Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.
Ya está bien de tanto vampirear, esto se termina aquí hoy. Sobre todo porque nos vamos a quedar sin años, que ya hemos llegado al 2000.
Buffy fue el referente de finales de los noventa y estuvo en antena siete temporadas, hasta el 2003. Su spin-off vampírico, Angel , empezó en el ’99 y llegó hasta la mitad, 2005. Su reinado es tan absoluto que cuesta no señalarlo como la causa directa de la tranquilidad vampírica en la primera mitad de la década y como inspiración directa de Twilight — Crepúsculo, no la peli de Paul Newman — cuyo primer libro apareció en ese 2005.
¿Qué hubo durante ese primer lustro entonces? Pues los canadienses, que siempre están a la suya, decidieron que a ellos este rollo les mola y sacaron Vampire High en 2001.
Que, por si lo dudáis, va de un grupo de jovenzuelos vampiros que van a una especie de escuela en la que… ¿Os acordáis de Hex o de MutanteX ? Pues ese rollo. Lo que tenía ya como cliché era la presencia de un alto, moreno y misterioso vampiro enamorado sin esperanzas de una joven humana.
Una temporada, 26 episodios. Los canadienses son tan especiales que AHORA no han intentado revivirla.
Aprovecho ahora para decir que sí hubo otras latitudes interesadas en vampiros pero que no han sido tratadas en estas columnas por —debo reconocerlo— puro desconocimiento por mi parte. Me temo que mis conocimientos sobre series asiáticas —ya sabéis, lo de los Doramas — y sobre Animes es superficial así que bucear en ello supongo que sacaría un listado para dos columnas al menos con más vampiros. Eso sí, agradeceré cualquier nombre añadido a la lista que queráis dejar en los comments.
Así que hemos llegado a Crepúsculo y al segundo lustro. La actividad vampírica se acelera de forma irremisible y tendremos nueve series, aunque alguna de ellas sea… peculiar.
Las dos primeras aún son herencias del modelo antiguo. Blade: The Series es consecuencia directa del éxito de las películas del mismo nombre basadas en un personaje de los cómics Marvel. Tras las tres películas (1998, 2002, 2004) llegó en 2006 la serie que llevaba al personaje a la pequeña pantalla. eso sí, en la cadena de televisión Spike que se presenta como una cadena para el público masculino pero no deja de ser una especie de cadena redneck con estudios. Resultad: Cancelada a mitad de la temporada.
Los británicos, por su parte, retomaron la idea del alemán Pequeño Vampiro con una serie puro BBC que duró dos temporadas. Young Dracula cuenta las vivencias del jovencito Dracula Jr. y sus relaciones con los humanos de alrededor. Así que, en realidad, parece un pastiche con las distintas series infantiles ochenteras. Incluso el —pretendido— tono cómico podría ser el de una versión infantil de Mr. & Ms. Drácula. Por cierto que la llegada de los canales temáticos al TDT ha permitido que el público español la descubra en Clan TV . Para que luego nos quejemos.
El año siguiente surgió, Blood Ties, se trata de una serie… bueno… Canadiense. Esta vez aliados con los estadounidenses de la cadena Lifetime —básicamente: Amas de casa— crearon una serie de policías en el que una ex-poli, ahora investigadora privada, con serios problemas físicos, hace equipo con un vampiro para resolver crímenes y blablabla. Dos temporadas cortas y Lifetime decidió, en una brillante previsión de futuro, que no les interesaba una serie de vampiros. Eso sí, los canadienses siguen buscando una coproductora. Pero es que lo de los canadienses con los vampiros es para hacérselo mirar.
Mucho más rupturista y original es Moonlight, en el que una periodista hace equipo con un vampiro investigador privado que… ¡Es broma! Claro que es más de lo mismo, pero ya tienen claro que Lo Vampírico —con mis disculpas a Lord Absence — es sexy así que pese a lo endeble de la trama y lo espantoso de la producción —en el primer episodio hay un funeral gótico a plena luz del día que parece más propia de una parodia— logró una pequeña legión de fanes. Fanas más bien.
Y así llegamos a The Lair. Jojojo ¿Por qué tanto cachondeo? Pongamos unas imágenes:
Efectivamente, eso es. The Lair es una serie sobre un club de vampiros gays. Más aún, es una serie con una teórica trama policíaca —una serie de muertes de jóvenes llevan a un reportero a investigar el club— que se basa en realidad en tres pilares: Enseñar cacho —incluye integrales—, haber conseguido un reparto que parecen los rechazados por malos actores de Los Vigilantes de la Playa y tener un diseño estético de, por lo menos, una porno. Con estos ingredientes no hay más que decir dos cosas: Que es un spin-off y que lleva ya tres temporadas y todo hace pensar que el año que viene llegará la cuarta.
Ah, las audiencias.
Una vez más es culpa de un canal con un público muy definido —debería escribir también sobre esto— que se llama here! y lleva desde su creación en 2002 ofreciendo contenidos pensados para un público GLBT, que en lugar de ser un sandwich de lechuga, tomate y bacon con algo de gouda es una abreviatura para gays, lesbianas, bisexuales y transgénero. —Eso dice el canal, yo hubiera puesto transexuales— Decididos a tener su propio culebrón y con Dark Shadows como referente —¿pensabais que no mencionaría a Barnabás esta vez?— crearon Dante’s Cove , una serie sobre un complejo de apartamentos al más puro estilo MePlace elRoce en el que teníamos inquilinos de todas las orientaciones posibles y todo tipo de seres nocturnos. La serie, siguiendo el estilo de pocos capítulo típico del cable americano, —menos incluso, la primera temporada tuvo dos episodios, las siguientes cinco— se convirtió en una de las señas de identidad de la cadena. De ahí a crear un spin-off con vampiros gays parecía haber sólo un paso. Así que cogieron al peliteñido Colin, y su sex club The Lair y crearon… The Lair . Tantos años de chistes sobre los vampiros de Anne Rice no podían dejar de crear algo así. Sólo que en el último momento decidieron alejar la acción de la población de Dante de modo que sí, el personaje —que venía de la serie madre— y su club conservan su nombre, incluso el intérpretes y los decorados son iguales.. pero es algo distinto. Aunque luego, como funcionó, se pusieron a pensar en cómo integrar en la futura cuarta temporada The Lair en Dante’s Cove Bienvenidos al primer spin-in & out .
Pero dejemos el programa de reinserción de actores porno y volvamos a la lista. Porque, como ya os imagináis, 2007 fue el pistoletazo de salida para lo que iba a venir con la aparición de Eclipse, la tercera de la saga Crepúsculo. Así que dio igual que las dos series generalistas vampíricas se cancelaran en su primera temporada, el ritmo productivo hizo que en 2008 hubiera preparadas otras series.
La más importante, sin duda, es Tetas y Vampiros. Perdón, True Blood. Serie que adapta una novelas mitad policiacio, mitad romántico con ambientación sobrenatural. La serie reune las novelas y, a continuación, se mea en ellas. El resultado es un producto HBO que atrae a las Crespusculocas pese a su guión gracias a lo que podríamos llamar Interpretaciones Afortunadas, esto es, de tan estúpidos como son los personajes terminar por los suelos logrando que los espectadores asistan al nacimiento del equivalente en Paranormal Romance de Los Simpsons donde Jason Stockhouse se convierte en el nuevo Homer Simpson. Todo ello llenando de carne y más carne la trama, a ver si así alguien se queda, logrando convertirse en una versión intelectual —pffff…— de The Lair —que, bien pensado, podría llamarse Rabos y Vampiros—
La series ha logrado, eso sí, traer algo de vitalidad a las mortecinas audiencias del canal, atraer a muchos espectadores al mundo del Paranormal Romance y demostrar que no se debe dar Oscars a menores, ¿qué más podemos pedir?
Con un piloto emitido en 2008 y los seis episodios de la primera temporada emitidos alrededor de febrero de 2009, podemos decir que Being Human es la resaca de ese año. El punto de partida era interesante, un vampiro y un hombre lobo comparten un piso que está habitado por el fantasma de una joven asesinada allí. —Por culpa de un tanga, lo creáis o no— Esta especie de Apartamento Para Tres Sobrenatural resulta tan terriblemente aburrido a partir del tercer episodio girando sobre los mismos temas. Como ahora lo sobrenatural está de moda ha conseguido una segunda temporada — británica, por cierto, de seis episodios— que, esperemos, aproveche mejor a los actores.
Entre esas dos series hubo posibilidades aún para otra. Esta vez latina. Con todos ustedes… Gabriel, Amor Inmortal .
¿Por dónde empezar? Gabriel es Chayanne, el cantante, un vampiro que lleva años buscando a su amor perdido y blablabla, ella acaba apareciendo reencarnada, pero no lo hace sola ya que en las sombras se encuentra Francisco Pizarro —sí, el conquistador— que fue el vampiro que convirtió a Chayanne, digo, Gabriel en lo que es después de asesinar a su mujer. De él. De Gabriel . El malvado Pizarro está interpretado por Jose Luis Rodríguez . Sí, El Puma . Sí, el cantante. Bueno, ¿qué le vamos a hacer si han decidido apostar por el surrealismo?
La serie en sí es una aburrida sucesión de poses sin nada que haga avanzar la historia, más indicada para los que quieran comprender los mecanismos para que eso termine en la televisión que para alguien que quiera divertirse. Lo mejor es que aún dió tiempo a que saliera otra telenovela de vampiros: Noche Eterna
Para acabar de redondear el asunto en 2009 empezó con gran éxito una serie para el público juvenil con vampiros de por medio The Vampire Diaries, que se inspiran en unos libros que salieron a rebufo de los de la Rice y que volvieron a estar de moda después de que los aficionados mostraran algunas ehem similitudes con los de la Meyers. La serie en sí no es especialmente interesante, sobre todo por el espantoso cast que parece sufrir enormemente, quizá para poder recordar sus frases. O por recordarlas. Lo más interesante aquí es la reaparición del clásico triángulo amoroso que tiene su centro en una jovencita y que se fundamenta en la elección entre dos jovenzuelos incidentalmente vampíricos. Lo interesante es que los dos arquetipos vampíricos de El Bueno y El Malote parecen haber sido extraidos directamente de la dupla Angel / Spike. Una relación comparativa que, recordemos, ya se había hecho tanto en Buffy como en el spin-off de Angel y que aquí nos muestra de nuevo al bobo atormentado y al malote en proceso de redención Barnabas Collins style .
La segunda película de Crepúsculo ha movido la balanza de forma curiosa. Hemos pasado a que —Si los canadienses no lo remedian— los proyectos en preparación: Bitches, Howling, un remake de Teen Wolf se centren en el hombre lobo. Sí, quizá debería hablar de los hombres lobo en la tele… pero mejor otro año.
Disfruten ustedes de su efeméride invernal preferida, decoren su Nakatomi Plaza con las figuritas y tengan un próspero año nuevo. ¡Nos vemos en 2010, ya sin vampiros!
2009-12-28 15:18
Moonlight molaba! Era “Logan Echolls, vampiro”!!!