Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.
Tratar de reducir, resumir o —incluso— trazar el cambio importante que supuso para la televisión en general y para la estadounidense en concreto la década de los noventa es una locura. Por eso desde este momento reconozco que, por lograr un final en falso para las columnas históricas —en el sentido de retratar la televisión, sus series y creadores desde el comienzo mismo, no porque se haya desbocado mi siempre exultante autoestima — voy a contar en breve —reíros, cabrones, si queréis— lo que sucedió. Ya habrá oportunidades de volver en un futuro algo lejano a tratar con mayor profundidad el tema.
Tres son los cambios fundamentales que se producen, y quizá el mayor de ellos empezara a finales de la década anterior. La culpa de todo la tiene Rupert Murdoch. El magnate australiano — Mogul es una palabra tan bella —y su compinche estadounidense Marvin Davis dirigían una compañía que en 1986 dio un golpe de mano en el tablero de la televisión USA comprando una serie de pequeñas emisoras, Metromedia, un grupo independiente y desorganizado que ellos vieron como una oportunidad. Al fin y al cabo ya en los años ’50 intentaron asaltar a las tres grandes para hacerse un huequito. No lograron un éxito pero, eh, por lo menos sacaron Perry Mason a la palestra. Ahora, con estas estaciones parecia el momento ideal para volver a intentarlo. En 1985 se inició la búsqueda de un grupo de emisoras para meterse en el pastel televisivo, en el ’86 estaba cerrado ya el trato con Metromedia y se preparaba el lanzamiento del canal que aún mantenía su programación antigua, el primer programa propio fue The Late Show conducido por Joan Rivers y que, aún en un momento tan temprano en la vida del canal, daba idea de por dónde iban a ir sus apuestas.
Si la ABC era el canal de la familia, la CBS de los viej… los mayores y la NBC era el canal de los que no veían la tele entonces FOX iba a ser el canal de los diferentes: Apostarían por la diferencia en sexo, religión o etnia, apostarían muy especialmente por los jóvenes, y su tono sería cercano al sarcasmo, un humor fuerte, duro y corrosivo. Siguiendo la idea de la MTv que había convulsionado el mercado televisivo en los ochenta y con él a toda una joven generación en FOX se propusieron crear una parrilla que no dejara a al gente indiferente.
En 1987, además de la salida de Rivers tras un rocambolesco suceso¹, se puso en marcha una primera parrilla que incluía como primera serie Matrimonio con hijos y como primer programa para el primetime El Show de Tracy Ullman que dos semanas más tarde empezaba a emitir una serie de cortos llamada, ¿cómo era? Ah, sí… Los Simpson. Durante ese año llegarían también 21 Jump Street ( Jóvenes policías) junto con series menos perdurables pero no por ello menos originales como Werewolf, The New Adventures of Beans Baxter o Women in prision. El fallecido Late de Joan Rivers dio un par de traspiés en un formato llamado The Wilton North Report; mitad Weekend Update del SNL y propuestas inglesas como la gran Not the Nine O’Clock News que anticipaba el de Daily Show o el Colbert Report; que acabó siendo sustituido por un nuevo Late The Arsenio Hall Show^, conducido por el cómico negro y en el que podía dedicarse a informar sobre el SIDA y el VIH igual que a tener de invitado a Eddie Murphy o a Clinton tocando el saxofón.
Otro ejemplo sería la creación del programa de sketches del ex-SNL Damon Wayans junto con su hermano Keenen Ivory, la saga de los Wayans tiene estas cosas. El programa en cuestión era In living colour y se convirtió en el centro de una revolución de color en la que junto a los hermanos se lanzaron dos carreras importantes, la de Jamie Foxx y, sobre todo, la de uno de los dos blancos que participaban en el programa, Jim Carrey.
Jóvenes, mujeres, minorías, extravagancias en el gusto y humor fuerte, como decía la FOX apareció para convertirse en la alternativa y, como suele suceder cuando hay un tiburón como Murdoch detrás, les salió bien. A principios de los noventa dispararon rápido a los jovencitos: 90210, Melrose Place, New York Undercover y Party of Five y por pura casualidad gracias al superéxito de principios de los noventa, la FOX había decidido apostar por la loca idea de que un querido actor de serie B en una extravagancia que mezclaba western, comedia, aventuras y un poco de steampunk sería su éxito de la temporada. Lamentablemente para la carrera de Bruce Campbell su The Adventures of Brisco County, Jr. fue un pequeño fracaso cancelado en la primera temporada. Por contra la serie sobre un par de investigadores fue un éxito grandísimo. Aunque, claro, eran investigadores de lo sobrenatural.
Expediente X. Su primera serie en lograr entrar el Top 20 de programas del año. A partir de ahí estaba claro que la cadena había llegado para quedarse y que alguna maniobra existía tras sus ideas de rejuvenecer y captar a la audiencia periférica.
Para finales de la década estaban establecidos y para la siguiente, con la explosión de los Realities, logró ponerse primera en 2008 en lugar de la CBS aunque llevara años siendo la primera en la franja de espectadores de 18/49 que aún ostenta. Como decíamos, tenía un plan.
El efecto más evidente es que frente a la NBC que tiende a crear programas que siguen ese viejo dicho “más inteligentes que sus espectadores”, en FOX sólo son cercanos a los diferentes, además su forma empresarial despiadada para con los débiles — No se puede hablar de FOX sin mencionar Firefly, lo pone en el reglamento— permite que haya mucha rotación de ideas extrañas de manera que cuando una funciona hace olas. La parte mala es, por supuesto, que el estar dirigida por CEOs Despiadados haga que caigan encima de ella dispuestos a devorarla. Sean Expediente X, Los Simpson, Ally McBeal, House o Glee.
Para desenterrar el siguiente pilar no debemos irnos a los años ochenta, mejor nos vamos a 1965 y la creación del primer canal de cable, es decir, al primer loco que decidió enviar las ondas por cables en lugar de por el teléfono o las microondas, en fin, conozcan a Charles Francis Dolan. Nacido en el 26 y decidido a conseguir una forma alternativa se puso a enterar cables bajo Manhattan para su estación televisiva. En los setenta pasó a las microondas y después incorporó el satélite, pero siempre innovando y buscando la forma de darle una vuelta a los conceptos televisivos, desde la emisión de combates en directo hasta codificar su señal a mediados de los ochenta para que sólo los que pagaban pudieran verla.
Dolan estaba convencido de que a la gente no le importaría pagar un poco por poder disfrutar de las emisiones de películas y series sin interrupciones, de manera que puso en marcha el Green Channel hasta lograr el apoyo de la empresa Life que pasó a ser desde el 8 de noviembre de 1972 — es decir, cumplirá 40 años el próximo Noviembre— la emisora conocida como Home Box Office. Pronto introdujeron series extranjeras y algún otro éxito como, digamos, emitir softcore entrada la noche. Lo que no significa que no añadieran programas infantiles dado que fueron los primeros en emitir en Estados Unidos la serie creada por los ingleses de la ITV junto a la CBC canadiense y nuestros chicos como coproducción con su productora directa, la HIT o Henson International Televisión, porque estamos hablando de…
Fraggle Rock. De hecho, hasta pasado el año 2000 nuestros muchachos estadounidenses mantuvieron una —exclusiva, faltaría más— programación infantil. El régimen de coproducción se notaba en el _mundo exterior_que tenía a Doc y Sprocket, salvo en las versiones para Alemania (que usaba lo mismo pero con un actor alemán), Francia (que usaba una pastelería) y Reino Unido (que usaba un faro, y logró perder los capítulos propios. Y creíais que eso era cosa de los sesenta.)
Para finales de los noventa la cadena ya había decidido dos cosas, distribuir series adultas originales y producir sus propias series. La primera de las cuales fue un drama carcelario de gran nivel y extenso en el uso de violencia e incluso sexo, sórdido y duro aunque de gran calidad, la magnífica serie se llamaba Oz. Creación de Tom Fontana, un grandísimo guionista que colaboró en los guiones de St. Elsewhere u Homicidio: Una vida en las calles.
Esta seriedad contrastaba con la serie que demostraba la potencia de la distribución por parte del canal, una serie que marcó a muchas mujeres y sobre la que procuro no entrar en valoraciones para evitar interminables discusiones sobre la diferencia entre “protagonizada por mujeres” y “feminista” o “plausible” y “creíble”. Es decir:
Y justo cuando iba a sonar la bocina de la época el canal presentó otra serie dramática, profunda y reflexiva, no especialmente fácil y que durante años sería el rasero con el que se mediría a toda la ficción televisiva por motivos que, sinceramente, se me escapa siempre.
Como la memoria es mala al cabo de una década pasarían a medirla con*_The Wire_*, que al fin y al cabo también es de la Home Box Office o como la conocemos todos: HBO.
En décadas posteriores llegaría el establecimiento de su marca y su intento de reactivar las miniseries con Band of brothers así como el progresivo proceso de copia y mejora —o al menos cambio— por parte de otros canales como AMC, Showcase o Starz.
El tercer pilar vuelve a llevarnos a canales nuevos, porque la animación con humor logra una revolución gracias a la aparición y éxito de Los Simpson y su serie propia en 1989, y eso es algo que se nota en otros canales como con la doble aparición de The Comedy Central y Cartoon Network.
En el primer caso serían los poseedores de la HBO —ya sabéis, la empresa Life era parte de TIME que se fusionó con Warner creando TIME Warner —Sí, es la versión resumida— puso en marcha The Comedy Channel y Viacom (Es decir: MTV o Nickelodeon) lanzo Ha!. El primero se centraba en actuaciones de stand-up y películas cómicas, el segundo en repetir sitcoms, y tras menos de un año de comerse los mocos se juntan en una cadena que acabaría llamándose The Comedy Central, que mantuvo las rutinas antiguas y especialmente el único gran éxito de la antigua programación, el programa dedicado a despellejar películas antiguas Mystery Science Theater 3000.
Para mitad de la década empezaba a meter programas nuevos como The Daily Show, aún sin Jon Stewart al frente, Politically Incorrect con Bill Maher aunque sin duda los mayores éxitos llegaron con la animación, primero en Dr. Katz, Professional Therapist
Una serie que unía el concepto de psicoanálisis —que permitía acercarlos a la stand-up — con al sitcom más tradicional. Y que era otro ejemplo de la animación adulta —iba a decir que siempre desde la comedia pero otro de los éxitos de la FOX en esta década, King of the Hill está muy lejos de poder ser considerada humorística — que gracias al éxito de Los SImpson llenó los años noventa: Con Ren & Stimpy en el lado más cercano a lo normal, El Crítico en el centro y Duckman en el otro extremo.
Aunque nada como el megahit de los noventa de Comedy Central. Ya sabéis…
South Park, creada por Trey Parker y Matt Stone, es una serie de la que no se me ocurre que hace falta que hable, así que otro día será.
La referencia de Los Simpson a Los Picapiedra y la buena marcha del canal de Viacom Nickelodeon sirvió para convencer a, de nuevo, Time Warner de que apostara por un canal que recuperara las viejas animaciones del estudio Hannah-Barbera que poseían desde hacía años, así como el resto del enorme stock que tenían acumulado sin darle demasiado uso. Y cuando notaron que también había una nueva animación bullendo decidieron darle una oportunidad a series nuevas: El laboratorio de Dexter (1996), Johnny Bravo (1997), Vaca y Pollo (1997), I Am Weasel (1997) o The Powerpuff Girls (1998)
Ahí tenemos el éxito de la aparición de esos dos primeros nuevos canales y cómo dinamizaron las series en general y las de animación en concreto. También marca el final de estas columnas quincenales dedicadas a repasar la historia de la televisión y sus creadores —aunque hoy hayamos visto menos de estos— aprovechando que Los Sopranos sería la primera serie reivindicada y recuperada por la nueva generación de espectadores del mismo modo que Family Guy, estrenada el enero de 1999, sería la primera serie cuyas ventas en DVDs la llevaran de nuevo de vuelta a la televisión en uno de los muy escasos regresos de una tumba de una serie largo tiempo cancelada.
Espero que os haya servido de provecho, quizá incluso gustado, porque hay más historias de donde he sacado estas —no, la Wikipedia no, hombre— y quedan aún muchos creadores a los que conviene recordar y redescubrir. Al fin y al cabo los sucesos del pasado mueven a los del presente, por eso hay que tenerlos en cuenta. ¿O podéis imaginar cómo sería la televisión —y el cine, y… casi todo— si alguien en UK no hubiera pensado en poner en marcha The 11 O’Clock Show ?
[¹El programa iba bien pero sus datos empezaban a declinar así que le dijeron que despidiera al productor y buscara a alguien que pudiera arreglarlo. El asunto es que el productor era el marido de Rivers de aquel momento. Se negó a hacerlo y su programa fue consecuentemente —un decir— cancelado. Precisamente este año Joan Rivers ha participado en un capítulo de Los Simpson parodiando aquel suceso. Y sí, Los Simpson se emiten en la FOX. ]
2011-12-19 18:51
De esa época guardo un grato de recuerdo de Sin identidad (Nowhere Man) con Bruce Greenwood que como tantas otras sería cancelada y gozaría del reconocimiento del público ya de manera tardía.
2011-12-31 17:20
¿Que la reaccionaria Fox empezó como cadena joven y diferente? Vamos, anda, eso no hay quien se lo crea. Es como si dijera que la mitad de los yayos que pululan por Intereconomía alabando a Franco hace veinte años eran izquierdistas radicales.
2012-04-18 19:29
Y Friends??? Mad About You??? That 70s Show??? Seinfield??
2012-04-18 19:44
¡Leches, si me ha funcionado el sistema de aviso de comentarios!
Erk;
Friends, Mad about you y Seinfeld son de la NBC, de los buenos años del Tartikoffato.
El artículo va sobre la FOX y su influencia. Su búsqueda del público juvenil. That ’70s Show entraría como ejemplo pero temporalmente sería por lo justito, que la estrenaron en 1998 y al haber durado hasta el 2006 yo la considero ya de los ’00.
Así estamos.
Josep M. Fernández;
Nowhere Man estaba bastante bien, aunque quizá la abundancia de gente “Sin pasado” y conspiranoias que se vivía —Sí, eso también ocurría antes— jugó en su contra. La echaba la UPN, filial de la CBS y hoy fusionada con la Warner en The CW. Vamos, que tampoco es FOX.
E. Martin;
Si es que ese es su nombre real. FOX como cadena siempre ha tirado para un público, FOX News a por otro. ¡Y ambos lo han logrado! Por eso en FOX tienes House y en FOX News a O’Reilly. Como decía en el artículo, Rupert Murdoch es un genio. ¡Y sin tener que recliclar a maoterroristas!