Eduardo Bauta es arquitecto y por ello escribidor. Colaboró en Almacén con Opus Incerta. Una ventana… dejó de actualizarse en junio del 2005.
Estoy deseando que mi pequeña/minúscula ciudad tenga polla.
Sí, polla, sí.
He descubierto que necesito una, no se donde colocarla, pero ya tengo decidido que es necesaria. Todavía no se para que me va a servir pero cada segundo que pasa siento que es más necesaria.
Barcelona Torre Agbar, Jean Nouvel.
Londres Pepinillo, Foster&Partners
Madrid La torre de la Caja, Santiago Calatrava
... y en términos más locales
A Coruña Milennium (pregunta en Google)
No, no me importa quien la tenga mas grande o quien será el que pueda mear mas lejos.
Me duele la actuación aislada, el autismo urbano y la indiferencia por entender la ciudad como trama antes que como suma de anécdotas.
Asistimos con mayor frecuencia de la que sería deseable a espectaculares presentaciones multimedia en las que se nos bombardea con imágenes publicitarias de proyectos que aparecen como setas tras la lluvia.
Campaña de publicidad + arquitecto mediático + proyecto visualmente atractivo (o no, es lo de menos, lo importante es que sea grande y caro, carísimo) = ??
No importa que tengamos infrautilizados los equipamientos, no importa que no haya una oferta de congresos capaz de autofinanciar las faraónicas operaciones que multiplican cajitas de música que sólo tienen sentido como imagen del cartel con el que se presentan y se estrenan. Lo importante es que tengamos uno, bien grande y a ser posible de diseño.
Al menos Santiago Calatrava y Caja Madrid han sido sinceros y no han intentado dotar de sentido su actuación. Les ha faltado decir “Hemos pensado que como no nos cabía en la oficina a lo mejor se os ocurría donde meterlo”. (Sí a mi también se me ocurre donde podían haberlo metido).
Quede claro de todas formas que no estoy discutiendo la calidad formal de ninguna de las obras (bueno la del Milennium si) que en el caso de Jean Nouvel me parece magistral, como habrán imaginado los que me reencuentran . No, no es la forma, es la inserción, la no-creación de ciudad que acompaña a estas actuaciones, la siembra de proyectos faraónicos como placebo capaz de curar los males que se esconden tras ellos.
La ciudad donde vivo ya tiene un puente con tirantes, tiene un recinto ferial, un palacio de congresos, un centro comercial, ... al igual que otras ciudades de alrededor que distan menos de veinte minutos en coche.
Definitivamente sólo me falta la polla.