Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.
Hoy no toca hablar del Dr. Who porque, derrepronto , el ídolo Minchinela publicó un nuevo episodio de sus e-documentales. Véanlo aquí
Me hace gracia ver cómo trata el auge de las series. Tengan en cuenta mis silenciosos lectores que ya de pequeñito grababa yo El Comisario McMillan y Esposa , me veía con gozo Hill Street Blues o M*A*S*H , que seguí completas ER o Policías de Nueva York —duelo TVE / TeleCinco de la máxima rivalidad por ver quién lo jodía más— y que en estos tiempos luminosos puedo estar siguiendo con facilidad veinte o treinta. Vamos, que lo mío con las series es de antiguo.
Repronto presenta el cliché de que al a gente no le gusta la tele. Dice, literalmente:
La gente dice no ver televisión porque está decepcionaa con los contenidos.
Si yo comparo lo que había antes con lo de ahora no es que esté decepcionado, es que me horrorizo. La práctica desaparición de series del PrimeTime , la emisión de las pocas que hay en formato supercansino de varios episodios seguidos, incluso cuando alguno de ellos es nuevo, sin molestarse en hacer las pausas de barbecho . La erradicación del cine subtitulado, clásico o de autor —no mencionemos todas las posibilidades a la vez— y la sustitución de los debates de actualidad por, a saber, debates del corazón y superficiales tomas de postura alineadas con la ideología de la pasta de la cadena. Eso sin contar con las altas como los programas de testimonio o los concursos de tele-realidad y las bajas de los espacios musicales y los programas de cortos . Sólo los concursos parecen seguir como siempre y, en ocasiones, ser los mismos.
Tomemos un punto en el pasado, hace veinticinco años, el domingo 20 y el lunes 21.
El domigo hubo concierto de música clásica, programa religoso, programa deportivo, telediario, dibujos animados — Inspector Gadget — y documental —científico, como siempre— y el Más vale prevenir de divulgación médica, después M*A*S*H , más deportes, más telediaros, la serie El Cuarto Brazo , un especial musical, una semblanza del actor Luis Cigues y a las 12 la Despedida y cierre. Estamos hablando de La 1 .
En La 2 no empezó la programación hasta las 2 de la tarde, infantil a continuación — Ruy, pequeño Cid , La niña del espacio —, un documental —sobre cine, esta vez. Sobre cine MUDO — , después dos más, científicos esta vez, un Estrenos TV y más dibujitos con Candy Candy , pequeño concurso y, zasca, Anillos de oro . espacio de actualidad y película, Hombres de Arán de 1935, ganadora de un Oscar, documental pseudocientfico y, a las 12, despedida y cierre.
Creo que acabo de descubrir cuando me empezaron a tocar las narices los documentales científicos.
Ahora bien, ¿hace falta mirar lo que nos emitieron ayer? Pero vamos al día 21…
Hasta las 1,30 nada, luego noticias, más noticias, aún más noticias y, a las 15:35 Falcon Crest . Programa magacine después y programación infantil: Barrio Sésamo , Planeta Imaginario , Informativo juvenil, programa musical… A las 20 un espacio sobre consumo, a las 20:30 el telediario y a las 21 el Supergante86 . Mola, ¿eh?. Luego la serie Veraneantes , el espacio Vivir Cada Día con una función de títeres, más telediarios, teledeporte y a las 12 pliegan.
En La2 no se abría hasta las 18:45, repasito rápido y el Follow Me , después espacio cultural y espacio deportivo, programa de pelis de cine español, después otra, de Tony Leblanc de 1947, sección religiosa, telediarios y a dormir todos que ya es tarde.
¿Qué cara se les ha quedado? Podría haber buscado otro punto siempre antes de la llegada de las privadas que es, en mi opinión, cuando la televisión —pública, privada, catódica… — se fue a freír espárragos.
Y si consideran lo de antes con lo de ahora, ¿cómo calificarían su opinión sobre los actuales contenidos? Porque a mí decepcionado se me queda corto.
En fin, que Repronto asegura que existe una cultura que apremia a la gente a verse series —mi vida atípica hace que cuando hablo de series con la gente me encuentre las muestras no-representativas, pero me pasaba ya In Buffy Tempore — y critica que la misma gente que se quejara de lo reiterativo de series como El Equipo A alabe House que también es reiterativa —aunque, eso sí, lo del desfibrilador es de Urgencias —.
Obviamente la primera observación es que la diferencia entre El Equipo A y House está más allá de la reiteración de esquemas. Tentado estoy de sugerir que la gente que alaba La Vanguardia desprecia a La Razón sin fijarse en que ambos tienen las mismas secciones, pero sería una falacia muy triste. Además, a mí me gusta Repronto porque tiene una presentación del problema, nudo demostrativo y desenlace en forma de reflexión, como Autopista hacia el Cielo .
Pero volvamos a la decepción, que nunca debimos abandonar, la cita literal completa decía:
La gente dice no ver televisión porque está decepcionada con los contenidos pero, en realidad, es difícil encontrar una persona que realmente no vea televisión y que sea incapaz de hacer un juicio sobre lo que sale por pantalla.
¿A qué llamamos ver televisión ? ¿A qué llamamos leer periódicos ? No, hombre, no pongan esa cara que dejo tranquilos a La Vanguardia y La Razón . Esta vez hablo de Dumas . Padre . De Los Tres Mosqueteros , El Conde de Montecristo , La Reina Margot … Muchas de sus obras se prepublicaron como folletines en los encartes de prensa o en sus faldones. No fue el único, también Feval o Sue lo practicaron.
¿Significa esto que al leer Los Misterios de Paris estamos leyendo prensa ? ¿Por qué entonces ver series es ver televisión ? No me digan que es por la trasmisión de valores que me da la risa, los valores con dificultad cambian se use el formato que sea. Lo que diferencia un Telefilm de una Serie B de un Gran Estreno no son los valores, salvo que lleven de producción y desarrollo detrás.
Oh, sí, se ha puesto de moda comparar —para mal— el cine con la tele. A mí me parece que en esto también podríamos poner una fecha, con el paso de las Series B al grupo A . Pero centrémonos en que es lógico que una serie pueda profundizar más en tramas y personajes. Si se tiran el tiempo de, pongamos, una temporada de 13 capítulos, 520 minutos, 8 horas y dos tercios, y no consigue profundizar más que una película que dura algo menos de una cuarta parte de su tiempo podemos todos dedicarnos a otra cosa.
En cuanto a los juicios, ¿habrá gente que hable de cosas sin conocerlas realmente? No, no, es obvio que es o sería imposible, la gente precisa de un conocimiento fehaciente y profundo para tratar un tema cualquiera. Nah, imposible. Por eso cuando la chica esa del grupo de música dice que no conoce a la otra se ríen de ella. Porque, claro, no puede ser que esté mintiendo o, más aún, que tate de evitar hablar sobre su ex-grupo. Imagino que si Vicky Larraz y Marta Sánchez hubieran vivido en la actualidad se hubieran encontrado con problemas así. Por cierto, ¿sustituyó alguien a la Sánchez en *_Olé, Olé?
Volvamos al tema, ¿es el hecho de no ver la televisión lo que causó las burlas —por cierto, podrías habernos puesto alguna que siempre son divertidas— o es la búsqueda de enfrentamiento entre diva y ex-grupo lo que usó como excusa ese teórico desconocimiento?
Más aún, si no ver la televisión es un pecado inconfesable, ¿por qué hay gente que lo dice? Y por lo tanto, ¿por qué presupone a la que dice que no la ve que sí la ve? sobre todo cuando los estudios de consumo —este de 2007 por poner uno — demuestran que la gente se ha aburrido del sistema actual en el que un programador te dice CUANDO tienes que ver lo que tienes en la tele frente al ordenador que te permite leer un blog, mirar unas fotos, chatear con tus amigos y, A LA VEZ , echarle un ojo a uno o dos capítulos de cualquiera serie.
Por cierto que se dice serie porque, vaya, parece que nadie tuviera interés en otro tipo de producción televisiva cuando el éxito de programas como Muchachada Nui —antes La Hora Chanante — o de programas no de sketches como Sé lo que hicisteis viene de la posibilidad de revisar los mejores momentos por Internet. También clásicos del humor como el Flying Circus o el SNL entran en la bolsa de las series que la gente se baja y se comenta.
Todo lo cual nos lleva a la reflexión final del Dr. Repronto : No sólo se alardea de ver televisión que no es televisión sino de hacerlo más y mejor que el resto de la gente.
Francamente, yo no lo consideraría una reflexión sino un jingle publicitario. Pásate a internet y tendrás nuestros programas cuando y cómo tu quieras, sin anuncios.
No, espera, es que ya lo es. Y se llama RTVE A LA CARTA. ¿Quieres ver un episodio de * cof cof * Hero Kids ? No son los únicos, en estados unidos también existe la tendencia de subir programas, secciones o series completas para que el internauta pueda disfrutarlo. Incluso existe HULU , que debería servir para eso. Ya no tienes que estar un día a una hora o pelearte con el vídeo y con los programadores que no mantienen los horarios, ahora todo es más efectivo y limpio. Podemos consumir todo lo que queramos, de los temas que nos gustan y la calidad que nos convenza sin tener que estar a una hora con un canal sintonizado. Incluso sin tener el canal en nuestra televisión, ni en nuestro país. Porque lo que significa este auge de las series me permite realizar una reflexión distinta:
El auge tecnológico y la globalización de contenidos de la red está erosionando la televisión desde dentro llevándolo hacia un papel secundario similar al asumido por la radio.
O, si ustedes lo prefieren:
El acceso sencillo a material de ficción de mayor calidad nos está convirtiendo a todos en una panda de adictos, así, derrepronto.
2010-01-18 13:54
Una visión sobre sus notas:
http://focoblog.com/focoforo/topic.php?id=3150&page=3&replies=66#post-76954