Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.
30 años no es una edad habitual a la que llegue un programa con vocación transgresora o de apelar a los jóvenes adultos. Es innegable que algo hay que perder, algo hay que cambiar, y nada es lo mismo.
En el caso del SNL, cuando empezó su 30 temporada en septiembre de 2005 la situación era extremadamente apacible: tras el brillante lustro inicial y los turbulentos ’80 los siguiente quince años fueron una lección de adaptación por parte de Lorne Michaels que fue demostrando cómo el programa podía sacar y pulir diamantes, con paciencia, con mucho trabajo y dejando a muchos jóvenes cómicos en un sencillo puesto de secundarios recurrentes o de mero forraje para la pantalla.
Michaels, uno de los tipos más listos del mundillo televisivo, había ido adaptándose a la situación, poniendo límites a lo que la cadena podía hacer y lo que no y mimando a sus protegidos. Para 2005 su situación era realmente extraña, quizá la persona fuera de la NBC con más peso dentro. Empezaba el lustro habiendo desterrado la imagen de Club de Chicos que había perseguido al programa desde casi el principio y que había causado sonoros enfrentamientos con antiguas integrantes como Louis-Dreyfus, Garofalo o Silverman y un escándalo mayúsculo con el caso Andrew Dice Clay. Pero el reinado de las mujeres tampoco podía durar mucho en un panorama cambiante.
Las tres novedades del año 2005, que apuntalarían el programa en años venideros, fueron la cómica de improvisación Kristen Wiig, el camaleónico Bill Hader y el más importante de los fichajes: The Lonely Island.
The Lonely Island era un trío de chavales, amigos desde la infancia, que hacían parodias de canciones, escribían piezas cómicas y realizaban todo tipo de locuras en Berkeley, California. Locuras lo suficientemente importantes para atraer a los ejecutivos televisivos, por ejemplo los que decidieron que en los premio de cine de la MTv presentados por Jimmy Fallon —recién abandonado el SNL— se incluyeran algunos montajes suyos. Esto les sirvió de carta de presentación cuando
Michaels se interesó por ellos permitiéndoles llegar a un trato con él.
Andy Samberg pasó a ser uno de los nuevos cómicos contratados, Akiva Schaffer y Jorma Taccone pasarían, por su parte, a formar parte de los guionistas del programa; además, el trío seguiría preparando cortos que servirían como relevo natural a la Funhouse de Smigel, los SNL Digital Shorts.
Unos suben, otros bajan, las mujeres vieron cómo perdían cuota con la desaparición por la baja de embarazo de Maya Rudolph y especialmente de Tina Fey, a la que no se vería mucho más. Tras la experiencia del año anterior guionizando Chicas Malas y su reciente maternidad Fey se sentía con fuerzas para preparar el sigueitne asalto con toda la ayuda de Lorne Michaels, preparar una comedia que iba, básicamente… sobre ella.
30 Rock es una serie sobre una jefa de guionistas como ella, con un programa semanal de sketches, un montón de actores problemáticos entre los que destacaba su antigua amiga y compañera de actuación ahora parte fundamental del show, Rachel Dratch —que había sido compañera de Fey en los viejos tiempo de Chicago— y el imprevisible Tracy Jordan, personaje con mucho del también ex- SNL Tracy Morgan en el que, de paso, se disparaba con bala entre otros muchos tics de cómicos al ex-SNL más anti-SNL, Eddie Murphy. Por si quedaba duda, el nombre venía del edificio real de la NBC, cadena igual de real que realizaba un ejercicio tremendo de metaficción apartando las pocas diferencias —la falta de presentadores e invitados musicales, la dualidad ante las cámaras de la propia Fey, la presencia de Lorne Michaels…— para la que se sirvió de muchos talentos del show. Los más visibles fueron, obviamente, los de la propia Fey y los de Rachel Dratch, que abandonaron a finales de la temporada para centrarse en el desarrollo del piloto.
Resultaría ridículo señalar la marcha de la comedia, sus múltiples premios o el refuerzo a la imagen de Lorne Michaels como productor. Me limitaré a señalar que Dratch, amiga desde antiguo de Fey, dejó el SNL para hacer el papel que acabaría siendo desde la segunda versión del piloto para Jane Krakowski. Un fallo de cálculo que no ha agriado la relación, la cómica ha aparecido en pequeños papelitos en la serie así como cameos en el SNL, el último de los cuales junto a la propia Fey este mismo año.
Y si las mujeres bajan alguien tenía que subir: The Lonely Island. Durante los primeros meses poco era lo que realizaban, Samberg no parecía contar mucho para el resto de los guionistas, por lo menos hasta que llegó Lazy Sunday.
En compañía de Chris Parnell, con ocho años ya en el programa y más cerca de irse que de quedarse, Andy Samberg, que casi ni se había estrenado, comentaba en el que era su segundo Digital Shot un visionado del primer Narnia con el uso de Chronic como seudónimo de María mediante un rap de blancos.
Es difícil decir si fue un éxito de YouTube o un éxito por YouTube, la por entonces neonata herramienta para compartir vídeos, el caso es que se convirtió en el nuevo sketch memorable del SNL y logró atraer de nuevo a los jóvenes espectadores. A Lorne Michaels le salían bien los planes.
Pese a ello el canal pedía ajustes presupuestarios así que Lorne tuvo que dejar ir a Parnell —que lo intentó con el fallido piloto de Thick and Thin antes de convertirse en el personaje recurrente Dr. Spaceman en, obviamente— 30 Rock— junto con otros actores de largo recorrido como Horatio Sanz y Finesse Mitchell. La marcha de Fey llevó aparejada la subida de Seth Meyers de actor y guionista a jefe de guionistas (en principio junto a Paula Pell y Andrew Steele ) y a presentador del Weekend Update con Amy Poehler.
Tras el éxito de la anterior temporada Hader y Wiig, además del guionista pasado a actor Jason Sudeikis pasaron a ser miembros del repertorio. También subió de puesto Samberg que produjo en esta nueva temporada otro hito con el principio de una colaboración más que fructífera para ambas partes entre el joven —digamos— cantante Justin Timberlake y el SNL. El más que notable talento cómico de Timberlake y su absoluta falta de vergüenza facilitaron la existencia de Dick in a box que les valió a los implicados un premio Emmy.
De nuevo el éxito en Internet y, esta vez además, la demostración de que se podía usar como medio en el que quitar los pitidos, abriendo a una audiencia adulta, a salvo de no tanto chavalines como pesadas asociaciones de espectadores.
El equipo se estabiliza, Wiig* se consolida mientras el resto de mujeres van desapareciendo aun cuando su tendencia a soberactuar no parece reprimida por nadie. Hadder se convierte en un chico para todo que demuestra unas capacidades similares a las de Kattan o Aykroyd para crear pequeños personajes memorables y brillantes imitaciones.
Al año siguiente la plantilla vasi no varió, en parte como medida preventiva ante la huelga de escritores que sacudió al programa como a todos los demás, anulando uno con The Rock y Amy Whinehouse entre otros planes. Los cómicos y guionistas estuvieron entre el sector más activo del programa hasta el punto de que se llegó a hacer un episodio especial en directo dentro del Teatro Upright Citizens Brigade co-fundado por Poehler, en el que Michael Cera presentaba y el grupo Yo la tengo ejercía de invitado musical, recreando el programa con el nombre*_SNL On Strike!_*, un acto de homenaje a los newyorkinos y de apoyo a los escritores en huelga que contó con la participación de casi todo el cast de la temporada así como de Horatio Sanz y Rachel Dratch.
Una vez se retornó a la normalidad reapareció la anormalidad, no tanto por la marcha de Maya Rudolph aprovechando la huelga, como por el año electoral a la vista por el que los políticos — Hillary Clinton, que se encaró a Amy Poehler, su imitadora; Barack Obama o John McCain— pasaron a a realizar cameos bien para apoyar su imagen pública, bien para congraciarse con los guionistas del programa. Con el final de la temporada se acercaba el final del reinado de las mujeres tras manifestar Amy Poehler que se iría al año siguietne para desarrollar su propia sereie: Parks & Recreations. Poehler aceptó marcharse a mitad ela temporada pero eso no evitaba que la sucesiva pérdida de poder femenino pareciera irremediable, haciendo que el SNL perdiera una de sus principales —y pacientemente conseguidas— bazas.
Lo que nadie podía preveer era lo que ocurriría meses más tarde, el 29 de Agosto de 2008. Ese día el candidato a la Presidencia por el partido Republicano, John McCain, anunciaba a su compañera candidata a vicepresidenta, la Gobernadora de Alaska, Sarah Palin. Todo el potencial cómico de la mujer y su más que notable parecido con Tina Fey convirtieron la vuelta de esta al programa en un clamor.
El arranque de la temporada ese año estaría ligado a Palin, con sólo unas pocas incorporaciones entre los actores de fondo, entre los que sólo destacaban Bobby Moynihan, que haría el papel de eterno secundario gordito simpático, y Abby Elliott —hija del exSNL de corta duración Chris Elliot y nieta de Bob Elliot, de Bob & Ray, que también apareció haciendo un cameo en los ’70— que perpetuaría la saga familiar y trataría de mantener la llama del Girl Power en el programa.
El sketch en el que Amy Poehler, aún en el programa, imitando a Hillary Clinton daba una rueda de prensa con Tina Fey haciendo de Sarah Palin pasará a los anales del programa entre los sketches de contenido político más importantes. Y de mayor recorrido internacional.
La brillantez de la imitación convirtieron finalmente a Tina Fey en una superestrella mundial, elevaron las audiencias del programa y acabaron consiguiendo la participación de Sarah Palin para un mini enfrentamiento con ella. Todo un logro que devolvió las audiencias del programa a los niveles de principios de los noventa cuando el tandem Carey / Myers arrasaba. Todo el proceso electoral que acabaría llevando a la victoria de Barack Obama fue tratada con ironía y humor por el SNL consiguiendo convertirse de nuevo en un espacio de referencia entre los jóvenes, especialmente su Weekend Update —finalmente sólo con Seth Meyers— que pasó a ser una versión breve del Daily Show de Jon Stewart.
La llegada de Obama a la Casa Blanca supuso dos cosas: Que Tina Fey dejara de imitar a Palin —al menos hasta que volvió a ser host del programa— y que algún actor tenía que hacer de Obama. Dado que el único actor de color era Kenan parecía obvio que había que buscar a alguien nuevo. Incluso se llegaron a hacer pruebas en los que participaron cómicos como el entonces guionista de 30Rock y actual actor de Community Donald Glover, intentos de encontrar a un actor que pudiera imitarle. Pero fue en vano, finalmente Fred Armisen, el más camaleónico de todos los actores del actual reparto, hijo de venezolana de germano-japonés, encarnaría al nuevo presidente entre críticas de los sectores más concienciados de la comunidad negra que no entienden cómo no había un actor negro que pudiera interpretar a Obama. Especialmente al ver que la imitación es correcta pero no memorable, nada que ver con la larga tradición de enormes versiones presidenciales.
También hubo quejas, desatadas por el affaire Obama, sobre la nula presencia de mujeres de color y la explotación de Kenan que tenía que interpretar todos los papeles de afroamericano, quizá el movimeinto no logró nuevas contrataciones pero sí facilitó algo más de visibilidad a Kenan Thompson.
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No fue la única queja por una imitación de Armisen, también su versión del actual gobernador de Nueva York, David Paterson, le procuró la queja explícita del personaje público y de una serie de colectivos de ciegos que no entendían que se hiciera humor con eso. Sus apariciones en el Weekend Update, sólo o con el ex-gobernador Spitzer de Bill Hadder, se convirtieron, sin embargo, en momentos memorables.
Así que el auge de internet, capaz de convertir en viral algunos de los vídeos de los Digital Shorts o de movilizarse con las imitaciones, trajeron al programa a un a nueva edad, plateada de momento, en el que los sketches más divertidos se expandían por todo el mundo.
También continuó la simbiosis con algunos presentadores, con Alec Baldwin llegando en la última temporada a igualar a Steve Martin como los presentadores que más veces han llevado el programa, quince en cada caso, así como la demostración indiscutible de la fuerza cómica y la conexión de Justin Timberlake con el reparto logrando que su tercer programa se convirtiera en uno de los grandes momentos de esa temporada. facilitándole un Emmy a actor invitado en comedia y apoyando otras candidaturas, Tina Fey se lo llevaría —claro— como actriz invitada en comedia por su papel de Sarah Palin, mientras que Amy Poehler y Kristen Wiig tendrían que conformarse con una candidatura como secundarias en el SNL. Los premios y candidaturas reconocerían para los críticos el buen momento del programa.
También significó el final de camino para Darrell Hammond tras 14 temporadas en activo, lo que le convierte en el cómico que más años ha pasado en el plantel del SNL, con grandes imitaciones a cuestas, especialmente su Bill Clinton pero también Dick Cheney o Al Gore, además, claro, de su papel como Sean Connery en los Celebrity Jeopardy!
En su más reciente temporada hubo un casi imperceptible cambio de mujeres, con Kristen Wiig como única actriz destacada, con Bobby Elliot aún de featuring, Lorne Michaels despidió a las otras cómicas, Casey Wilson y Michaela Watkins, y contrató a dos nuevas, Nasim Pedrad y Jenny Slate, tratando de recuperar ese avance que había supuesto el lustro anterior. Lamentablemente los recambios no estaban a la altura y Wiig pasó a ser omnipresente por todo el programa, causando un lógico efecto cargante.
La más reciente temporada poco ha podido aportar, vuelve a pasar cinco años y tocan cambios, aunque de momento no se ha notado ninguno aunque, eso sí, Lorne Michaels logró cerrar con un éxito espectacular. Igual que empezó el lustro colonizando internet gracias a Lazy Sunday tomó la petición en Facebook de que la popular cómica Betty White fuera la presentadora de un programa y no sólo aceptó sino que lo convirtió en un recordatorio de esta última década conjugando la participación de las cómicas más importantes que han sido miembros en los últimos quince años con sketches y chistes diseñados para la generación Internet, un experimento saldado con un rotundo éxito de público y con muy buenas críticas —aunque haya sido duro para las nuevas ser comparadas con las antiguas estrellas— que puede servir de cierre a este repaso histórico a lo que ha sido el SNL con el Digital Short dedicado: