Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.
Una vez terminado definitivamente el año podemos hacer la clásica revisión de todo lo importante que en él pasó. Lo que, por lo menos a mí, suele parecerme un coñazo.
Verán, llevo los últimos diez años de mi vida internetera —que están más cerca de ser los diez primeros de lo que un capricho del destino admitiría— concediendo de manera unilateral un premio literario, el Sark de Oro, al libro que más me ha gustado de entre los que he leído en el año. ¿Cómo adaptar eso al formato televisivo para evitar que determinadas series lo ganaran año tras año? Pues mirando la propia idiosincrasia televisiva. Lo que más hay a lo largo del año son series nuevas. Normalmente no duran mucho, en The Futon Critic dicen que el 70 % de todas las novedades se caen de antena al cabo del año y si ellos lo dicen debe de ser cierto.
Así que, mis silenciosos lectores, el SarkTv de Oro irá a una serie nueva, la que más me haya gustado del año. No la mejor técnicamente, ni la de guiones más elaborados y profundos, ni la de interpretaciones más apasionadas. La que más me haya gustado a mí.
Pero primero vamos con el repaso al año, que tampoco os vais a librar. En España se ha caracterizado por dos cosas; las innovaciones de TVE probando con géneros e ideas nuevas y la omnipresencia del circo rosa que ha realizado un comeback que ríete tu de El Imperio Contraataca. Cómo estarán que el Vázquez decía que 2009 era el mejor año de su vida. Teniendo en cuenta cómo ha tratado al resto casi que ni me sorprende. Dentro de la actualidad usaca la crisis ha causado alargamientos asesinos —si se les ocurre una definición mejor de las dos últimas temporadas de Scrubs les escucho—, baratización de conceptos —el día menos pensado tendremos una serie de acción en el que dos detectives en su despacho se cuentan aventuras el uno al otro… y ya— y una racanería inexplicable a la hora de escoger proyectos nuevos que ha llevado al extremo de la locura una cadena tan razonable como Showtime, que decidió no seguir adelante con ninguno de los proyectos que tenían para pilotos. Una pena porque casi todos ellos tenían una pinta más que interesante.
Buen año para la comedia, eso sí, con brillantes y esperanzadoras incorporaciones como Modern Family o Community que demuestran que aún quedan ideas ahí fuera, incluso en el apartado audiencias con el destrone de Dos hombres y medio por parte de su hermana The Big Bang Theory. Sí, es cierto que no todas las series han evolucionado a mejor, tras un final de temporada de HIMYM francamente brutal la nueva resulta falta de gracia y —salvo contados episodios— un auténtico coñazo. Por el contrario Parks & Recreations ha mejorado bastante, aunque aún está lejos de ser una serie de cabecera.
En lo que a los dramas se refiere, sigue la degradación de la ciencia ficción por esa falta de ideas mezclada con la de dinero que ha convertido la idea de hacer una serie fantástica en meterle temitas a la clásica serie policiaca, suena todo a ya viso y los estrenos del año parecen repeticiones: Stargate Universe tiene un aire a ST: Voyager curiosa mientras que Defiying Gravity era Grey del Espacio —yo siempre he sido más de Popular— y aquella otra cosa que trato de borrar de gran hermano en el espacio lograba nuevos resultados en aburrimiento. Menos mal que siempre nos quedará el Doctor Who por disperso que haya estado este año. Y menos mal que tenemos también Torchwood que este año se ha liado la manta y nos ha hecho una miniserie de traca. Ah, los Británicos, ¿qué haríamos sin ellos?
En cuanto a los policiacos, quitando intentos naufragados como la excelente The Unusuals que tan bien recogía el espíritu de Barney Miller y de Canción triste… logrando, obviamente, su cancelación, hemos tenido un más de lo mismo, ahora con menos ideas que nos ha permitido una de las peores series nuevas en tiempo. Y esa vez no me refiero a Bored to Death sino a The Unforgotten , el nuevo intento de Christian Slater por hundir su carrera sin tener que rodar Alone in the Dark 2. Vale, tenemos Castle, pero de no ser por el derroche de carisma de Fillion no pasaría de ser otro -ista : El Escritorista , y eso dede el convencimiento de que sólo ha mejorado. Las series de siempre siguieron viviendo sus locas aventuras —encontrar a un personaje de Mujeres Desesperadas sin antecedentes penales es más complicado que hacerlo con uno de Jersey Shore — mientras que algunas sorpresas agradables vinieron de los sophomores, que así dicho suena a EST pero que son en realidad series en su segundo año, y es que junto a la mejora de P&R o Castle tenemos la excelencia lograda en su segunda temporada por Sons of Anarchy logrando acercarse a la referencia de The Shield aúnque contada desde el otro lado.
Lo más parecido a una innovación que hemos tenido este año no ha venido de una serie con componente sobrenatural —aunque podría hablar de series de vampiros… no, mejor no— sino de la hibridación light con el musical que ofrece Glee_. Más drama que comedia o, si lo prefieren, el drama de alguien sonriente, más cercano a Pennies from Heaven de lo que podría parecer. Un fenómeno mediático con canciones cargado de mala leche, un buen principio.
Por el contrario, la idea peor desarrollada —por no decir cosas más fuertes… en algo que no sea un artículo propio— fue Harper’s Island , una grandiosa idea espantosamente llevada a cabo que ya desde el piloto avisa de por dónde irá tirando y que a cada entrega se iba hundiendo más en el lodo. Un ejemplo de manual de bien pensado / mal hecho.
Pero volvamos a los ingleses porque de allí vinieron alguna de las propuestas más interesantes del año. Psychoville, una divertida locura negra que juega al despiste y que tiene uno de esos episodios maravillosos que hacen amar las series, o la extraña Personal Affairs que mezclaba el misterio y las situaciones de oficina con recursos más propiso de Ally McBeal, o la interesante y clásica Hope Springs que parecía recuperar la herencia de los pueblos con secretos y de las tramas criminales de larga duración.
SarkTv de Plata
Misfits , serie inglesa que ha logrado demostrar a todo el mundo cómo se hacen las cosas bien con pocas pelas, que los poderes no tienen que ser ente que lanza rallos y que Smallville es Kansas y ellos son Europa. Me extendería más pero creo que se merecen columna propia.
SarkTv de Oro
Better off Ted , la mejor serie del último año tiene grandes personajes afilados, toneladas de mala leche contra el mundo tecno-empresarial y actores en estado de gracia. Algo más que una mezcla de Dilbert con The Office y poseedora del que probablemente sea mejor capítulo del año, Racial Sensitivity , todo un catálogo de sarcamos y esputos a la cara empresarial y a la diversidad. No es el único, episodios como el del Jabberwocky , el que mezcla un revolucionario crecepelos con una discusión paternofilial o el que analiza lo relativo que es la Verdad y la Mentira… en fin, una gran serie que no está teniendo suficiente repercusión.
2010-01-05 08:03
No me acordaba de que BofT era de 2009! Claro, como va por la segunda temporada se me hacía más antigua. No coincido al 100%, pero no me opongo.