Libro de notas

Edición LdN
El receptor por Jónatan Sark

Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.

Always money banana standar

En la vida de las series siempre parece haber algo que facilita que su memoria crezca entre los espectadores. Quizá sea por el incremento de buenas críticas, por la llegada de gente con un interés concreto o, simplemente, porque todas estas cosas llevan su tiempo. La verdad es que hace diez años Arrested Development nos importaba sólo a unos pocos, igual que luego pasaría con The Wire, Community o ahora con The Americans.

En el caso de Arrested Development convendría ponernos en situación: Mitchel Hurwitz había trabajado de guionista en Las chicas de oro y The John Larroquette Show y co-creado The Ellen Show. La idea, sin embargo, corresponde a Ron Howard. Es él quien quería hacer una serie sobre una familia rica y disfuncional, también quería que el aspecto fuera similar al de los realities y que tuviera un gran trabajo cómico de casting y guiones. Hurwitz fue e que pensó en los escándalos tipo ENRON y en el cambio de la figura de los ricos en la sociedad americana de los tiempos de Bush hijo.

Pero vayamos un paso más, ¿qué se emitía en la tele en 2002 mientras esta serie era preparada? Podemos empezar antes por mencionar los Emmys. En comedia FRIENDS había ganado frente a su compañera de cadena Will & Grace, a la serie familiar de la CBS Everybody Loves Raymond y a dos series míticas de la HBO, Curb Your Enthusiasm y Sex and the City. Andaban por ahí también Scrubs, Malcolm in the middle y Frasier. Como veis no se puede decir que fuera un momento con poca competición en la comedia. Ni que estuvieran todas en un estilo especialmente académico. Curb… es una aproximación al documental, Scrubs y Malcolm jugaban con el narrador y la realidad representada, y Friends y Frasier habían reinventado las reglas de la sitcom más clásica —la de amigos y la de familia— sin mucho problema.

Sin embargo, fue un cambio. Una revolución. Y algo más. Uno ve Friends o Sex anf the city e incluso Curb… y piensa que es algo que está pidiendo a gritos ser imitado, realizar modificaciones para ver cómo podría funcionar. Desde 2013 podríamos decir que gran parte de los estrenos de esta década han consistido en ESO en concreto. E incluso del resto, Scrubs tiene momentos en que parece tratar de convertirse en la versión en imagen real de Family Guy, aunque tanto ella como Macolm no hayan encontrado muchos más intentos de repetir el éxito.

Pero es que en el caso de Arrested Development hubo prácticamente que reinventar el paradigma de imitación. Cuando se piensa en su influencia hay quien habla de Modern Family, pese a que guarde más parecidos con la versión americana de The Office que con una serie que por su temática familiar debería estar más cercana. De hecho, el uso del narrador en Modern Family se encuentra más cercano al de Sex and the city que al de Arrested.

Quizá porque Arrested era una serie fundamentalmente subversiva. En muchos aspectos menores pero, fundamentalmente, en el de los elementos clásicos de la comedia —el narrador no se limitaba a dar una entrada y una salida al modo Serling, permanecía toda la serie no como acompañamiento de la acción sino como crítica y comentario de la misma, estando más cerca de lo que podríamos ver en Mystery Science Theater 3000 o esperar de Waldorf y Statler que en Scrubs, incluso en los casos en los que no era activamente irónica sino, simplemente, introducía o ampliaba algún tema. Es decir, cuando no estaba criticando estaba cumpliendo la función de nota al pie. Algo igualmente subversivo por la referencia postmoderna que ello supone y por servir de introducción a medios externos. Gracias a este modelo de narración se nos podían presentar páginas web, vídeos, publicaciones y cualquier otro medio que fuera necesario para introducir un guiñó; otra de las subversiones, la creación de una serie de recurrencias internas en forma de bromas privadas y ecos internos. Pero a ello volveremos luego.

De momento señalemos que esa multiplicidad de medios permitía, ademas, subvertir el formato, no sólo el estilo de la serie sino la misma manera de grabación y representación, con una mezcla de estilos y calidades así como de recursos que podrían presentarla como una mezcla de las comedias multicámaras con las de una sola cámara y, además, con los realities y documentales que tan de moda estaban en ese momento. Así, la misma grabación podía ir variando su estilo para, además, tener que ofrecer otro en caso de usar grabaciones de vídeos antiguos, de una web o de cámaras de seguridad. Un truco que no ha repetido prácticamente nadie y que quién más cerca ha estado de igualar es otra comedia juguetona, Psych, que de cuando en cuando experimenta un poco con el formato.

Volvamos ahora a esas bromas privadas, esos ecos y, ya puestos, a los guiños externos también. Hablemos de la referencialidad y autoreferencialidad de la serie, uno de los puntos que la hacían más destacable y, a la vez, menos fácil de permitir la entrada de personas ajenas. Algo que también se le ha achacado a Community. Salvo que aquí no reinterpretarán arquetipos o emularan géneros por acumulación de clichés, sino que se dedicarán a guiños culturales — El enorme Henry Winkler, Fonzie en Happy Days, saltando un tiburón, por poner uno. — pero, sobre todo, a referencias internas dentro de la misma serie. Algo más que los clásicos latiguillos que tienen otros, aquí — Y para verlo viene estupendamente esta web recién abierta Recurring Development que los lista — tienen todo un arsenal de chistes internos y recurrencias. En ocasiones un item, como podría ser la camiseta de SLUT de Lindsay, reaparecía sin mayores explicaciones. En otras el narrador aprovechaba para recordar algo que ya se había visto o las relaciones, bien sea el asunto de que Tobias quizá sea algo gay o que GOB es el padre de Steve Holt. Del mismo modo la creación de falsos programas y series —un clásico— o la aparición de algunos cameos de famosos interpretándose a si mismos, con Carl Weathers a la cabeza, logrando un artefacto más allá.

Esta acumulación enmarallada en los guiones unida a un grupo de actores magníficos fue lo que la convirtió con rapidez en un éxito de crítica y su permanencia dentro de la propia industria —Con Ron Howard, el hombre de los amigos, como principal valedor y actores con tanta raigambre como Tambor o Bateman — hasta lograr al año siguiente llevarse una enorme cantidad de premios mientras iba perdiendo audiencia a puñados.

Lo que llevó a Prision Break ocupando su hueco — Algo que les faltó tiempo para parodiar— y su posterior cancelación, que esta FOX no se anda con tonterías como demostraba la cancelación de Firefly y Family Guy.

Su cancelación, en 2006, impidió vivir el ascenso de YouTube, abierto el año anterior, y el uso y difusión de la web. Pese a lo cuál en la serie se usaban y creaban webs falsas con tranquilidad y tenían presencia memes interneteros como el Star Wars Kid.

Así que, ¿qué tenemos ahora? Pues, de entrada que pese a los esfuerzos por convertir la serie en una película —algo a lo que apuntaba ya Ron Howard en el último capítulo de la serie original— han tenido que regresar a la serie. Iba a decir a la televisión pero, en realidad, ha sido al streaming, con Netflix siempre al tanto de lo que le interesa a la gente la simple posibilidad de traerlos de vuelta les interesó y, de la misma manera, a todos los involucrados les pareció buena idea hacerlo para ver si así lograban la famosa película.

El estilo Netflix de estrenar series, soltar de una sola vez todos los capítulos de una temporada —porque a la gente le gusta decidir qué y cómo ven las cosas— llevó a Mitchel Hurwitz a intentar otra temeridad. Dado que el espectador sería el que decidiera cuántos capítulos ver, y como administrárselo, bien atacando todos de un Atracón o concediéndose media hora a la semana, la que mejor le viniera, para consumir de manera espaciada toda la serie, ¿por qué no favorecer un visionado que permitiera múltiples revisiones?.

Aunque al final ha reconocido que lo mejor es vérselos en orden eso no quita que haya intentado que cada una uno sea independiente y que se puedan ver en el orden que cada uno decida. La ambición no les ha abandonado en absoluto.

Habrá que ver también el uso de las redes sociales, algo que cuando cancelaron la serie aún estaba en mantillas en pleno reinado de los blogs y con los foros empezando a mostrar su cansancio. Y, por supuesto, comprobar si van más allá de los de las tres temporadas existentes y crea alguno más, al fin y al cabo no todos pueden ser robots como Michael.

De momento han logrado reavivar el interés por la serie —aunque en realidad su fama no ha dejado de crecer nunca— entre otras cosas para tener frescas todas las posibles referencias internas y el punto en que se quedaron cada uno de los proagonistas. Que andan bastante liados todos ellos.

Michael Bateman ha dado algunos traspiés pero en los últimos años ha tenido un éxito enorme reciente con Identity Thief y está preparando ya la continuación de Horrible Bosses. Will Arnett acaba de salir del espanto de Up all night para meterse como protagonista de una nueva serie, The Millers. Portia de Rossi ha protagonizado varios pilotos fallidos, pero eso no ha hecho que dejen de llamarla. Tony Hale está ahora en Veep como ayudante de la vicepresidenta. Jessica Walter tuvo uno de los papeles principales de Retired at 35 y ha estado poniendo voz los últimos años a otra madre, la de Archer. Jeffrey Tambor no ha dejado de aparecer en series y programas como invitado especial, Psych sin ir más lejos. Alia Shawkat se ha movido por películas pequeñas y formatos alternativos. Michael Cera parecía que iba a ser la gran estrella de su generación, al menos hasta que se quedó con Scott Pilgrim mientras el chico que se quedaba con los papeles que él rechazaba, Jesse Eisenberg, se puso con La red social, ahora está en el circuito de comedia televisiva alternativa de Adult Swim. David Cross tuvo su propia serie, The Increasingly Poor Decisions of Todd Margaret, y se dedica tranquilamente a la comedia. En cuanto a Ron Howard, bueno… dirigió El código Da Vinci.

Así que ya sólo podemos esperar al 26 de mayo, y cruzar los dedos con fuerza esperando que nadie tenga que decir I’ve made a huge mistake, ni siquiera Franklin.

Jónatan Sark | 20 de mayo de 2013

Comentarios

  1. E. Martín
    2013-05-25 19:57

    Me he perdido. ¿Se ha vuelto conocida y ya no mola o sigue siendo una cosa apartada del mainstrim que sólo unos pocos conuasers conocen?

  2. Jónatan S.
    2013-05-27 18:23

    Por difícil que parezca, se ha vuelto conocida Y sigue molando.

    Ya en su momento, para su tercera temporada, logró ser una serie conocida gracias a los premios y la labor evangélica que hacíamos sus espectadores. Los años le han dado resonancia y, como pasa con las cosas buenas, ha formado una bola de nieve.

    No sólo eso, los capítulos de la 4ª que he tenido la oportunidad de ver — Y que justificarían por si mismo el uso de un Desbloqueador de Geolocalizaciones y la suscripción a Netflix — mantienen un gran nivel de calidad y todo ese tipo de juegos y referencias de la primera emisión.

    Así que si no te la has visto aún sólo puedo decir…

    C’MON!


Librería LdN


LdN en Twiter

Publicidad

Publicidad

Libro de Notas no se responsabiliza de las opiniones vertidas por sus colaboradores.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
Desarrollado con TextPattern | Suscripción XML: RSS - Atom | ISSN: 1699-8766
Diseño: Óscar Villán || Programación: Juanjo Navarro
Otros proyectos de LdN: Pequeño LdN || Artes poéticas || Retórica || Librería
Aviso legal