Cartas desde… es un intento por recuperar el espíritu de las corresponsalías epistolares de la prensa decimonónica, más subjetiva, más literaria, y que muestre una visión distinta y alternativa a la oficial de Agencias.
por Roger Colom
Carta abierta a Josep Izquierdo
15 de abril de 2008
Querido Pep:
Hoy tuve ocasión de presenciar uno de esos eventos culturales que tanta ira e ironía te provocan. Se trata de un acto menor, ciertamente, como todo lo que hace la comunidad española en Buenos Aires, pero significativo. La convocatoria era la inauguración de una exposición titulada “Carlos Saura: Los sueños del espejo”, en el Centro Cultural Recoleta, junto al cementerio famoso.
El título con su metáfora gastada, como te habrás dado cuenta, ya me tendría que haber servido de aviso, pero piqué igualmente. He aquí un ejemplo del lenguaje neo-burocrático utilizado por los comisarios: “Elipsis, metáforas y alegorías son algunos de los artificios que junto con el protagonismo del espejo, que favorece duplicidades, simetrías y saltos en el tiempo, singularizan su [la de Saura] aportación al cine y dan carácter a las imágenes turbadoras, de arraigada naturaleza estética por su estrecha relación con la tradición pictórica, poética y musical.” Sabía que te encantaría. ¿Cómo puede una serie genérica de “artificios”, más bien tropos, singularizar nada si es genérica? Cualquiera, incluso sólo hablando, utiliza elipsis, metáforas y alegorías, y no por eso su lenguaje lo singulariza. De hecho, la mayor parte de las veces que utilizamos estos “artificios” lo hacemos precisamente para no variar. La otra parte que me gusta de lo que cito es que se dé por sentado que los espejos favorecen saltos en el tiempo. ¿Dónde? ¿En Harry Potter, en algún telefilme? ¿O es que al mirarnos una mañana descubrimos que nos faltan, de repente, veinte años de nuestras vidas y que es hora de ir al gimnasio? Mi memoria no es tan fértil como la tuya, pero que yo sepa el espejo favorece saltos en el espacio, cambio de dimensiones, como en Lewis Carroll. La última parte de la cita, ni la toco, que por evitar esa clase de lenguaje me escabullí hace ya muchos años de la Facultad de Derecho.
Lo primero que me llamó la atención de la exposición fue que no había gran cosa que ver. Varias pantallas, dispuestas en tres salas, sobre las que se proyectaban fragmentos de películas de Saura. En la cuarta sala había unas cuantas fotos pegadas a la pared y una docena de guiones con dibujos (story-boards) en una vitrina. Cito de nuevo del programa de mano: “Los espacios de la galería del Centro Cultural Recoleta actúan al modo de una estructura laberíntica en la que confluyen, intercomunicándose entre sí, diferentes núcleos que remiten a los temas principales del cine de Saura.” En ninguna parte vi yo un cartelito que señalara esos temas… y los desconozco, quizá por mi falta de interés en el cine, que ya conoces. Lo que sí es cierto es que el poco texto explicativo que se ofrece al público es elíptico en este sentido: siempre se menciona que hay temas en el cine de Saura, pero no cuáles. Supongo que para saberlo habrá que ir al videoclub, bajarse el material de internet o comprarse el catálogo.
En la inauguración había mucha gente con cámaras de televisión y de fotos que a menudo tenían que pedirle a alguien que se apartara para poder hacer una toma de un cuarto oscuro con proyecciones. Otro aspecto notable del evento —me di cuenta gracias a mi habilidad para quedarme quieto con cara de no entender nada y así escuchar lo que dicen los demásmdash; fue que cuando los españoles (funcionarios) preguntaban a los argentinos (funcionarios o no) qué les había parecido la exposición, los segundos decían que les había encantado, que la encontraban fascinante, interesante, esas cosas. Cuando yo se lo preguntaba, me decían que los españoles no hacemos otra cosa que tirar el dinero. No tengo la menor idea de cuánto habrá costado esta exposición, pero me huele que ha sido cara, incluido el viaje transatlántico. Según el folleto a seguir, la exposición gasta dinero de las siguientes entidades españolas: SEACEX (Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior), el Festival de Cine de Huesca, la Diputación de Huesca, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, el Ministerio de Cultura, la Oficina Cultural de la Embajada de España, y el Gobierno de Aragón. Impresionante, si sólo se trataba de proyectar vídeos sobre unas pantallas.
Y claro, los argentinos ven esto y se preguntan por el dinero. ¿O más bien se preguntan dónde está ese dinero? En cualquier caso, esta parece la pauta general de la acción cultural española en Argentina: gastar mucho dinero en nonadas y pavonearnos delante de los nativos como lo que en realidad somos: nuevos ricos con poca idea. Lo que está claro es que esta exposición, fuera del centro cultural de alguna diputación menor en España, provocaría risas… y aquí las ha provocado. Además de un poco de envidia. Sí, eso también.
Un abrazo
rc
2008-04-22 13:27
A mí estas cosas siempre me recuerdan a aquél Mortadelo de los JJOO de Los Ángeles: las primeras viñetas son de una reunión en la cúpula directiva de los barandas nacionales fumando puros, bebiendo whiskata del bueno y comiendo como cerdos, haciendo la lista de todas las “personalidades” que deben ir impepinablemente al magno evento. Y al final alguien suelta: “¿y no habría que llevar a algún deportista?”, y le contesta otro, perplejo, “¿deportistas? ¿para qué?”
Pues eso.
2008-04-22 15:02
Sí, es bastante así. Excepto en que las olimpiadas (y todos los deportes masivos) pertenecen desde hace bastante a los medios y su espectáculo. ¿Cuál es la diferencia entre las olimpiadas y Gran Hermano, entre una revista de cotilleo y un diario deportivo? Y en el arte también pasa; sin televisión y con la entrada restringida como a una discoteca de moda. Pero en el arte quedan espacios serios (la seriedad está muy mal vista, gracias a la influencia todoterreno del espectáculo), y en esos espacios se genera sentido, o al menos un respiro de la incesante frivolidad.
Luego, Buenos Aires es una de las ciudades más cultas del mundo. La embajada francesa lo sabe e invierte en seriedad; la española va tonteando, provocando risas. Pero los funcionarios viven en una especie de burbuja: nadie se ríe delante de ellos, o de su presupuesto.
Por cierto, en la inauguración, el vino era mediocre, pero las empanadas estaban riquísimas.
2008-04-22 15:46
El autobús no espera, dejo estos enlace por si me apetece decir luego algunas cosillas ;)
La máquina de hacer arte
Los sótanos del Guggenheim
2008-04-22 15:57
Un comentario: igual es hora de que se rían delante de ellos. O en las páginas del periódico en cuestión.
Un “señalar con el dedo”: Llanto, dirigido por Concha Távora. Créeme si te digo que es exactamente lo mismo, con el chovinismo que tenemos los andaluces multiplicado por dos. El emperador está en pelotas y ni dios lo señala.
Tres preguntas:
- ¿Los medios argentinos que dijeron? – ¿La exposición… de qué iba? (Juro que no me he enterado) – ¿Hubo croquetas?
2008-04-22 19:55
¿Y cuántos oscenses, y aragoneses en general, e hispanos en todavía más general, se llegaron hasta BAs, supóngase que en vuelo primera clase y hotel muchas estrellas durante varios días? Para instalar esos videos, digo.
Lo pregunto por interés cultural, meramente.
2008-04-22 20:06
Tipico ridiculo de una parte de los espanoles que viven en paises de America y sus funcionarios gubernamentales eructando eventos que dan pena ajena, igualmente mediocre.
En Mexico hay dos claras categorias de espanoles: los Gachupines, que son los mas, son nietos de los que vinieron de cuidar vacas a trabajar duro y ahorrar hasta tener una casa tipo Maruja, de mal gusto y profusion de rojo y dorados y un coche. grande y apantallador. Asisten al “Real” Club Espana donde conversan animadamente sobre las sortijas adquiridas ese mes, los viajes en primera clase y los vestidos caros que lucen pesimamente y lo incomodo que es estar de corbata. Estos son los que asisten ruidosa y entusiastamente a los eventos organizados por la embajada espanola. No aportan mas que mal gusto.
Los otros son los espanoles que no se sienten, que son aceptados con agrado por todos y que han venido trayendo intelectualidad y cultura. Estos no se paran por los eventos de la embajada ni se sienten ‘reales’, pues al rey se lo pasan …
Saludos
2008-04-23 11:47
Esos actos culturales a mí también me asombran, por lo que tienen de montaje hueco sobre algo que, por sí solo, sería el acto cultural completo. Y por mucho menos dinero, supongo. Si hubiesen, por ejemplo, puesto el mismo título (si es que no les basta con Ciclo de películas de Carlos Saura y lo prefieren más poético o rimbombante), y se ofreciera un ciclo de las películas de Saura, o una selección —podrían poner paneles con textos, si quisieran, a la entrada—, saldría todo más barato y mejor, ¿no? Y que cada uno sacara sus sueños del espejo.
Bienvenida la sección, por cierto.
Un beso.
2008-04-23 15:36
A ver si logro responder a todo.
Cayetano. El Guggenheim intentó pasarse al mundo del espectáculo con la idea de atraer más público al arte, fracasó. En cuanto a las máquinas de hacer arte, supongo que pueden hacer lo que quieran, y que cuando se terminen de cuantificar el cerebro algo realmente interesante sea posible. Pero la pregunta sigue siendo: ¿y qué? Sabemos que cuando se adopta una fórmula en cualquier obra artística lo que cuenta es la desviación de esa fórmula. Las máquinas, por ejemplo, pueden hacer bastante en las matemáticas, y sin embargo hace falta el matemático que aporte el aspecto imaginativo para ir más allá. Y no es tanto una cuestión de progreso, sino de ampliación de los límites.
Alberto. Las tres preguntas: los medios argentinos dijeron qué bonito, qué interesante. A nadie le interesa ponerse en contra del departamento de prensa de ninguna institución. Luego no te dan regalitos. (A mí no me dieron, tampoco pedí). La exposición iba, más que sobre la obra de Saura, sobre una mala intuición de los comisarios según la cual es posible hacer una antología de momentos de cine, presentarlos en pantallas simultáneas, una detrás de la otra en ángulo, llamar eso un laberinto, y dejar que el público saque sus propias conclusiones. No aporta nada, excepto el saber que se puede hacer. No hubo croquetas, pero sí empanadas, más argenitnas, y estaban de muerte. Logré comerme dos antes de que desaparecieran hasta las migajas.
joseluis. Dos, pero no sé de dónde eran.
Francisco. Que yo haya podido ver, los inmigrantes son iguales en todas partes. Normalmente vienen porque hay dinero, la posibilidad de trabajar, comprarse una casa, un coche, y mostrarse lo que han ganado forma parte de la autovalidación de su vida. Algunos aportan algo a la vida intelectual de su país de adopción; en otros casos son sus hijos. En todo caso, su asimilación depende en parte de la comunidad inmigrante en cuestión y en parte del país que los recibe, más o menos en igual medida.
Ana. Los montajes huecos asombran. Pero asombran más los que no lo son. En Buenos Aires está el ejemplo de la Alianza Francesa, que colabora en varios festivales (de cine y otras cosas) al año, ofrece conferencias, ciclos, exposiciones. Cualquier ciudad pequeña en cualquier parte del mundo casi podría prescindir de su departamento de cultura si tuviera a la AF de Buenos Aires.
2008-04-23 15:39
Pido disculpas por no responder rápido. Están arreglando algo en mi calle, y les ha dado por cortar la electricidad. Hoy lo harán otra vez.
Aprovecho para hacer cosas por la ciudad. Y siempre me olvido de que hay locutorios por todas partes.
2008-04-23 18:47
No jodamos Roger. En cuantas ciudades pequeñas del mundo has estado para pontificar de semejante manera?. En la zona de la denominada Africa Occidental francesa sólo hay paracaidistas, franceses, y los que manejan la política local. Y si se desmandan, leña. La cultura está al servicio del “llevarselo crudo”. Por si te sirve de información.
2008-04-24 15:23
Tienes razón, he pecado de falta de exactitud: pasa con la hipérbole, y ésta, además, era pequeña.