Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.
Tres episodios. El tiempo suficiente para tener ya una idea de cómo y por dónde se moverán las series. Si tener un buen piloto es importante no es, sin embargo, fundamental. Desde un buen piloto se puede echar a perder todo el planteamiento tirando por caminos trillados o ir creciendo; desde un mal piloto se pueden ir cambiando cosas y mejorando la definición de personajes.
Ejemplos de todo esto serían los cambios en Joey desde el piloto de Friends, el magnífico preludio que fue el primer capítulo de Verónica Mars que necesitaba de una segunda revisión para entender cómo todo encajaba y servía para anunciar lo que se nos venía encima durante la temporada o el casi sobrenatural hecho de que Sheldon fuera a donar semen.
¿Qué es lo que he sacado en claro? Estoy intentando no decir El declive de la civilización americana pero me lo están poniendo difícil, no ya porque Till Death acabe de inaugurar su cuarta temporada —motivo más que sobrado para perder la fé— sino porque los pilotos rechazados —El de Perry, por poner sólo un— me suenan más interesante que lo que estoy viendo, y porque la mayor parte de series de las que esperaba algo están resultando ser un tremendo despropósito.
O quizá sólo sobre reacciono porque la serie a la que tenía más ganas no me está gustando nada. Bored to Death, historia de un escritor bloqueado ante su segunda novela que decide ofrecerse como detective para casos amateurs y cuenta con el apoyo de un más mejor amigo dibujante de cómics y un jefe igual de aburrido. Como punto de partida no es malo. Saber que entre sus actores se encuentra gente tan talentosa como Zach Galifianakis, Ted Danson o, incluso, su protagonista, Jason Schwartzman, hacía albergar grandes esperanzas. Y luego uno se pone a ver la serie.
Aburrido es poco. El personaje central no es que sufra del síndrome de Ted Mosby, es que podría competir tranquilamente con él y vencerle en su falta de interés, por no hablar del extremo punto de egocentrismo. Si, además, sabemos que el nombre del personaje es el del creador de la serie —también escritor— nos encontramos con una nueva marca. Y eso no es nada comparado con lo que le hacen a Galifianakis. Un gran cómico como él en la escuela de Belushi se encuentra con un papel de lo más contenido. ¿Os imagináis que a Belushi le tocará hacer de Wilson en House? Pues ese ha sido el papel que le han cortado a medida. Sólo Danson logra destacar en su papel que, básicamente, es una versión crepuscular de Sam Malone. El resumen sería que lo que podría haber sido una versión refinada e irónica de Psych acaba siendo… Paul Auster’s Murder, He Wrote.
Pero hay más series que me han decepcionado. Esperar algo diferente, o novedoso, de Eastwick era una locura. Pero aún me quedaba una esperanza. Tienes el pueblo, las brujas, el demonio… Hay tantas posibilidades para apartarse de la película sin echarla a perder. ¿Y qué es lo que tenemos? Pues más de lo mismo. Con éxitos de siempre. Es decir, reconstruyen la película rellenando los huecos con… ¿Alguien lo dudaba? Embrujadas. Sí, eso es. Y cuando necesitan material de relleno tiran de Mujeres Desesperadas. Supongo que en este mundo nuestro es lo lógico, lo sensato y lo esperable. Pero eso sólo me lleva a preguntarme —como casi siempre en la misma situación— ¿qué necesidad había de traer de nuevo la vieja cabecera? ¿Para qué remover el pasado?
La menos decepcionante de mis decepciones ha sido Cougar Town, uno de los elementos presentes en gran cantidad de series actuales. Parece que las mujeres que salen con jovencitos serán tan importantes esta temporada que hasta Anita Obregón volverá a la tele. La parte buena es que es el creador de Scrubs y eso significa suficiente experiencia acumulada como para tener un par de buenos trucos cada vez. Más aún, tiene a alguien como Courtney Cox (Arquette) de centro neurálgico, ¿cómo podría no funcionar haciendo comedia una de las estrellas de Friends? Pues porque, una vez más, hubo un misscasting. De La Cox podemos creernos muchas cosas pero que sea una mujer fuera del mercado a la que ningún hombre encuentra atractiva y se siente vieja compitiendo contra las bimbos… Ahm… Quizá Matthew Perry, pero no ella. Así que… ¿no han aprendido nada en la tele de Charlize Theron? Si quieres que tu personaje sea juzgado por su apariencia… ¡cámbiasela! Con Barbra Streisand o con ‘Seabiscuit’ Jessica Parker*… No problemo. Pero… ¿*La Cox? ¡Anda ya! Menos mal que está Lawrence a los mandos para distraernos con sus largamente probados trucos. Por cierto, necesitamos a un personaje malvado y amoral o nos comerá el buenismo, ¿no habrán pensado en traer a algún antiguo director de hospital adicto a los muffin al barrio?
Por suerte también me ha gustado alguna de las nuevas propuestas, pero de eso y de algún otro piloto, ya hablaremos más adelante.
2009-10-12 12:53
Pues yo le estoy cogiendo cariño a Bored to death. Y eso que Paul Auster me da rabia.