Jardín de flores curiosas es una miscelánea, un cajón de sastre donde guardar aquello que no cuadra en otro sitio, una colección de inclasificables y desmedidos, de heterodoxos y raros, de apátridas de las artes y las letras, de huidizos del género. Una floresta que abre en LdN una ventana a aquellos textos que no tienen cabida en otro lugar de nuestro sitio y que merecen ser contemplados.
Poemas: Germán Machado
Ilustraciones: Fernando de la Iglesia
Montevideo _ Valencia
2009
mi mundo es un cuadrante:
reflector seccionado
el visor de la empresa
un hado terrenal
yo soy el guardia
sereno y centinela
yo soy el que vigila
quien observa y patrulla:
yo soy la garantía
del lugar
no ha lugar la memoria, las huellas
de lo humano
cantares de otra gesta, cantigas
del amar
no ha lugar lo sensible
el dolor de la ausencia
el vacío feroz
la caída
vital
se rechazan los juicios
—asuntos de derecho—
la moral cotidiana, la virtud:
bien o mal
aquí sólo se estiman
movimientos constantes
riesgos preconcebidos
los fines sin final
aquí sólo se aceptan
los códigos de barra
los precintos, tarjetas
quién ha dado
el aval
no ha lugar un poema
no ha lugar
mi mundo es la pantalla
donde observo siluetas
donde observo las sombras
donde observo
mi mundo es la pantalla
infrarrojo deleite de la privacidad
yo soy el atributo
prolifero y me expando
puedo ser invasivo:
abarcar la modesta superficie de un palco
o el más sofisticado espacio
terrenal
lo íntimo, lo público
hago del mundo aldea y a la aldea
examino
en su virtualidad
vector de transmisiones
misiones vectoriales:
aplacar el espacio en el campo
visual
mirar sin ser mirado
en alerta, al acecho
expectante del orden
y la seguridad
ensayar accidentes:
herrería del cuerpo y la inocencia
forja inasible de una guerra secreta
tránsito regular del vilipendio
parabrisas de la celebridad
rompen, destruyen, aplastan
después hacen fotografías
y multiplican las imágenes
como si fueran panes
como si fueran peces
cuando se sienten satisfechos
recogen los pedazos que sobran
para que nada se pierda
[Citado: Juan 6, 12]
usted paga
y él cobra
yo vigilo esos actos:
recaudos del caudal
no caben los fragmentos de sueños milenarios
cuando aparca la noche
muro de piedra
herrajes
la calle se detiene y la velocidad
una ráfaga inmunda
chirrido de neumáticos
la calle se detiene en la noche
espectral
el lucero del alba
impacta contra el cráneo
la grisácea materia
de la fecundidad
vulnerable existencia:
los botones de pánico
los blindajes de vidrio
los sensores que alertan
un volumen de más
vulnerable existencia
el cobrar
y el pagar
nada se pierde
aquí
todo se controla
ningún sol
ningún aire
puede impregnar nostalgia
añoranza
morriña
procrear
recordar
no hay infancia
de este lado:
sólo minoridad
en cada movimiento
siempre cabe un desborde
pero están los comandos:
esa argucia remota
la inspección digital
en cada movimiento
queda quieto
el azar
yo vigilo el desborde
y a los riesgos encauso
como quien ata un hilo
en su dedo anular
en cada movimiento
se arriesga
lo casual
se estremece y palpita en un falso contacto
se disparan alarmas en la noche callada
y un móvil se desplaza
—valga la redundancia—
un móvil de vigilia
enlace en jefatura
patrulleros
auxilios
de la seguridad
un móvil que ya llega
ya llega
está al llegar
falsa alarma — no es nada
descanse usted tranquilo —
todo está en su lugar
si dios jugara a los dados
yo levantaría las apuestas:
soy hombre de fiar
yo era el parietal izquierdo
lo demás no importaba
calcular en el golpe
contra la parte externa
la cabina
la masa
el ancho del cristal
desde adentro hacia fuera calcular
el impacto
del encéfalo gris
estrellando en el cráneo
lo demás no importaba
calcular en el caos
la fractal prescindencia
los costes
los resguardos
el índice de espanto
las pólizas intactas:
lo demás no importaba
las dos caras de Jano
la barca de Caronte
el timón de Odiseo
la verdad oracular:
el umbral analógico de la temeridad
la cámara filmando
el sensor antisísmico
la grabación activa
el monitor virtual:
la prudencia que honra el control digital
no hay imágenes buenas
no hay metáforas válidas
la asonancia dispersa
la métrica trabada:
la poesía en falta detrás de este cristal
poemas pixelados
en la pantalla infame:
al costado la fecha
debajo los horarios
un menú de herramientas
y detrás nada más