Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.
A falta de un par de estrenos estamos ya agotando el Invierno. Hemos pasado ya Lo más crudo del crudo invierno y ha resultado que era las series, tan crudas que las que a las que no estaban a medias les faltaba un hervor. Por más que he esperado a que ocurriera un milagro y saliera algo interesante para hablar por aquí y ante la alternativa de volver a reírme con Lost —Ahora eliminado de Cuatro a la espera de reubicación—, chafardear un rato de la que tienen montada en Dos Hombres Y Medio o, incluso, hablar algo del Canal Arte he pensado que ya era hora de dar el repasito, ¡qué le vamos a hacer!.
Es decir, ¡si hoy todo el mundo va a estar hablando de los OjcarTM!, ¿qué más dará lo que diga de tele si lo que interesa es moda y chafardeo?
En fin. Las temporadas televisivas se dividen en cuatro. La más importante es Otoño, se supone que tras esta el resto va en orden pero, la verdad, adoro Verano porque ponen muchas series sencillotas y divertidas. En Invierno echan lo que no ha tenido sitio en otoño o lo que se ha tenido que retrasar su regreso, Primavera es el cajón de las sobras.
Pues bien, con este Invierno no quiero ni imaginar qué están dejando para la Primavera. De momento las trece novedades que llevo se mueven entre lo normalito y lo abiertamente inaceptable — ¡¡¡*Spike TV*, yo te maldigo!!!— así que poco
18 to life Dos chavales se aman tanto que deciden casarse. Sí, a los 18. No, en serio. Sorprendentemente es una comedia. Blandita, amable, casi como una prolongación de Yo y El Mundo y, por lo tanto, con la dulzura de un bollito industrial y la misma naturalidad. Para ver sólo con insulina cerca.
Blue Mountain State Un día tengo que hablar de Spike TV. No sólo es un canal infecto, además hacen una ficción que demuestra por qué la AIP tenía mucho mérito. Esto que ellos perpetran es algo así como Porky’s sin sexo. Y sin humor. ¡¡¡Eugenesia ya!!!
Caprica ¿Recordáis todo lo bueno que tenían las primeras temporadas de Galáctica ? Pues aferraos a ello porque en esta serie sólo lograréis perder la paciencia. ¿Qué hemos dicho de hacer precuelas de obras de SciFi? Si ni Asimov consiguió estar a la altura, ¿qué les hacía pensar que ellos podrían?. ¡¡¡Locos, juegan a ser dioses!!!
Hiccups Aquí llegan mis amigos canadienses con una comedia sobre una autora de libros infantiles con problemas de rabia y el entrenador personal que va a cuidarla. Aunque de trama blandita y con poco mordiente resulta una comedia tranquila, agradable y placentera. Con la temporadita que llevamos es todo un acierto.
How To Make It America Es, digamos, como si Pinky y Cerebro hubiera sido HBOizada con dos amigos teóricamente despreciables haciendo sus chanchullos y buscando el Gran Golpe. Salvo que aquí los dos son Pinkie, el Gran Golpe no existe y se les ha olvidado —qué se yo— poner una trama, hacer interesantes a los personajes o acordarse de que en los capítulos tienen que suceder cosas. Quizá empiezo a desarrollar trauma hacia la HBO porque me apetecería más ver esta serie si la echara Showtime llenándola de frenéticos momentos de nada en absoluta y grandes dosis de violencia innecesaria. Cualquier violencia contra los protagonistas me parece bien recibida.
Human Target Respiro, respiro, respiro ¿Qué puedo decir de esto? ¿Oportunidad perdida? ¿Vuelta a los ochenta? ¿Desastre en ciernes? Desde que se hizo la primera adaptación del cómic a la tele, allá por el 92, cabría suponer que algo habrían aprendido las cadenas de televisión. Algo como, por ejemplo, que si lo que hace diferente al personaje es su capacidad para transformarse en alguien no tiene sentido meter a un actor que no se transforma. Sería como buscar una cara para El Soldado Desconocido. En cualquier caso la nueva producción tiene, además, el grave problema de ser tan interesante como la etiqueta de champú y algo menos densa. Si vieron el remake de El Coche Fantástico sabrán de lo que han sido capaces.
Life Unexpected Estoy tentado de decir que es la serie moñas de la temporada invernal. Yo no puedo con ella pero a mi ídolo Pedro García le encanta. No entiendo pro qué. Sería muy muy lacrimógena sobre una niña adoptada que se reúne y reúne a sus padres biológicos que deciden vivir como una familia. O algo. La serie va de… ahm… es decir se sostiene porque… uh… pues les pasan cosas. Y son felices, o no, y se enfrentan a… a… al espectro de ser la nueva Treintaitantos, sospecho.
Parenthood aydios… ¿Alguna vez habéis conocido a alguien que se ESFUERZA por ser algo? Trata de ser bueno, ocurrente o profundo… Lo intenta TANTO que incluso en su logro se nota algo impostado, una falsedad insalvable. Pues eso pasa con Parenthood, parientescapucha es una serie lleva tantos cambios, recambios, toques y parches que es imposible no ver los restos en la superficie. Los actores hacen lo que pueden para salvar la cara pero esta teórica adaptación de Dulce hogar a veces megapublicitada durante los juegos olímpicos lo tiene mal para pasar la media docena de capítulos.
Past Life Cuando digo que esta temporada no he ganado para disgustos pienso en cosas como esta serie. Y es un error. Pocas veces me he reído tanto como con el absoluto caos que representa los conceptos de esta serie de policías. Claro, te pones a hacer guiones con la premisa de que una psicóloga y un poli resuelvan casos gracias al os recuerdos de vidas pasadas de la gente y trata de arreglarlo. Un cruce rarísimo entre Medium y Caso Abierto que merece la mención: Marcianada del Años.
Republic of Doyle Canadienses, esos adorables americanos del norte. Serie policíaca que integra la parte cómica/familiar con la detectivesca, con aceptables resultados. No revolucionará el género y quizá no llegue a su tercera temporada pero los actores no chirrían y todo resulta tremendamente agradable de seguir. Un encanto.
Spartacus: Blood & Sand ¿Os imagináis Rome con las calidades de producción de Xena en un entorno Softy? Pues eso es lo que tenemos. Más o menos. En realidad esta serie tiene menos guión. Pero lo suplen con Carne. La Carne también suple a los actores, la planificación o las subtramas. Si fuera enteramente porno tendría, además, un puesto entre las más buscadas de Google. A olvidar con rapidez.
The Bridge El piloto es interesante, queda tiempo para ver por dónde sale. Este retrato del policía sindical y las relaciones de poder entre las distintas clases en un entorno de gran corrupción puede ser de lo más interesantes, con el rodaje. De momento es de las pocas series que merecen una oportunidad.
The Deep End Es Anatomía de Grey con abogados. Como ya está cancelada y no llega al nivel de épica del desastre que la otra cancelada del grupo — Past Life claro— no merece la pena darle más vueltas.
Eso es todo, a falta de un par de novedades que, sinceramente, no parece que puedan arreglar mucho el panorama. Cierto es que Otoño es la época realmente importante pero como no se pongan las pilas para entonces estaremos todos jugando a los flash, o con el buscaminas, o con la consola o … quizá… ¡gasp! leyendo. Quién sabe, quizá haya suerte y la próxima columna de este tipo que haga, allá por Primavera, sea para contar lo buenas que son las novedades.
Sí.
O que nos han invadido los extraterrestres.
Lo que ocurra antes.