Grace Wilson, la raza de Jack que por lo visto no era lo suficientemente diversa y pasaría a convertirle en Chang Lee por culpa de esa ley que evita que los asiáticos se llamen Jack, y la necesidad de meter algo más de humor que se arregló con un par de celadores de hospital que homenajeaban a los Bill y Ted de la película de viajeros temporales del mismo nombre, el Master tendría más personalidad y para ello dirían que su cuerpo era de un bombero. Además, decidieron que mejor que parecer un cadáver putrefacto el Master debería parecer un lagarto según fuera pasando el tiempo (?) y que pudiera convertir sus brazos en otras cosas como lazos. Porque lo de los zombies no lo acababan de ver así que en su lugar se traían un artefacto llamado The Eye of Harmony que serviría para traer de la muerte al Master y para que los secundarios pudieran comunicarse con sus parientes muertos, lo que significaba que el padre de Ja… de Chang Lee traído de entre los muertos pasaría a ser un tío al que el Master mataría. Y gracias a la cosa esa el Doctor podría tener una visión de su madre humana.

En este punto Peter Wagg decidió dejar el proyecto, sabedor de que por lo avanzado del año no se podría tener nada preparado hasta el año siguiente, aunque prometió echar una mano si lo necesitaban. Poco después de irse él también los Lofficier, que total para lo que habían hecho por proteger el legado original del Doctor. Aunque lo que Segal no sabía es que planeaban publicar un libro con todo el material de producción que habían logrado en esos años, lo que acabaríamos conociendo como The Nth Doctor, y que saldría en 1996, detallando todas las idas, venidas y diversos meandros del proyecto. —Y, como decíamos antes, esto junto a las malas críticas llevarían a Segal a escribir su propia versión en Doctor Who: Regeneration — pero no todo fueron salidas, también entró un nuevo productor por parte de Universal, Alex Beaton, que se convertiría en una persona fundamental cuando en septiembre Segal decidiera dejar Amblin por el sello Lakeshore Television de Paramount Pictures, aunque Spielberg le permitiría llevarse los derechos del personaje con él, quitándose así de en medio del marrón, pasando a ser Beaton la persona fundamental para la producción.

Se decidió rodarla en la Vancouver por ser más barato, aunque eso llevaba añadida una cláusula por la que gran parte del equipo técnico debía ser canadiense. La cosa se movía y tenían incluso un diseñador principal, Richard Hudolin, que decidió hacer una versión del interior de la TARDIS usando de base la de Tom Baker pero con una inspiración más cercana a Julio Verne, y a mayor escala.

Contentos FOX y Universal y dada la fecha de mayo de 1996 para su estreno sólo quedaba una parte por convencer, la BBC, que pediría una serie de cambios que llevarían a la versión definitiva del guión en el que el Doctor transportaría los restos mortales del Master desde el planeta Skaro en el que los Daleks le habían juzgado (?) y condenado a muerte, pero antes de morir solicitó que el Doctor llevara sus restos de regreso a Galliffrey sin saber que su intención era tomar control del Doctor. Cómo era posible que esos restos terminaran siendo el Master con la pinta de una serpiente es algo que nunca sabremos. En cualquier caso esto provocó un aterrizaje de emergencia de la TARDIS en la Tierra, cuando el Doctor decide salir para ver dónde está se encuentra en mitad de una bronca entre pandilleros. Bueno, se encuentra… unos pandilleros estaban disparando a Chang Lee justo cuando la TARDIS se materializa entre ellos, según el Doctor abre la puerta se lleva un par de tiros en lo que puede ser una de las secuencias más ridículas en toda la historia del personaje.

De ahí al no salvamento por parte de la Doctora Grace Holloway, la parte de Chang Lee e incluso ciertos detalles que recordaban los ojos de guepardo de la última vez que vimos al Master. Y también que Sylvester McCoy hiciera honor a su palabra y apareciera en el telefilme para dar el relevo a su sucesor. Lo que tuvo mérito porque a la responsable de Universal le parecía que era mejor que no aparecieran Doctores anteriores o que, si se tenía que regenerar de alguno, lo hiciera de Tom Baker, que para eso era el más conocido.

La FOX pidió, eso sí, que hubiera al menos un nombre importante en el proyecto. Incluso sugirió que se estudiara a otros actores para el puesto de Doctor como Alfred Molina, Julian Sands, Arnold Vosloo y Peter Weller aunque accedieron que se quedara McCann a cambio de que alguien reconocible por el público americano hiciera de Master.

Para la Doctora Holloway se pensó en Maria Bello, Erika Eleniak, Stacy Haiduk, Marcia Gay Harden, Carrie Ann Moss o Helen Slater, pero acabaría yendo a Daphne Ashbrook, conocida fundamentalmente por Melora, un episodio de Star Trek: Espacio profundo 9 en el que interpretaba al personaje que daba título al capítulo.

De manera que hacía falta el Master y, como de costumbre, se tiró de la famosa lista de nombres que incluía a:

F Murray Abraham, Dan Aykroyd, Richard Dean Anderson, Armand Assante, Scott Bakula, Tom Berenger, David Bowie, Steve Buscemi, Dana Carvey, Chevy Chase, Phil Collins, Matt Dillon, Robert Duvall, Robert Englund, Dennis Hopper, Mick Jagger, John Malkovich, Rick Moranis, Bill Murray, Oliver Platt, Tom Selleck, Martin Sheen, Kevin Spacey, Sting, Jon Voight, Tom Waits, uno de los Wayans, da igual si Damon o Keenan Ivory, Henry Winkler, James Woods y Michael York entre otros.

Dentro del epígrafe: Repitiendo lista teníamos a Tim Curry, Timothy Dalton, Jeff Goldblum, Rutger Hauer, Chris Isaak, Ben Kingsley, Christopher Lee, Kyle MacLachlan, Malcolm McDowell, Jonathan Pryce, Patrick Stewart, Peter Weller e, incluso, Leonard Nimoy.

El preferido de Segal era otro: Christopher Lloyd, una ekección que le enfrentó a Universal que estaba viendo cómo se iban a tener que gastar más dinero del que creían en la producción. La situación entre productora y productor llegaría a su mínimo cuando Segal pensó que se iban a retirar echando por tierra todo el trabajo así que fue a sus jefes de Paramount por si estaban interesados en sustituirles: No. Así que decidió aprovechar que ahora había foros de internet para entrar y decirle a los aficionados que se dedicaran a dar po… a escribir caras y llamar por teléfono al responsable para que se desbloqueara. Cuando por fin aceptaron resultó que Lloyd ya no estaba libre así que tuvieron que ir a la siguiente opción, Eric Roberts. Que por extraño que parezca había pedido más dinero que Lloyd, y ya puesto, que le dieran un papelito a su esposa, Eliza, terminaría siendo el de la mujer del cuerpo que el Master ocupó.

Fina mentalmente se decidieron los últimos recortes, que convierten a Chang Lee en un personaje poco menos que anecdótico, se eliminaron casi todos los momentos humorísticos haciendo desaparecer a los bedeles, y varios momento fueron reescritos o improvisados sobre la marcha. La relación entre los productores estaba en su peor momento mientras los implicados a lo largo de los años aparecían para reclamar ser acreditados —y cobrar, claro— en diferentes papeles.

Y llegó el estreno estadounidense. Daba igual que la FOX estuviera aprovechando Expediente X para promocionar la serie, el día en el que lo colocaron difícilmente podría ser peor, enfrentándose al capítulo del ataque al corazón del personaje de John Goodman en Roseanne entre otras cosas que dejó a la serie con un 9% de audiencia, muy lejos del 15% que había puesto la FOX como mínimo para pedir la serie y del 17-18% que el equipo de producción esperaba lograr.

Dio igual que en UK arrasara, en Estados Unidos era un proyecto muerto y la BBC seguía decidida a no producirlo ella misma. Una vez más, parecía que la historia de Doctor Who había llegado a su final.


Doctor Who The Movie Part 1 por WhoFan1966

Jónatan Sark | 22 de julio de 2013

Comentarios

  1. E. Martín
    2013-07-26 15:39

    Hay que ver cómo son estos ingleses. Privatizar la franquicia. ¡Esas cosas sólo pasaban en los locos 90!


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