Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.
Como os decía la última vez, sigo todos los pilotos por mi propia voluntad. Quizá porque no me fío de lo que llega o porque sospecho que nunca el escrutinio es suficiente. Sin embargo este último bimestre ha sido menos prolijo en estrenos. Incluso alguno que esperaba con ganas como Moone Boy ha sido retrasado al otoño. Eso y los cambios, saltos y revueltas —esa CBS cancelando y a mitad del verano reculando con Unforgettable — hacen que todo se presente de lo más mutable. Pero, en fin, hay dos cosas que son innegables: La primera es que las series las veo por mí, pero estos resúmenes son por vosotros. La segunda, que no se van a comentar solos así que…
¡Que comience la lucha!
Anger management
Es difícil explicar por qué esta mala idea es una mala idea. El fondo en realidad no es tan malo y hay retazos de humor. Pero. En primer lugar las esperanzas de que Charlie Sheen aproveche estar en el FX junto a Its always sunny in Philadelphia o Louie se ven del todo rotas, el segundo casi parece más una prueba estilo dummie de que no está perdido para la comedia familiar. Es decir, estamos ante algo muy tradicional con un personaje que no llega a mostrar esa rabia del título, no se desmadra como esperábamos. Sí, se menciona su pasado y seguro que podemos imaginar a qué se refiere. Además, todo el cast secundario lo hace bien. Quizá no de maravlla porque ampoco hay mucho espacio pero sí cumplen con lo que de ellos es esperable. El problema es que esta es una comedia para lucimiento de Sheen y en lugar de encontrarnos con un tipo con Sangre de Tigre estamos en una comedieta sobre redimidos que sólo pretende darle otro 2 hombres y medio a Sheen. Una lástima esa falta de ambición.
The Aquabats! Super Show!
A ver cómo enfoco esto: The Aquabats es una banda californiana de ska-punk-pop con cierta tendencia al delirio, salvado las distancia para ambos grupos podríamos decir que están cerca del concepto de Los Petersellers. Además, el jefe del grupo hace muchas otras cosas como ser co-creador del programa infantil Yo Gabba Gabba! lo que fue allanando el camino hasta darles su propio programa televisivo que ofrece aventuras, mucho humor, más imaginación e historias que continúan con la mitología propia de estos… superhéroes cantantes.
Así que tenemos referencias, animaciones, canciones, y muchas ganas de pasarlo bien. Un gran divertimento.
Baby Daddy
Por el amor de Dios, ¿cuantas comedietas de gente que tiene que bregar con la paternidad vamos a tener que soportar? ¿Pero qué está pasando, toda esa gente que decía “Eh, estas vivencias compartiendo piso son tremendamente divertidas debería, uaho… debería ¡¡¡Hacer una serie con ella!!” ahora han pasado a ser padres? ¡¡¡PARAD YA!!!
Bunheads
Amy Sherman-Palladino es conocida universalmente —un poner— como creadora de Las Chicas Gillmore con lo que cualquier creación que tratara de lanzar iba a ser inmediatamente comparada con estas. De manera que quizá el hecho de que sea una especie de Chicas Gilmore costa oeste es una forma de anticiparse a los problemas. Pero, además, es que logra un tono muy similar desde un punto de partida bien diferente. Aquí el centro no es tanto la familia como lo que es la familia de modo que las relaciones entre los personajes no son tanto como de amistad aunque sí se tratan los problemas derivados de las familias. Los famosos diálogos rápidos marca de la casa están, igual que la preminencia femenina que permite a Kelly Bishop un personaje que es a la vez completamente diferente y exactamente el mismo que en la primera serie. El papel protagonista recae en una mujer de tetrao, y no cualquiera, Sutton Foster puede que no tenga un labio superior que se pueda llamar tal pero sí que posee talento de sobra como para tener ya dos premios Tony en Actriz Principal de Musical. Aunque quizá por este pasado teatral hace que el personaje sea aún más gesticulante y exagerado, a ratos parece estar viendo un anime en imagen real lo que da una apariencia de irrealidad que no le viene mal a la serie. Así que aprovechen para relajarse viendo toda esta aceleración.
Cajun Justice
El asunto con los docurealities es que nunca tienes claro cuándo lo son realmente y cuándo se han inventado todo pero tratan de disimular para que les contraten como producto de moda. De esa manera este Cajun Justice se presenta como un programa de policías —ni siquiera un COPS — con un componente extraño y, debo decir, quizá no merezca la pena esperar por él cada semana pero sí es algo que te quedarías viendo si lo pillas en un zapping, incluso aunque no apareciera esa semana voodoo.
Care-Bears
La culpa de todo la tienen los ponis. Vale, quizá más los Bronies. Y nunca hay que descartar a Yoko Ono como villano en la sombra. Pero, concreta mente de esto, los ponis. Porque si la nueva versión de Mi pequeño poni no hubiera sido un éxito por motivos que se me escapan, creando incluso una salida generalizada del armario de un montón de chicos jóvenes que se declararon fanes y se unieron a la etiqueta esa de los bronies, sin todo eso a nadie se le hubiera ocurrido recuperar a los osos amorosos y, sobre todo, hacerlo así:
Personalmente arreglaría todos sus problemas con un lanzallamas pero, en fin, puede deberse sólo a que no soy su público objetivo. Sí. Claro.
Common Law
he aquí un más de lo mismo, serie de pareja policiaca que podría recordar por las pintas de sus protagonistas a un Corrupción en Miami actualizado pero que no deja de ser la enésima serie de compañeros pero diferentes que trata de tirar de ese concepto de disparata amistad masculina que tan bien maneja, por ejemplo, Psych. No lo logra, claro. De manera que el resultado es algo sencillote, tan fácil de ver como de olvidar.
Continuum
Tenía ganas de ver esta serie por su planteamiento y el resultado final me deja con sentimientos contrapuestos. El punto de partida es el año 2077, en el que un grupo de rebeldes decide dar un gran golpe contra el Gobierno Corporativo del Mundo. Sí, para el 2020 la economía iba tan mal y los gobiernos tenían tanta deuda que las empresas privadas decidieron “Privatizarlo” y desde entonces ha habido cambios, muchos cambios. De modo que un grupúsculo de libertadores deciden contraatacar. Se cargan a algunos de los dirigentes de empresa a cambios de unos pocos cientos de víctimas colaterales. De manera que la policía decide ejecutarlos, que para algo es un estado fuertemente policial. Los ocho cabecillas, los Libe8, están preparados para su último viaje… que resulta ser en el tiempo, hasta el 2012. La gracia del asunto es que una policía logra unirse al intento de fuga temporal y termina aquí con nosotros. Bueno, en realidad parte de la gracia. La otra es que ella es la protagonistas. Porque esa especie de 15M del mal son los villanos de esta historia. Esto, que podría pronto haberse convertido en un nuevo Time Cop resulta, sin embargo, algo un poco más complejo. Tampoco muchísimo, claro, que al final lo importante aquí es la acción, pero sí lo suficiente como para que se nos presenten a los distintos miembros y algunas disidencias, incluso las diferencias entre los que son puramente violentos y los que piensan que con el cerebro se podría evitar gran parte de esos problemas distópicos. De manera que al final nuestra protagonista resulta ser el personaje más desagradable de la historia, alguien criado en un mundo sin libertadas y fuertemente militarizado —buen, o policializado — y poco acostumbrada a manejar esos matices. Quizá en otro canal distinto del ShowTime canadiense hubiera sido distinto, seguro que fuera de Canadá le hubieran dado otro giro así que podemos decir que por lo menos en eso hay que felicitarles, y en el gasto de pasta abiertamente que evita que quede como la cutrez habitual. El asunto es, ¿logrará decidirse entre las dos posibilidades y, ya puestos, no contentarse con ser una serie policíaca con elementos fantásticos y una motivación política mínima?
Dallas
Con estos, sin embargo, es más fácil. Han querido repetir la jugada de una telenovela. Y no se han fijado en que la cosa ha avanzado mucho. Así que tenemos un producto anticuado, que sólo logra avanzar por su propio empuje pero que no ofrece novedades, a ratos incluso parece más rancio que la serie original, y eso en tiempos de magníficas locuras como Revenge hace que se vea con más lástima que interés.
Dead Boss
Una comedia británica. Y una de las curiosas. Una mujer termina en la cárcel pese a ser inocente. Pero en lugar de ser un asunto sórdido —bueno, además— resulta que todo el mundo está chiflado. Algo que ya le pasaba en su empresa pero que ahora en una cárcel que organiza concursos de coros o de preguntas y da la bienvenida a criminales de intercambio. Todo eso y, además, el asesinato que condujo a la protagonista a la cárcel como un misterio por resolver. Francamente, los ingleses sí saben cómo montárselo.
Doc McStuffins
Francamente, un programa de animación sobre una niñita que es doctora de juguetes a los que cura junto con sus animalitos de peluche no es el tipo de serie para la que soy target objetivo. Y como no parece tener interés alguno por apelar a nadie más, ni falta que les hace, ¿para qué seguir hablando?
The Girl’s Guide to Depravity
Ay, señor… Veamos: La idea en sí de un grupo de mujeres que decide llevar las riendas en sus vidas amorosas, los problemas que surgen y las altas y bajas, eso es un poco de más de lo mismo, sin duda. Así que se buscaron un giro que fue hacerlo más sexual y explícito. No tanto como para que tenga que llevar rombos pero sí para que puedan fingir que es liberada. De fondo un libro,un blog y el convencimiento de que para apreciar esto debe tener algún gusto adquirido.
Golden
No sólo de Nueva Zelanda llegan buenas series, también comedietas coñazo como esta. Hecha por cuatro duros, eso sí, y con un cast más corto que la inteligencia de sus protagonistas. Pero, francamente, no hay mucho bueno que contar de la historia de esta ex-medallista entradita ahora en carnes.
Good God
Atención: Charleta.
Resulta que en Canadá tienen a un tipo al que se ha mencionado un par de veces en esta columna, siempre de pasada, se trata de Ken Finkleman. Y sí, ese es realmente su apellido. El tipo es un canadiense que estuvo trabajando en Hollywood hasta regresar a su país de origen para realizar televisión. Todos ellos tienen en común a un personaje interpretado pro el propio autor y que es el centro de muchas de las historias, George Findlay, un tipo que es tan inteligente como egocéntrico y que está metido en el mundo de la televisión. Del mayor éxito de Finkleman/ Findlay —y probablemente una de las mejores series canadienses— hablaremos a la vuelta del verano. No en vano estamos hablando de… The Newsroom, la original de mediados de los noventa, así como de su conexión con Drop the dead donkey o Timeline. De momento vamos con la serie que ahora nos ocupa, la más reciente aventura de Findlay.
En Good God le traen de vuelta para poner en marcha el canal de noticias de derechas del padre de su prometida. Y ciertamente no es The Newsroom pero como crítica, sátira o simple realidad observada tiene la suficiente mala leche para darle, por lo menos, una oportunidad. Ahora, si según pasan los episodios se pone en forma puede ser toda una cima. ¡ Ianucci, toma nota!
Gravity Falls
Estoy leyendo a la gente muy emocionada con esta serie y, sinceramente, no acabo de pillarlo. Estamos ante una serie de animación que presenta a unos chavales de vacaciones en un pueblo con misterio, el problema es que ni el misterio resulta muy intrigante ni los personajes parecen tener mucha relevancia. No es una mala serie pero, francamente, se encuentra a años luz de Scooby Doo: Mystery Incorporated e incluso muy lejos de Detentionaire. Pero, eh, lo mismo mejora según pasan los episodios.
The Great Escape
Resulta que es un concurso. De acción. Un grupo de participantes tiene que escapar de donde sea que les toque, entre Scavengers y la Noche de los castillos si hubieran dejado a Michael Bay dirigirlos. De manera que es sorprendentemente más entretenido de lo que podría esperarse.
The High Fructose Adventures of Annoying Orange
Por lo visto esto era grande en internet. Imagino que porque duraba menos de tres minutos que es lo que yo me veo capaz de soportar este intento de… lo que sea que sea esto.
Hit & Miss
Señores y señoras, en pie. Estamos ante una de las series del año por extraño que parezca. Chlöe Sevigny borda uno de esos papeles de rara que tan bien se le dan, en este caso como una asesina a sueldo que debe encargarse de un grupo de niños salidos de la nada. Ruralismo inglés, luchas de clases, sexos, géneros, problemas con los padres de todos los tipos y un auténtico repertorio de actores infantiles que protagonizan sin problema sus escenas. Todo ello con unas subtramas negras y otras más escabrosas pero no menos ciertas. Si se pudiera poner una pega a la serie sería lo interesada que está en demostrar lo magnífica que es, como queriendo cazar todos los premios. Pero, francamente, con esa fotografía, esa producción… ¡Que se los den todos! Dura, sí, pero magnífica.
Hollywood Heights
Versión americana del culebrón Alcanzar una estrella y como ella tiene amor, pasión, traisiones, selos y … música. En serio, no es de extrañar que lo emita Nickelodeon (en su versión Nick@nite) pues se trata de una perversión del Disney Channel con Televisa donde una jovenzuela decidida a triunfar se va enredando en una compleja trama con famosetes, periodistas y tontadas varias.
Kaijudo: Rise of the Duel Masters
Spin-off de Duel Masters, una de esas series de animación de vender merchandising a través de enfrentamientos cada uno más trascendental que el anterior. ¿Qué os puedo decir?
The Legend of Korra
Por contra esa continuación de Avatar —El bueno, The last airbender — resulta… quizá no muy sorprendente ni especialmente intrigante, pero sí una buena serie. Una forma de darle a los chavales mas de lo que les gusta sin perder el respeto por la serie original, así que ya sabéis lo que podéis esperar y lo que no.
Line of Duty
Quiero agradecer a los ingleses que me hagan más llevadero el día con series como esta, sobre un detective de asuntos internos que debe descubrir si el más brillante policía tiene ciertos sucios secretitos logrando una mezcla entre The Shield,Homeland y Luther que examina los lados más oscuros de la policía, y los problemas que asume la policía forzada muchas veces a elegir entre los resultados y las reglas.
Loiter Squad
Este programa del Adult Swim reúne a parte del grupo musical Odd Future y, pese a eso, es una mezcla de programa de sketches de humor, Jackass y bromazos entre los miembros del grupo y con otros amigotes. Yo no veo que tenga mucha gracia, pero puede ser culpa mía. Aunque apostaría a que es suya.
Longmire
Tan sencilla en su concepción como agradable de ver, este policíaco sencillo, con ambientación vaquera y más cuidado por que los personajes sean adorables que profundos sigue perfectamente las novelas —que empezó a publicar en España hace poco Siruela— con lo que tenemos una serie agradable que ver. No todo va a ser complicaciones.
Men at Work
Hablando de lo cuál, una comedia de tíos con mejores intenciones que logros, muchas caras conocidas de secundarios televisivos, un presupuesto ajustado pero bien utilizado y cierto aire de estar anclada en los noventa. Encantador, sin más.
The Men Who Made Us Fat
Más interesante de lo que podría parecer, al menos para mí, esta serie de documentales de Jacques Peretti sobre la gente que está detrás de ciertos cambios en la alimentación: El uso del azúcar, el marketing para vender supersized o la comida sana que no resulta serlo tanto… Para que luego digan que no hay documentales interesantes.
Miss Advised
Era casi imposible pero real, sin embargo esto no es una comedia. Puede que el tono o la intención, el repaso poco velado que le dan a las protagonistas, teóricas expertas en relaciones que son retratadas de forma cruel y despiadada como completas idiotas sin rumbo. Imagino que ese es el cebo, al menos es lo habitual en este tipo de realities. Pero juro que me pase todo el piloto pensando que era algún tipo de extraño high concept hecho con toda la cabronez del mundo. Al fin y al cabo, ¿qué posibilidades hay de que alguien diga en el mundo real: ““You have to be in the mood to go to a strip club, and I wasn’t in the mood. I slapped some asses, gave away some dollar bills, finished my diet coke, and was ready to hightail it out of there.”
Motorcity
Una pena. Gran diseño, buena premisa, pero demasiado artificial. Quizá sea la mejor de las series que se puede realizar desde un concepto de series de coches. Al menos de una que no incluya la posibilidad de que se combinen. Si fueran capaces de mejorar las historias… No la enterraré aún, no está todo perdido. Aún.
The Newsroom
Es mucho lo que se puede decir de esta serie, y más aún que diremos a la vuelta de verano, pero lo fundamental en este momento es explicar la visceral reacción que han tenido los críticos americanos y explicar lo que he pensado yo por mi parte. No tanto como contraposición sino por explicar algunas diferencias. Y, sobre todo, porque lo que hace falta aquí son valoraciones.
Y, de hecho, hay algo de juego en muchas de esas críticas americanas, no porque no sean sinceras, ni mucho menos, sino porque… parecen meta. El speech con el que se pone en marcha la serie se menciona luego como catalizador de toda una serie de reacciones, negativas en su mayoría, que incluyen especialmente a otros medios de comunicación. Por ridículo que pueda sonar, exactamente eso es lo que pasa. En la vida real, digo. De la misma manera que dentro de la serie se comentaba que habían buscado rebatir los datos que habían dado en la vida real se hizo EXACTAMENTE ESO. ¿No merecería algún crédito por haber logrado eso?
Lo segundo que es divertido, al menos para mí, es la separación entre los críticos de grandes medios y los críticos de televisión porque cada cuál argumentará lo que opina sobre la serie de una manera pero hablan de cosas distintas. En los medios, los grandes medios, parece que Sorkin es un peligroso terrorista que les está diciendo que no están haciendo bien su trabajo y quizá, incluso, cómo deberían hacerlo. Y no piensan perdonárselo. De manera que vierten sobre él las quejas de siempre, esas que llevamos leyendo desde que se estrenó El ala oeste porque —probablemente— no era aún muy importante para decírselo ya cuando Sports Night. Que si sus personajes sólo hablan en discurso, son poco realistas, demasiado inteligentes, por tanto elitistas… A estas alturas ya estamos incluso con amenazas de misoginia y tonterías similares.
Por contra, los críticos de televisión se han centrado en la obra en tal y en su relación con lo que ha creado hasta ahora Sorkin. No les preocupa la manera de hablar, o de ser, o el realismo; son críticos de televisión y han visto cómo disparan sin cesar los personajes de Sherman-Palladino, la realidad de los institutos de Retty Little Liars (o Glee, como dijo el propio Sorkin a Colbert) de manera que no se iban a parar en tonterías. Si algo sabemos es que la coherencia debe ser interna, con la propia serie —de ahí el modo de vida en series como Friends — y con respecto a la evolución y preparación de los personajes. Por eso Boyd Crowder puede soltar un impresionante speech en Justified pese a tratarse de una serie de paletos. Por contra se centraron en los problemas reales de la serie.
Que los tiene. Dos diferentes. El primero y más grave es la sensación de deja vu que produce el visionado del piloto. No ya porque el discurso catalizador recuerde a Network, sino porque ese mismo tipo de discurso, con referencias directas a Network de manera confesa, ya lo había usado Sorkin con el falso Lorne Michaels de Studio 60; porque los personajes, tanto sus realidades como arquetipos, parecen sacados de otras series de Sorkin; porque determinadas frases o diálogos ya habían sido pronunciadas, de manera más o menos exacta, hasta llegar a ser casi autocitas, en el Ala Oeste, Sports night o Studio 60; incluso determinadas escenas salen tal cuál, hay un momento con una noticia urgente y un juego de comedia física con unos auriculares micrófono que es clavado a otro en Sports Night…
Ese es el problema. No está mal el capítulo, está muy por encima de la media, de hecho. Pero Sorkin no nos ofrece nada nuevo. De la prensa ya había hablado en su primera serie, de sus relaciones con el poder en la segunda, del estado de la cosa y de la tele en la primera y la tercera, aquí trata de lograr un resumen, busca poder hablar de noticias, de televisión, del estado del asunto y darle la gravedad y la lógica desde un punto de vista informativo que tenía en la segunda. Y lo logra. Es un disfrute encontrarse personajes inteligentes, con cosas que decir, con capacidad para cierto juego de cadera, incluso aunque Sorkin no se haya dignado a hacer un plato nuevo. Esto no es Lou Grant, no es Murphy Brown y a ratos casi parece más NewsRadio, las pequeñas diferencias de tema y enfoque que separaban sus series anteriores aquí parecen haberse esfumado y lo que tenemos, por tanto, no es a Sorkin sirviéndonos un corte de carne, un entrecot, solomillo, filete… Lo que nos da son sobras, carne de cocido, unida por una tan espesa como sabrosa bechamel. Esta serie es, de momento, croquetas de Sorkin. ¿Y a quién no le gustan las croquetas?
El segundo problema no es realmente un problema sino una prevención. Dentro del realismo que tanto le han criticado, sin demasiado sentido, Sorkin decidió incluir esta serie en nuestro universo, nuestra realidad. Lo hace con unos meses de distancia de manera que, de entrada, juega con las cartas marcadas. Según vemos la historia sabemos cómo terminó porque, bueno, ¡el Titanic sólo puede hundirse! De manera que cuando vemos las decisiones que toman y quién aboga por qué ya sabemos qué es lo que pasará y reaccionamos en consecuencia. En lugar de pararnos a mirar cómo sería nuestra opinión si tuviéramos sólo la información que tiene ese personaje. Porque no es que como espectadores sepamos algo más, es que lo sabemos, o hemos podido saber, todo. Incluso si tuvieran una idea magnífica para tratar una trama desde una noticia necesitarán primero una noticia real. Además, eso significa que al ser un medio ficticio que señala a los reales que están haciendo mal las cosas se obvia el trabajo periodístico que hubo en el mundo real. ¿Qué clase de extraña mezcla es esa? Más aún, no se podrán apartar de lo que ocurrió, ni añadir auténticos personajes relevantes, sólo podrán inventarse historias en los márgenes. Esta innovación es casi la única y, sin embargo, parece más una forma de atarse los pies que de lograr mejores maneras de avanzar.
Quedaos con lo de las croquetas, pensad que ya hablaremos más de esta serie y, por favor, no olvidemos que no ha sido más que otro de los estrenos en estos meses, no podemos centrarnos sólo en esta serie porque, la verdad, hay un montón de ellas más.
Saving Hope
Ufff… ¿Os acordáis de A gifted man, un buen piloto que pasó a serie floja?. Pues repiten la jugada. Un hospital, un semi-fantasma, y poco interés. No ofrecen mucho más, la verdad.
The Soul Man
Espantosa serie de inspiración espiritual y cómica. O algo. La verdad es que siendo una serie lanzada desde Hot in Cleveland tampoco me iba a poner muy estupendo pero, francamente, ¿esta es la calidad estándar que piden, les sale de natural o qué?
Starlings
Nueva serie inglesa familiar, excéntricos, raruelos, esas cosas. Mal no está pero, francamente, no es el nivel esperable para Sky 1. L parte buena es que como son seis capítulos y ya la han renovado para una segunda temporada lo mismo tenemos suerte y logran pulir un poco a esta extraña familia.
Tron Uprising
Es curioso, no sólo el tiempo que hace de la salida de Tron, tampoco por su continuación, más bien por el que hace que salió Animatrix y cómo aún parece influir a ciertos creativos. La serie en sí… pues bueno, no ofende. Pero no le mataría meter menos paja o darle un poco más de rapidez a los guiones.
True Love
Suspiro. Serie de trasfondo amoroso que funciona como antología y, a la vez, va montándose como un puzzle que pretende reflejar el amor desde todos los puntos. Así de comedidas son sus intenciones. ¿Y el resultado? Pues a mi, poco amigo de los amorosos, me parece sólo aceptable. Ahora, si es vuestro género sospecho que lo disfrutaréis. Me gustaría saber, eso sí, si la idea de tener —aún en capítulos diferentes— a Tennant y Piper ha sido de algún fan del Docta. A mi con Morrissey me parece suficiente.
Walking and Talking
Pues no, no es otra serie de Aaron Sorkin, es de Kathy Burke, una cómic inglesa —y también actriz galardonada— que ha ideado una manera de ir recordando anécdotas de su infancia desde la actualidad. Es un buen ejercicio para la actriz principal, y eso es lo mejor que puedo decir de ella.
Pues ya está hecho el repaso, no está mal en cuanto a calidad, de hecho hay un par o tres de grandes series nuevas. En cuanto a cantidad… hay menos que en los repasos anteriores, y bien que me alegro. De hecho, espero que para la próxima vez que toque Pilotos Deathmatch haya incluso menos de lo que hablar aunque, eso sí, habremos tenido dos de los estrenos que más estoy esperando de este año, la novedad de Charlie Brookre A touch of Cloth y la controvertida antes de su emisión Bullet in the face de Alan Spencer. Espero poder hablaros bien de ellas, y no tener demasiadas otras series de las que quejarme. Eh, ¿por qué os reís?
2012-07-03 22:37
Bien, pongo a bajar “Line of duty” y “Dead boss”. “Hit & Miss” es demasiado sórdida para mi estado mental y “Bunheads” y “The Newsroom” ya las estaba siguiendo.
A ver qué tal todo.
Por cierto que “The Newsroom” me parece una maravilla. Es cierto que Sorkin es perfectamente reconocible en cada uno de sus tics pero también la serie es sólida, brillante y redonda como una canica gorda llena de colorines.