Libro de notas

Edición LdN
El receptor por Jónatan Sark

Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.

La de tres

Bueno, pues empezamos ya la tercera temporada de esta columna, a caballo entre los Emmy Creativos y los Importantes, y no sé cuánta importancia tendrá.

En principio la columna de hoy iba de presentar las novedades que nos esperan en este otoño, las series nuevas, pero, la verdad, entre que podéis leeros estos dos artículos del nunca suficientemente bien ponderado AV Club —en inglés, eso sí— y que he decido ya que la única forma de mantener a raya la molestia de los Pilotos Nuevos es que en esta temporada alta le dedique una de las columnas de cada mes —sob— parece que podré dedicarle un poco más de tiempo a otro tema hoy.

El tema es, claro, lo que ha estado ocupando gran parte de las columnas de este año: los creadores. Tranquilos, no se extenderá mucho más porque está pensado para que termine con el año. Durante un año habré estado recuperando y revisando épocas y creadores, tengo previsto aún un par de nombres propios y un cierre con repaso para cerrar la década de los ochenta.

Eso no significa, ni mucho menos, que considere que con el fin de la década se terminó el número de creadores o que los siguientes son menos importantes, la diferencia real es que están más trabajados, los tiene más fresco en la memoria la gente. Y con eso y con todo aún irán cayendo creadores y perfiles ocasionalmente. Pero lo importante es que quede claro el mensaje que estaba intentando hacer llegar con todo este repaso histórico:

Ha habido creadores antes, los ha habido desde el principio, los ha habido no sólo en USA, también en Europa y, desde luego, en España. No debemos creernos que la televisión de ahora tiene más calidad porque no es cierto. Tiene más canales, tiene más series, un registro mayor sobre el que aplicar la Revelación de Sturgeon pero calidad siempre ha tenido.

Cada época ha tenido sus personajes, sus movimientos y sus temas, por eso a principio de los setenta la televisión americana tomo conciencia de la importancia de los temas sociales y políticos y luego se pasó al escapismo de acción y aventura, y eso no significa que unos u otros fueran mejores temas.

No estoy negando que ahora haya grandes autores. Claro que Aaron Sorkin es uno de los grandes profesionales de la televisión de todos los tiempos, pero eso no significa que Norman Lear deba ser olvidado o minimizado.

Caer en el ombliguismo del presente, pensar que como nuestras obras son la suma de una tradición, o mejor dicho, que tienen una tradición por detrás que pueden analizar o utilizar para mejorar, independientemente de que lo hagan o no, va a ser mejor, más brillante o más interesante.

Es fácil hablar desde el desconocimiento o la miopía de la experiencia, igual que lo es magnificar bajo la nostalgia los recuerdos de otra época. Creo que pocas cosas me han divertido tanto este verano como ver los comentarios a la rajada que los tuiteros de @masaenfurecida pegaron sobre las series de la HBO, sobre todo gracias a este tuit :

Que ejemplifica al máximo todo lo que comentaba antes. OZ, la magnífica serie de Tom Fontana —un hombre del que ya hablaremos por aquí— y que fue en 1997 la primera serie dramática producida por la HBO, una historia dura sobre la vida en una prisión, llena de violencia y —claro— desnudos; que aquí esta pobre mujer expuesta al oprobio público confunde con el pseudoculebrón adolescente The O.C. .

La primera serie duró seis temporadas —cortitas, el modelo imperante en la HBO— y se emitió de 1997 a 2003; la segunda, como cogiendo el relevo, seis meses después, también en 2003 y hasta 2007, durante cuatro temporadas. Quizá por cercanía, quizá por la facilidad en el tema que permitió una mayor difusión, la que conoce ella es la segunda.

Aunque lo realmente destacable es que está tan convencida de la estupidez ajena que se no se ocurre que la que puede ser ignorante es ella.

En cualquier caso, también la serie The O.C. tiene detrás un creador, Josh Schwartz, que después sería co-creador de Chuck y este mismo año presenta una serie nueva, Heart of Dixie. Las dos primeras tienen un humor juvenil y referencias, mucha presencia de cultura pop y tramas amorosas que van y vienen, la tercera está por descubrirse.

La contraposición demuestra esa autoría incluso en lo que parece rutinario y esa invisibilidad en series que deberían estar presentes, más que uno de los típicos retuits de la Masa es todo un zeitgeist del actual momento televisivo.

Espero que los lectores de esta columna hayan podido ver esta defensa, igual que espero que hayan entendido los ejemplos de series y creadores televisivos españoles y su importancia. Aunque queda aún una columna en la que examinaremos qué acabó con los dinosaurios. Es decir, si durante el franquismo se hacía una televisión con interés y ganas aunque sin libertad y en los ochenta se pisó el acelerador a fondo, ¿qué ocurrió para que los noventa fueran como todos recordamos? ¿Fueron las privadas el equivalente al teórico meteorito? ¿O es que sí hubo cosas memorables pero nos las han borrado de la cabeza? Eso será otra columna, pero de momento ha de quedar clara la reivindicación.

Por supuesto, seguirá habiendo columnas que reflexionen sobre la actualidad televisiva —tratar de mantener el equilibro entre el pasado y el presente es quizá lo más delicado de todo— y muchas más ideas, ya veremos si buenas o malas, para continuar por aquí hasta al menos 2013.

[Para todos los que estuvierais esperando una columna despellejando Cheers, no digo que no vaya a existir en un futuro cercano, pero de momento no toca. Al menos mientras quienes todos sabemos sigan siendo fanes de DaniDelCantoDelLoco . A esperarse tocan.]

Jónatan Sark | 12 de septiembre de 2011

Comentarios

  1. sigfrido
    2011-09-12 12:32

    La ignorancia es muy atrevida… jeje… si aceptas sugerencias, algún monográfico de alguna serie estaría bien, doctor who?? Ja ja…

  2. Jónatan S.
    2011-09-12 18:32

    Está previsto, lo está, por eso digo 2013 que será cuando el Doctah cumpla 50 añitos.

    O podría adelantarme y empezar el que viene, ya veremos.

  3. Alberto
    2011-09-12 18:40

    Eh, a nosotros no nos eches las culpas de que no tengas GÓNADAS de criticar Cheers con excusas de tres al cuarto sobre nuestro afecto por el bello Dani Martín.

  4. sigfrido
    2011-09-13 12:42

    No esperaba menos. Estupendo. Después de ver todas las modernas empezaré ya mismo a hacerme con las antiguas.. empezando con la última historia de Troughton para unir Pertwee y Baker después…. yujuuu. Lo leeré con muchísimas ganas.


Librería LdN


LdN en Twiter

Publicidad

Publicidad

Libro de Notas no se responsabiliza de las opiniones vertidas por sus colaboradores.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
Desarrollado con TextPattern | Suscripción XML: RSS - Atom | ISSN: 1699-8766
Diseño: Óscar Villán || Programación: Juanjo Navarro
Otros proyectos de LdN: Pequeño LdN || Artes poéticas || Retórica || Librería
Aviso legal