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El receptor por Jónatan Sark

Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.

Seguimientos monetarios enfrentados

Es curioso comprobar cómo la presencia de Charlize Theron en el programa de Jimmy Kimmel ha dejado descolocada a gran parte de la profesión y de los opinantes. No ya porque se empeñen en decir que se mofó del programa de Pablo Motos —Algo que, por cierto, de haber sucedido estaría en su perfecto derecho que para eso le tocó sufrirlo; otro tema es lo tácticamente erróneo que supone— cuando simplemente expresó su asombro. Y es precisamente el motivo de su asombro lo que nos debería hacer reflexionar.


—Sí, la ortografía en los subs es pésima, qué vamos a hacerle—

El desconcierto de Theron no se debe a los bailes, las pruebas chorras o los momentos de pseudociencia. Por favor, son americanos, conocen perfectamente de dónde se ha robado cada segmento. El desconcierto viene de otro lado, y está claramente expresado en su intervención. Charlize cuenta como ella y Kristin Stewart preguntaron por las demographics. Es decir, el público al que iba dirigido aquel programa. ¿Adultos, niños, jovenzuelos descarados, abueletes?

Estáis en lo cierto, voy a volver a establecer esa cronología que dice que tras el desastre con The Smothers Brothers Comedy Hour en la CBS se dieron cuenta de que valía más la pena tener un público joven y dispuesto a dejarse el dinero que tener más público pero de mayor edad y menor capacidad adquisitiva; el hecho fundacional que llevó al alzamiento de Fred Silverman y la famosa Purga Rural. Irónicamente en su segundo acto, casi veinte años después, fue la CBS —ya establecida gracias a esos jóvenes babyboomers a los que habían retenido mientras envejecían— quién sufrió la idea difundida por la FOX de Murdoch de que una audiencia juvenil limitada era mejor que una adulta. De ahí el famoso asunto de la primacía de la demografía 18-49.

Tema este que os puede parecer ridículo pero que explica que esté comercialmente mejor vista Modern Family que NCIS pues aunque ésta sea la primera serie en audiencia total y el tercer programa en número de espectadores, es sólo el octavo en lo que al segmento 18-49 se refiere. Por contra, Modern Family no aparece entre los 10 programas con más audiencia pero sí es la primera serie —y el cuarto programa— de ese segmento.

No es esto lo único que en España aún no hemos asumido. Porque el que el mercado se destinara a los 18-49 no significa que el resto se quedara desatentido, sólo que las Grandes Cadenas iban a por ellos de manera que se podía buscar un nicho para el resto. De ahí tantos canales temáticos como canales con una orientación muy concreta, y si bien algunos de estos intentos de lograr un público determinado pueden acabar en un fracaso similar al de la CW por atraer a jóvenes mujeres —¿a quién no le ha pasado alguna vez?—, está claro que los americanos tienen muy claro que es la mejor forma de poder fidelizar a un público determinado. Por eso, incluso sus programas en televisiones más generalistas tienen un público objetivo en virtud del cual se guioniza y prepara al invitado.

Lo sencillo sería decir que aquí no. Es decir, parece muy obvio que aún no hemos tenido nuestra purga rural, pero… ¿realmente nunca hemos tenido una cadena que tratara de apelar a la junventud? ¿O es que la mezcla de deseo y realidad ha sido demasiado fuerte? Cuando Tele 5 comenzó a emitir parecía destinado a un público infantil y juvenil, adolescente incluso, prioritariamente masculino. Lo que pasa es que según iban pasando programas uno tenía la impresión de que ese aire a naftalina que traía se debía a que no buscaban ese público de manera consciente sino que estaban usando la programación dirigida a los italianos. Más recientemente, el nacimiento de Cuatro y La Sexta parecía una oportunidad para atraer a un nuevo público. Que todos hemos visto lo que duró y cuánto fue cambiando. Especialmente en el primer caso.

Así pues, si malo es el primer caso posible —La no-búsqueda de un nuevo modelo o la incapacidad para permitir que éste se asiente—, quizá la otra lectura que se puede sacar es aún más lamentable y apocalíptica.

¿Y si el problema real es que no tenemos esa franja de consumidores? ¿Qué ocurriría si en España el dinero en movimiento lo tuvieran las franjas de edad superiores? De manera que serían las familias en pleno, o las personas de más edad, aquellas más dadas a gastar… Pero a gastar ¿en qué?

Resulta poco creíble suponer que los anunciantes no son capaces de entender que mostrar un anuncio a mucha gente no significa que vayas a vender mucho cuando lo que vendes, o la gente a la que se lo vendes, difícilmente se va a encontrar entre ese público. Como mucho se le podrá convencer de que si la familia en pleno ve la televisión entonces a su segmento completo le acabará llegando algo de rebote.

Y, sin embargo, así seguimos. Con programación familiar pasadas las 22 horas —incluso las 23— e intentos de agradar a todos que, al final y como siempre, no agradan a nadie. Si en Estados Unidos están sufriendo una huida masiva primero a los canales específicos de cable y, después, a entretenimientos alternativos —es decir, a Internet— que les tienen tan preocupados como hablábamos hace un par de columnas, no podemos más que preguntarnos cuántos de los jóvenes españoles —o, digamos, de al franja famosa 18-39— siguen realmente haciéndole caso al televisor.

De momento me temo que tendremos que aceptar que nuestra televisión — rural, anciana, de bajo nivel intelectual y poco preocupada por nada que no sea disparar a bulto— tiene poca solución, sobre todo sabiendo que ya somos muchos los que nos hemos exiliado de ella.

Jónatan Sark | 04 de junio de 2012

Comentarios

  1. Mariano
    2012-06-04 11:50

    Espléndido Sark. Es increíble lo de los medios españoles…. y lo de Pablo Motos… claro..

  2. Eduardo
    2012-06-04 13:48

    Un análisis perfecto, pero en mi opinión no aplicable al caso de “el hormiguero”, ya que el éxito del mismo es orientarse de igual manera a todos los públicos.
    Por ejemplo, las hormiguitas de peluche fueron uno de los regalos más vendidos hace dos navidades, y no solo para un público infantil, también para adolescentes e incluso adultos.

    Aquí programas como el del señor BNF en horario de máxima, como se ha comprobado (también por la calidad del mismo), son un fracaso, por muy estudiado que tengan al público.

    Y es porque, la gente está tan acostumbrada a tener que rebuscar en diferentes horarios televisión adaptada a sus gustos y edades, que las franjas ya no significan nada más que : a partir de las 12 hay tetas. Al resto de horas te puedes encontrar lo que sea.

    A día de hoy, la televisión española necesita una reforma desde cero, donde te doy la razón ya que hace mucha falta un formato USA.

  3. John Constantine
    2012-06-04 17:19

    Yo es algo que llevo mucho, pero que mucho tiempo preguntándome, como es posible que el concepto de las “demos” no esté instaurado anivel publicitario en España. Luego ves las eventos que MediaSet y Antena 3 organizan para sus grandes anunciantes y las explicaciones que se dan en las mismas y, sinceramente, uno no puede llegar por menos que a la conclusión de que las agencias publicitarias estas dirigidas por gente del mismo tenor que Vasile y Tringali… O sea, que no es sólo un problema de la TV sino de como se hacen las cosas en España: al tuntún y a saco.

    Para mi que la Sexta hubo un momento en que tuvo la oportunidad de darle la vuelta a la tortilla : En los 1ºs tiempos en que triunfó “Se lo que hicistéis”, podían haber creado una programación alrededor del público joven porque, encima, empezaban a tener series de éxito (Bones, NCIS). Una programación a poco racional podía haber hecho que determinados anunciantes de mucho peso (Apple, móviles, etc) se volcaran en ese nicho. Lo que se hizo fue lo de siempre: sobreexplotar hasta la extenuación “SLQ”, programar de manera expantosa (hay momentos en que pienso en que se hizo aposta) sus mejores series , emitir sus capítulos desordenadamente, ideologizar hasta la exasperación parte de su programación, falta de paciencia con muchos productos…O sea: lo de siempre. Pues fale. Pero, sinceramente, tampoco se que podía esperarse de gente como Contreras o García Ferreras, que han navegado siempre de puesto en puesto por sus contactos políticos.

  4. EFE
    2012-06-11 00:08

    Se nota que no das clase en un colegio. El 90% de los niños ve exactamente lo mismo que sus padres en prime time: series españolas.

    A hierro. No hay más.

    Por eso tienen todas esa ridículo amontonamiento de personajes de todas las edades, desde traviesos niños de 10 años hasta abueletes simpaticones de noventa. Es lo que ven, es lo que funciona, no salen de ahí más que para ver fútbol.

    El 10% restante son los raros.

    Fuera del prime time igual hay más variedad pero en esa franja horaria que va desde las 21 a las 24 la diversidad es escasísima.

  5. Jónatan S.
    2012-06-15 14:10

    Mariano;

    Yo creo que parte del problema es que no se paran a mirar, están muy ocupados porque saben que las broncas venden como para pensar que quizá no sea una bronca.

    Eduardo;

    Precisamente ese “orientarse a todos los públicos” es el problema del que habla el post. Porque no es sólo el hormiguero. Piensa de Águila Roja, por ejemplo.

    Y cuando hablamos de éxito, ¿de qué hablamos? Porque el problema es ese, que parece que conseguir mucha audiencia muy variada es mejor que menos concreta.

    En cuanto a lo de BFN, no sé si tendrían muy estudiado al público —no lo parece— pero desde luego no tenía muy estudiados los guiones. Bueno, quizá se los supiera pero no parece que se los pensara.

    Quizá no sea necesario que importemos el Formato USA, los ingleses o japoneses tienen otros que también funcionan. Personalmente considero que sería mejor que empezaran a tratar a la gente como gente con distintos gustos y posibilidades y menos como a… ganado.

    Constantine;

    Yo me pregunto por qué los anunciantes no son conscientes de que la sartén la tienen ellos. No creo que los publicitarios—todos los publicitarios— estén del todo conformes, de hecho.

    Y, efectivamente, también para mi la aparición de Cuatro y La Sexta fue el gran momento echado a perder. Y luego la llegada de la TDT. Y dentro de un tiempo los cambios en la TDT. De hecho, ¿cuánto podrá durar la TDT con estos medios? Sobre todo pensando que el sistema de audiencias clásico ya se ha desplomado en USA por la multiplicación de cadenas y la competencia de Internet.

    En fin. Ya veremos.

    Efe;

    Se nota que no das clases de letras, o te hubieras leído lo que pone la columna. Ya sé que la audiencia es compartida por todas las edades. Precisamente para eso están pensadas. Y de eso hablaba. De la falta de separación.

    No he entrado —aunque pudiera— a cómo eso hace que los chavales se vayan a dormir más tarde. Aunque eso nos llevaría alas famosas historias sobre la sinrazón de los horarios españoles y, francamente, paso.

    ¿Veis? Dije que antes o después contestaría a los comments. A ver si ahora puedo seguir yendo para atrás.


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