Jardín de flores curiosas es una miscelánea, un cajón de sastre donde guardar aquello que no cuadra en otro sitio, una colección de inclasificables y desmedidos, de heterodoxos y raros, de apátridas de las artes y las letras, de huidizos del género. Una floresta que abre en LdN una ventana a aquellos textos que no tienen cabida en otro lugar de nuestro sitio y que merecen ser contemplados.
TIJERAS escolares que recortan imágenes precisas: un trozo de papel rectangular, el conjunto cerrado, la unidad – esas tijeras por donde ya no miro por donde ya no estás |
|
TIJERAS con pestañas que rasguñan y escarban que desgarran y al ras sacan las garras mientras gruñen las uñas de los dedos del pie |
|
TIJERAS niqueladas en el costurero donde madre las tenía guardadas como una prohibición |
|
TIJERAS en el herrumbre de los oficios del campo: esquilador, hilandera, payadores a destajo: cantar, cortar y olvidar: no las tijeras, las manos |
|
TIJERAS que perdieron su línea y avanzan en zigzag como mordiendo pesadumbres sabiendo que en cada bifurcación ya hubo una clausura |
|
TIJERAS del peluquero que sacuden el rabo como un perro feliz dando ladridos metálicos mientras el piso se hunde bajo los cabellos ilusos |
|
TIJERAS en el cajón de la cocina erizadas como la piel del pollo para desmenuzar y horquilladas como ese huesito del pecho donde juegan su suerte los rivales |
|
TIJERAS de disección erguidas, garbosas, guardando las distancias con el objeto: piel, tendones, órganos: un cuerpo dispuesto al frío del metal |
|
TIJERAS de podar para el jardín donde las hortensias se encrespan retorcidas en su estilo elusivo, prosaico por demás |
|
TIJERAS que se abren en la tierra como caminos en círculo y alas de mariposa volando desveladas o aletas de peces cuando nadan contra la corriente |
|
TIJERAS que algún día calzaron en tu mano se perderán del mundo... y al hilo de un discurso – ni épico ni trágico – cortarán con su filo la verdad. |