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El receptor por Jónatan Sark

Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.

Dinero aún humeando

Al final todo se reduce al dinero, suelen decir. De hecho, al final suele reducirse a dónde estaba el dinero antes y dónde se encuentra ahora. El problema es que el dinero no siempre es la pelotita bajo la concha y el cui prodest puede llegar a ser tan alambicado como poco lógico. ¿Dónde está el dinero en la Galactica setentera?, comentábamos hace unos meses. ¿Por qué se estrena una serie para poder cancelarla, como menciono de cuando en cuando? ¿Cuál es la rabieta habitual de la CBS? Que es la primera en espectadores y no gana tanto como la habitual terceridad de la FOX. Sigamos al dinero…

Primera parada, ¿de dónde sale ese dinero? En el cable, una parte es de los anunciantes y otra de los suscriptores. Conforme más abierta va siendo la situación —bien cable básico, bien cadenas generalistas— más peso tienen los anunciantes. Así que, ¿cómo sacárselo? Lo habitual es pensar que con las audiencias: buenas audiencias = muchos posibles clientes. Menos audiencias: o es un público especializado o de un rango menor y peores anunciantes —no digamos ya de los anuncios—. Es algo que se puede comprobar no sólo en las cadenas o programaciones locales sino, incluso, en las regionales que caen en desgracia. Los anuncios de Telemadrid, según ha ido perdiendo audiencias, se han ido acercando a los de bodas, bautizos y comuniones con una velocidad tan sorprendente como esperable. Obviamente esta pérdida de impacto e interés permite hablar de una crisis en el modelo de televisión pública que justifica también una venta al Capital privado. Y es que si usted no sabe buscarse una situación de todo ventajas es porque es poco ducho.

Pero volvamos a USA. ¿Qué tiene la audiencia de la CBS que no tiene la de la FOX? Edad. O, dicho al revés, la FOX tiene menos series con cantidades enormes de espectadores porque el segmento menos deseable de los mismos —es decir, a partir de los 50 años que, por lo visto, solo compran cosas de salud— está toda con la CBS. Más aún, la FOX tiene un éxito y lo exprime. Los chicos de Glee deberían estar buscando un Abraham Lincoln para que les libere de grabar discos, dar actuaciones y realizar tours. A otros como House se limita a venderlos en packs, más packs y repacks; además, claro, a mandarlos a hacer bolos por el mundo para promocionar sus series —idea esta tan loca que pareció funcionar y empezó a ser copiada por los demás—. De manera que en el trabajo del actor no está sólo actuar sino, además, vender la serie en la que actúa. De ahí la importancia que FOX da a todo tipo de eventos chorras con los que hacer un algo de ruido y dar esa sensación de somos una piña de televidentes.

Todos los años la CBS se queja de que teniendo las series con más seguidores el reparto de pasta no le favorezca más, y todos los años repite que también los mayores de 50 años tienen pasta, que no sólo los adolescentes pueden comprar cosas ni que los sesentones se gastan todo en Indasec. Con escaso éxito. Todos los años.

Peor aún: años como éste decide que hay que bajar la media de edad de sus espectadores. No, asesinándoles no. Buscando programas más jóvenes, programas como The big bang theory, que les puedan interesar por estar enfocados para ellos. Y entonces prueban algo como Ringer, que es considerado como propio de una audiencia más joven, y ellos mismos se lo derivan a la CW, canal adyacente en el que la audiencia de sus series (de Smallville QEPD a The Vampire Diaries, pasando por Gossip Girl) es directamente juvenil. De hecho, se caracteriza entre otras cosas por haber peleado abiertamente por lograr una audiencia juvenil femenina, dándole todo el bombo posible a series como Gossip Girl, aunque los éxitos de audiencia fueran Supernatural o Smallville. Algún comentarista de la tele decía que si se hubieran gastado el dinero de promocionar Gossip Girl —y, todo hay que decirlo, convertirlo en un programa de culto entre un cierto tipo de espectadoras— en respaldar otros programas de la cadena como, ehem, Veronica Mars, quizá les iría mejor con las audiencias. Y es que a veces parece que los que más éxitos tienen no saben lo que quieren. Lo que explicaría también la deriva de The big bang theory, que fue convertirse en la sitcom más vista y sufrir el efecto de la cadena, convirtiéndola en una de parejitas para un público treintañero, incorporando más mujeres al reparto.

Se supone que dinero llama a dinero, pero en la tele estamos aburridos de comprobar que no es así, sobre todo para las archipromocionadas series de media temporada, da igual que sean New Amsterdam o Happy Town; más aún, da igual que el dinero se lo hayan gastado en realizar la serie y no en darle bombo: Hablemos de Terra Nova.

Vendida por Spielberg a la FOX, con dinosaurios, preparada para estrenar en 2010 cuando los tests de público demostraban que poco menos que odiaban lo que veían, mandada a talleres y allí, decididos a aprovecharla, grabando toda la primera temporada del tirón para reducir los fabulosos gastos que estaba llevando el problema, perdón, el programa. Un año más tarde está preparada para el estreno, pero con el riesgo de que no van a poder tener reacciones del público. Bueno, seré claro: Reacciones tendrán, pero no podrán emplearlas en mejorar o cambiar la primera temporada; como mucho la segunda, si es que hay. Porque, como auguraban los teóricos del público —entre los que reconozco no encontrarme—, la gente no está especialmente contenta con estos dinos que están hechos como si tuvieran menos medios que una peli del SyFy. Su debut hace tres lunes resultó flojo, perdiendo contra las propuestas de la ABCDancing with the stars — y de la CBSHow I Met Your Mother — y haciéndolo por partida doble: DwtS sacó 16,5 millones de espectadores, 6,1 más que la comedia de Barney y prácticamente el doble de lo que sacaron los dinos; por su parte HIMYM se apuntó los mejores datos en la franja de 18/49, con un rating de 4,5 que ganaba por casi 1,5 puntos a los del Mira quién baila yankee y, por supuesto, a los dinos. De hecho, en la segunda semana las audiencias se han mantenido y sólo una leve bajada de esa franja de espectadores del programa de baile ha permitido que los dinos recorten algo de distancia, aunque siguen siendo terceros. Es decir: ¡Gracias a la NBC y su desastrosa programación por existir! En fin, no sé si Terra Nova tendrá segunda temporada, imagino que según logren un acuerdo para producirla; pero ahí tenéis claro que el dinero gastado no siempre significa dinero ganado.

Seguimos con la FOX y ahora toca hablar de Los Simpsons; es una serie de animación que quizá hayáis visto alguna vez, la suele poner Antena 3. Esta semana pasada han estado de bronca porque la FOX exigía un recorte en los sueldos de los dobladores de un 45% para renovarla; aparentemente el dinero que aún les hace ganar no era suficiente, bien porque la audiencia va cayendo, bien porque mientras esté en emisión no pueden hacer algunas cosas con ella como vender para sindicarla en cable o vender los episodios por internet, los acuerdos privados es lo que tienen… En cualquier caso se ha hablado mucho de lo que vale y lo que cuesta Los Simpson, cuánto afecta su emisión a todo el dinero que el mercha —otra de las paradas, entendido no sólo el derivado directamente de la serie en forma de set de DVDs, también cosas como muñequitos, camisetas o acuerdos con cadenas como Burger King —les reporta. Hasta el punto de que uno de los actores, el ex*_SNL_* Harry Shearer, que pone la voz a Flanders o al señor Burns entre otros muchos, ofreció rebajarse un 70% su sueldo a cambio de una participación en los beneficios de la serie. Al final llegaron a un acuerdo, una rebaja que se comenta del 30% y dos temporadas más para la cadena.

Como vemos el dinero está detrás de muchos de los movimientos y decisiones de las series; habrá quien diga que detrás de asuntos como renovaciones y continuidades —aunque eso nunca será del todo correcto— del mismo modo que el uso de un espacio concreto de televisión tendrá no sólo unas ganancias asociadas, también unos costes que pueden llevar a ponderar las series que se emiten. Cuando emitir algo sale más caro a la cadena — en el sentido de dejar de ingresar dinero e, incluso, de tener que vender más barato ese espacio publicitario de lo que se gana con la serie o, en el caso del cable, ofreciendo menos motivos para apuntarse a una cadena, o pack de cadenas, tema este complejo por su propia naturaleza norteamericana… — porque al final siempre podemos seguir el rastro del dinero.

Añadamos no sólo esto, también la creación de remakes de series antiguas: Hawaii 5-0 ha sido un éxito, Los Ángeles de Charlie está siendo un fracaso y el truco de hacer series de miniseries y viceversa demuestra, también, que la ficción es esquiva aunque adaptable. ¿Si no está seguro el éxito por qué se hacen? Pues porque cuentan con una ventaja en forma de los seguidores de la antigua versión, y porque esto —como las adaptaciones de productos extranjeros o personajes conocidos, ahí tenemos la futurible Hulk o la nonata Wonder Woman — sirve, además, para venderla al extranjero. Una vía de negocio tan lógica y legítima como la publicación en DVDs e igualmente fundamentada en: ¿cómo podemos sacarle —más— pasta a nuestra inversión?

Pasta, guita, dinero… al final siempre está ahí. Decía al principio del post que podía acabar dándose el caso de que estrenar algo imperfecto y cancelarlo puede acabar siendo la única solución viable para darle algo de salida a una serie ya aprobada. Así reconocen que no se equivocaron contratándola, rellenan algunas horas , generalmente donde menos daño pueden hacer, bien el viernes o el sábado que hay menos consumo televisivo, a veces en verano, sobre todo julio y, especialmente, agosto. y si la has cagado tan a fondo como la serie Friends with benefits te puedes acabar encontrando con tres años entrando y saliendo del taller para terminar siendo estrenado en agosto. Y el sábado.

De momento se han cancelado en la NBC —¡Esa cadena!— The Playboy Club, que ha sufrido no sólo los problemas propios e internos sino el sándwich que le hacían Hawaii 5-0 y Castle —por cierto, metidos en una interesante lucha en la que, por una vez, la ABC de Castle gana en espectadores mientras Hawaii 5-0 de la CBS gana en el segmento de interés—, además de por el lanzamiento fallido con toda la expectación por 2 hombres y medio y el roast a Charlie Sheen… La segunda, de la misma cadena, fue Free Agents, con unos registros flojos incluso para ellos, sobre todo con los buenos —e inexplicables— números que están teniendo las otras novedades en comedia, Whitney y Up all night. Como dato, llegó a los 4 episodios, así que se queda a 2 de la serie original británica. Pero la más rápida ha llegado de la mano de la CBS, que ha fulminado tras su segunda emisión la… comedia How to be a gentleman, de la que ya os hablaré a finales de mes. Con los saludables ratings de cadena, han decidido no cancelarla propiamente ni mandarla a talleres; la han desterrado a que muera los sábados. Ahí vemos trabajar el dinero de nuevo: No molesta, no hace mucho daño y se amortiza el dinero invertido aunque sea por la mínima. No parece que la FOX tenga mucho que preocuparse, no más que de Terra Nova, que ya ha pagado, o de la caída de espectadores de Glee y, tras la limpia del pasado verano, sólo Fringe camina por la cuerda. Por contra, la ABC tiene entre manos lo que podría ser la próxima cancelación del lote: Los Ángeles de Charlie; el problema es que pese a los datos espantosos el dinero podría estar en desterrarla y mantenerla para poder continuar con la venta al extranjero; o, si no mejoraran los datos, en quitarla de en medio pero seguir produciendo episodios hasta completar la temporada y endosársela a las cadenas extranjeras. Al fin y al cabo, el nombre vende tanto en esto como vendió en V. Esos retorcidos meandros que crea el dinero.

En fin, el dinero lleva a estas extrañas piruetas. Igual que ha favorecido sustituir series por tele-realidad, más barata de hacer, terminando con el reinado de los culebrones de la mañana. Aunque ahora se están encontrando con un problema diferente: Las telerrealidades son más baratas de producir, sí, pero no de vender. Como mucho se puede alquilar el formato, pero no da los beneficios de ponerlo por todo el mundo en cadenas primero y en packs luego. Menos gastos, sí, pero también menos ingresos. Así que ahora tendrán que elegir, de nuevo, su modelo. Porque ese es el problema del dinero: Resulta que no se multiplica solo.

Jónatan Sark | 10 de octubre de 2011

Comentarios

  1. Gabriel - paginas web
    2011-10-11 03:06

    jeje bueno no en todos los casos todo se resume al dinero, mira lo que le paso a steve jobs que con tanta plata y no pudo hacer nada…

  2. Jónatan S.
    2011-10-11 03:42

    Bueno, el caso es que pese a lo que parece ser creido Jobs no era algún tipo de serial televisivo sobre un genio adelantado a su tiempo con escaso gusto en moda.

    Aparentemente era una persona.

    Una lástima porque en el terreno de la ficción habría alternativas: Convertirse en cyborg — mucho mejor y más ético que conseguir piezas de repuesto en el mercado negro —, transferir su consciencia a una computadora — ¡Puntos por Ironía! — o criogenizarse a la espera de ser revivido cuando su problema estuviera resuelto y así regresar sin sugerir más de alopecia. y quizá tampoco cáncer.

    En fin, que nos guionicen los programas de realidad sólo sirve para recordarnos que la realidad debería estar mejor guionizada.

  3. Alberto
    2011-10-11 11:32

    Hace años un amigo mío que trabajaba de analista de guiones para Antena 3 televisión me contó dos historias curiosas. Una, de como les llegó el dossier (porque aquello no era una biblia) de Aquí no hay quien viva y les pareció un bodrio imposible de rodar, algo infame. Todos y cada uno de los analistas de la casa, cada estrato, echó para atrás el tema, hasta que siempre llegaba algún jefazo que decía “no, esa tiene que pasar la criba”. Y luego fue un éxito salvaje.

    También me contó como una de las veces que cambió el equipo de responsables de ficción de la cadena, uno de los jefes decidió que iba a “suicidar” a Un paso adelante, por una cuestión de guerra personal con su productora o algo así. Cambió la serie de horario seis veces, redujo presupuestos donde pudo, dejó de anunciarla… la serie SIEMPRE fue bien en cualquier caso, así que no había modo de matarla.

    Conclusión: pues la que dijo William Goldman. “Nadie sabe nada”.

  4. Jónatan S.
    2011-10-12 06:07

    Estoy muy de acuerdo con el Nadie sabe nada de Goldman, y creo que lo he dicho cientos de veces. Sin ir más lejos, hace dos sábados se emitió un SNL de los que hielan la sangre, un desastre completo con Melissa McCarthy de invitada, que resultó ser bien valorado por público y crítica. Del mismo modo mientras Free agents era eliminada Up all night o Whitney gozan de buena salud.

    Pero ahí no hay presencia del dinero. Es decir, el dinero que se han gastado o que han usado para promocionar, no es como Aquí no hay quien viva que no deja de ser la típica historia variante de Le dije a Mark Twain que se dedicara a dar forraje a los caballos y la segunda explica más de los directivos y sus filias y fobias — Al hilo del SNL, en el 80 y el 85 fue salvado por lo mucho que le gustaba a Brandon Tartikoff y todos hemos oídos de proyectos de un grupo anterior cancelados por el siguiente, algo que se ha dicho incluso con proyectos tan espantosos como la Wonder Woman de Kelly

    El asunto es, ¿qué o cómo siguió la carrera del tipo que trataba de hundir UPA si este producto seguía dando pasta? ¿Puede más el dinero o las Intrigas palaciegas? aunque al hilo de eso recuerdo haber escuchado de cierto proyecto que los productores estaban locos porque sólo en el piloto se habían gastado la pasta dada por la cadena para la primera temporada. Un caso de “Demostrar un punto” llevado al extremo y, eso sí, con la vista en el dinero del futuro: Explotación de mercha, productos relacionados y quizá incluso una peli…

    Todo lo cuál me lleva a una de las series de vida más inexplicable del mundo: ‘Till Death. Todo lo que pueda salir mal está en esta serie de la FOX, su audiencia en la 1ª temporada fue floja, en la 2ª fue tan mala que nadie explicaba una 3ª con unos datos tan espantosos que la retiraron en OCTUBRE, pero en lugar de cancelarla… crearon una 4ª temporada para que pudiera pasar a sindicación — es decir, reunir 100 episodios para vender a canales pequeños como relleno — aunque fue tan rematadamente mal que pasó a ser una argamasa dela cadena, que iba metiendo capítulos de cualquier manera y en cualquier lado, logrando unas audiencias de unos 2,5 millones de espectadores, convirtiéndose en motivo de chistes internos en la serie o de declaraciones como no la ve ni mi madre dicha por el creador de la misma. De hecho, parte de los actores secundarios y semi-principales se largaron, varias veces, a lo largo de la serie. Algunos críticos decidieron que era una serie insalvable mientras a algún otro llegó a parecerle el colmo de las sitcom, no como su mayor ejemplo sino como un desastre hipnótico de ver y autoconsciente. Al final de ese año fue cancelada. Tenía a sus espaldas 81 episodios. 28 más que otra sitcom de la misma cadena: Arrested Development.

    El asunto es, el dinero puede explicar la cancelación de la segunda pese a las críticas positivas y a los premios, pero… ¿qué explica la supervivencia de la primera?

    Y ahí ya tenemos que pasar del goldmaniano Nadie sabe nada a un más pragmático: cada hachazo es distinto y se puede buscar, quizá, una forma —financiera las más de las veces— de evitarlo, es decir: _ Cada día tiene su afán_, .


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