Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.
Dedicar todo un año a una única serie puede parecer una locura o una arbitrariedad, y en ambos casos tendríais razón. Pero no es lo único.
De entrada, es la serie de ciencia ficción —o de fantasía, si tenéis intención de empezar a discutir los límites de la definición— que más tiempo hace que se estrenó. Incluso aunque haya estado algunos años sin emitirse. También ha tenido épocas de enorme éxito e, incluso, de fenómeno de masas, y es por derecho propio uno de los grandes clásicos televisivos.
Esto, junto con la propia naturzaleza mutante facilitada por el funcionamiento interno de la serie, ha servido para hacer de ella una creación que va recogiendo en cada momento el espíritu de su tiempo, una suerte de zeitgeist variable, permitiendo repasar normas y maneras de cada época sin que por ello dejen de viajar por el tiempo y el espacio.
Además, la extensa historia refleja también las formas y maneras del funcionamiento televisivo, desde la historia de su propia creación que veremos en un par de semanas, hasta los distintos métodos de trabajo, —incluyendo la expansión por otros medios, aunque eso lo veremos muy por encima— la lucha con la cadena y con las asociaciones de telespectadores, el enfrentamiento con el gobierno, la etapa de colaboración con los americanos, desembocando en aquéllo, los intentos de traerlo de vuelta, su triunfal regreso británico y su regreso al primer plano de manera global.
A su vez, estamos hablando de una serie que ha logrado ir convirtiéndose en un referente, consiguiendo nuevos seguidores. Lo ha hecho pese a esos extraños movimientos de capítulos, especiales y duraciones extrañas que caracterizan a los británicos, muchos de los cuales parecían haber olvidado las series durante los escasos 15 años en los que lo único que se emitió fue… eso.
De manera que a estas alturas hay toda una generación que distingue entre el “Nuevo” Doctor Who y el Clásico o que ni tan siquiera considera el clásico, bien por desconocimiento total o porque considera que es muy antiguo. Así que habrá que suponer el interés de algunos de esos espectadores en conocer algo mejor esas temporadas anteriores. Quizá incluso a quitarse el miedo al blanco y negro de los dos primeros doctores.
Pero no sólo el personaje principal es interesante e importante, también podemos ver evolución —e involución, pero ya hablaremos de Peri— en sus acompañantes, los Companions, que sirven para reflejar cambios y puntos de vista diferentes, y permiten dar una enorme diversidad a la serie.
Lo que me lleva a los dos libros sobre la serie que quiero recomendar. Veréis, normalmente cuando hago las secciones temáticas hay alguien que me pregunta si he recurrido a algún título concreto o si hay una bibliografía básica del tema. Y, generalmente, no hay nada concreto. También es cierto que no me molesto en poner en estas columnas un registro de libros, revistas y recursos de internet usados —básicamente para no tardar el doble en escribirlas—, pero he pensado que no estaría mal citar en la introducción algunas pistas. Quizá lo esperable sería comenzar con los volúmenes de TARDIS Eruditorum pero aún es una colección naciente al haberse publicado de momento sólo los volúmenes dedicados a los dos primeros doctores; eso sí, si les interesa la serie no se los pueden perder, la labor de Philip Sandifer es difícilmente igualable. Del mismo modo se podría hablar de Doctor Who: The Unfolding Text, el primer análisis serio sobre el Doctah —sí, sé que algunos odiáis este apelativo cariñoso, qué le vais a hacer— que en 1983 publicaron John Tulloch y Manuel Alvarado, y cuyo problema actual, además de la horrorosa portada, es la edad transcurrida y la sobre-seriedad buscada para dotar de gravedad al estudio.
Los libros que recomiendo son Inside the TARDIS de James Chapman, editado en 2006, en parte celebración de la nueva serie, en parte introducción y repaso a la historia de la misma. Un libro ameno, didáctico y bien desarrollado que equilibra la duración de los capítulos por lo que —este sería el único pero— muchas veces no puede detenerse en honduras ni profundizar o reflexionar en exceso.
Por suerte, la otra lectura recomendada lo suple: Chicks Unravel Time, coordinada por Lynne M. Thomas y Deborah Stanish; se trata de una colección de ensayos, a razón de uno por temporada y autora, en el que podemos encontrar una cantidad de interesantes reflexiones con temas que van del feminismo al clasismo y, por supuesto, a la evolución y carácter del Doctor. El número de artículos buenos es muy alto, el de los excelentes es inesperado y el de los malos —que también hay— es por suerte moderado.
Con ambas lecturas combinadas se puede lograr una perspectiva razonable de lo que fue el dentro y fuera de la serie desde antes de su creación. Y, de paso, ahorraros la mitad de las columnas que se van a publicar este año en El receptor.
Podemos hablar también, claro, de algunos otros libros, especialmente la no-guía de episodios The discontinuity guide (2ª edición en 2004) de Paul Cornell, Martin Day y Keith Topping y la mirada al mundo de fanes y fanzineros de License denied (1997), editado por Paul Cornell. Que luego Cornell terminara escribiendo Human nature y casándose con una sacerdote anglicana es algo que no acabo de comprender. Me conformo con que no acabe siendo el sucesor de Moffat.
En cualquier caso, la idea para este año será intentar acercaros toda esa historia detrás de la serie, tanto la clásica como la nueva. Sobre todo ahora que empieza a haber espectadores que no conocen nada anterior a Matt Smith A la vez, procuraré proporcionar un cierto análisis y reflexión sobre tramas y personajes, amigos y enemigos —¡ The Rani & The Valeyard !— buscando los puntos en común con su actualidad y con las ideas que nos trataban de trasmitir los guionistas.
Pero todo eso será dentro de un par de semanas y empezando con la historia de la creación de la serie, cuando Sydney Newman y una amplia variedad de implicados definieron lo que buscaban como una serie de ciencia-ficción con componentes educativos de servicio público, que estuviera enfocada a los chavales pero atrajera también al resto de la familia. Pero para llegar a la respuesta, e incluso a la pregunta, tendrían que pasar muchas cosas. Por ejemplo, que la ITV estuviera ganando por mucho a la*BBC* en audiencia, hasta el punto de que el responsable de ficción de ésta, Michael Barry, decidió dimitir.
Así que la BBC necesitaba un programa popular, que fuera servicio público y tuviera éxito con la audiencia. Y también un nuevo responsable de ficción. En ambos casos: WHO?
2013-02-04 14:04
Yo recomendaría también The Writer’s Tale, que seguramente conoces.
2013-02-04 16:20
Lo conozco, sí, pero lo veo más centrado
lógicamenteen los nuevos episodios de RTDlógicamenteasí que para el propósito de esta columna de repaso exhaustivo a la serie como un todo se queda algo corto.También he dejado fuera un par de guías de la serie como la About time o la de Running Through Corridors, un poco por esa misma idea de centrarme en los dos libros que es más posible que mencione.