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De ventrílocuos impostores por Mon Falcón

Reflexionando desde una cierta actualidad músico-discográfica, Mon Falcón nos lleva el 24 de cada mes a crear a modo de prosopografía una ilimitada red de influencias, multicopismo y ‘revival’ en la que ensaya sobre la falsa filosofía de la música POPular, sobre qué queda del ‘hazlo tu mismo’, quién engaña a los puristas, y sobre todo ¿qué ocurre a nuestro alrededor y por qué? Los falsos predicadores del rock’n‘roll pueden deteriorar la banda sonora de nuestras vidas… así que ustedes verán hasta dónde quieren saber…

De Yo La Tengo, 25 años sin exigencias.

La entrega de esta misma columna correspondiente al mes de junio se ocupaba de los nuevos trabajos de Sonic Youth y Dinosaur Jr. , de los paralelismos de sus carreras y de una cierta nostalgia hacia unos años que ya no volverán, ni para ellos como artistas, ni para nosotros como adolescentes; pero esa no es la historia de hoy. En ese artículo de desprendía una evidente sensación de tempus fugit, para Dinosaur Jr. con una rotunda intención de retorno a su propia reivindicación existencial, en un claro ejercicio de volver por una cuestión de ego y por todo aquello que me pertenece y que todavía no me he cobrado… en cuanto a Sonic Youth la tarea es más difícil, nunca se han ido, pero el público y la crítica les exige en cada trabajo un nuevo salto mortal pero manteniendo intacta su esencia, y eso es casi imposible durante más de 25 años, aunque esta vez han conseguido satisfacer en gran medida tanta exigencia. Aquella columna terminaba así “Solo hay que esperar a ver quién si alguien les sigue… o quizás cuántos ya les han adelantado”. Cuando escribí esto pensaba en muchos personajes polifacéticos del submundo realmente independiente (Calvin Jonson sería un claro ejemplo) y en un puñado de bandas que escapan de cualquier tipo de presión, y en este punto Yo La Tengo son los más grandes.

Sobre lo anterior, todo difiere entre lo que has estado dispuesto a hacer en algún momento, de qué te arrepientes, de las expectativas auto-impuestas, y básicamente de tener claro qué es lo que pretendes hacer con tu carrera artística. En otras ocasiones ya hemos filosofado a cerca de la independencia al margen de las etiquetas. Pero como en las ciencias empíricas, la observación es fundamental para la reformulación de los supuestos. YLT pertenecen a esa generación que cambiaron las cosas en los plastificados años 80, pero a diferencia del resto siguen vivos y haciendo lo mismo que al principio, que es ni más ni menos que lo que les da la gana. A Dinosaur Jr. les puedo la lucha de egos y el agotamiento, Sonic Youth estuvieron muchos años al límite de las exigencias, los Pixies se rieron de todos hasta que se les exigió que lo siguiesen haciendo, Pavement quisieron tomarse en serio a si mismos. La mayoría fueron quedando en el camino, y me quedan atrás superbandas que no llegaron a alcanzar una cierta repercusión como Mission of Burma, o los Beat Happening del citado Calvin Johnson. Todos sucumbieron y en cierta medida han vuelto recientemente por má$, algunos por mucho má$. Y entre todos ellos, Yo La Tengo, que incluso hicieron un tema para un anuncio de Coca-Cola y como si nada, siguen incorruptos para el mundo.

La historia de Yo La Tengo es esencialmente la de unos antihéroes de una novela sin final. Nunca tuvieron una presencia que vender, ni jamás hicieron una música que se encarrilara en una escena o corriente con ciertas expectativas, y mucho menos eran unos músicos mayúsculos, ni estuvieron en el momento oportuno en el lugar indicado. Lo tenían todo para ser unos perdedores, o cuanto menos unos perfectos desconocidos más allá de su pueblo en New Jersey. Pero como se dice el que resite gana y hace tiempo que han ganado. Ahora se cumplen 25 años de la fundación de la banda y publican un nuevo álbum Popular Songs que a comienzos de año había sido precedido por la edición del trabajo lo-fi Fuckbook bajo el nombre de Condo Fucks.

Yo La tengo es la banda de Ira Kaplan (voz y guitarra) y su esposa Georgia Hubley (voz y batería). Se formaron en 1984, junto con Dave Schramm (guitarra) y Mike Lewis (bajo), que respondieron a un anuncio en el que se solicitaban músicos para completar una banda para hacer temas de los Soft Boys, Mission of Burma y Love. Pero los acompañantes nunca fueron permanentes hasta 1992, con la incorporación de James McNew (Dump) con el que la bnada se convierte definitivamente en un trio. La variedad estilística reclamada en aquel anuncio era un claro adelanto de lo que vendía después, e incluso se quedaba corto. Kaplan fue durante años crítico musical de la revista New York Rocker y ese es el punto de partida de todo. Su mirada histórica se evidencia en su carrera como músico. En los álbumes de Yo La Tengo encontramos tormentas de ruido, bossa nova, soul, garage, rockabilly, pop luminoso, folk, electrónica, psicodelia, kraut. Todo es válido. Es la música total, pero su gran secreto inconfesable es poder sonar siempre a Yo La Tengo, y hacerlo siempre de un modo distinto.

Las bases de todo esto se asentaron en sus primeros trabajos, entre Ride the Tiger (1987) y Fakebook (1990) abarcan 4 álbumes que repasan por completo la historia del rock, lo destrozan, lo reconstruyen en otra cosa y le ponen un traje nuevo. Por entonces parecían ejercicios totalmente anárquicos, pero con el paso del tiempo todo tenemos una perspectiva distinta, aquellos eran la base necesaria de investigación. Esa etapa se cierra en 1992 con el álbum May I Sing with me en el que el ruidismo se da la mano con el rhythm’n’blues más garagero y el minimalismo más elegante. Además la incorporación definitiva de McNew y la estabilización de la banda en formato trio hasta el día de hoy ayuda a comprender la evolución de una historia no siempre bien comprendida, o quizás no bien explicada.

La siguiente etapa del grupo correspondió con la vorágine de los años 90, en los que todo lo que tenía algún atisbo de etiqueta indie se convertía en superventas. En ese momento YLT estaban inmersos en su periódo más esquizofrénico, Painful (1993) y Electr-O-Pura (1995) son sus álbumes más abrasivos y densos, con sonidos saturados, cambios de ritmos, explosiones y pasajes ambientales pausados, y todo esto con grandes melodías. Se crearon entonces muchas expectativas con el siguiente álbum I Can Hear The Heart Beating As One (1997) con el que teóricamente la gran banda indie de los USA debería dar el salto en popularidad, en ventas, en reconocimiento planetario… se concertirían definitivamente en estrellas, con un álbum fantástico, que lo era, pero lo mejor fue que no ocurrió nada. El crecimiento en las ventas del álbum siguió la progresión que la banda había experimentado desde su inicio, y fueron buenas, pero muy lejos de las cifras millonarias que muchas bandas indie del momento manejaban. Las críticas fueron excelentes y sus seguidores quedaron encantados, y punto, no sucedió nada más.

Así que YLT siguieron a lo suyo. Con el fantástico And Then Nothing Turned Itself Inside-Out (2000) ofrecen un nuevo contrapunto entre el pop suave y la abrasión, con un original tratamiento de los tiempos de cada tema. Luego llego una pequeña decepción en formato Lp, Summer Sun (2003) un álbum muy flojo, demasiado suave, demasiado plano, demasiado fácil, mediocre. Lo bueno entre estos años fueron sin duda alguna sus Eps: Danelectro (2000), The Sounds Of The Sounds Of Science (2002), Nuclear War EP (2002) y Today is the Day (2003), cuatro miniálbumes increíbles, todos totalmente distintos entre ellos, sin ningún tipo de complejo, y que hacen incomprensible la edición de Summer Sun. Para finiquitar este período irregular publican Prisoners of Love (2005) una completa caja que conmemora sus primeros 20 años de existencia como banda.

Y desde aquí hasta ahora multiplicando actividades y, lo que es más sorprendente, con un tono mucho más elevado que en la etapa anterior. En primer lugar dando rienda suelta a sus productos lo-fi, sea editando conciertos cutres de grandes versiones, sea acompañados de Jon Spencer, o bajo el seudónimo de Condo Fucks, cada vez se prodigan más en estas ediciones más festivas y totalmente directas con el oyente. Pero la gran sorpresa llegó con su siguiente álbum serio _ I’m Not Afraid Of You And I Will Beat Your Ass_ de 2006, que es hasta la fecha su álbum más musculoso y contundente a la par que variado. Sin duda su álbum más completo, con grandes dosis de clasicismo y mucho atrevimiento en la experimentación, garagero y sucio, con deliciosas piezas de bossa nova, pop del que se dice adulto, el kraut-rock alemán más mecánico desde los primeros 70, drum’n’bass electrónico y mucha distorsión, y todo ello con una secuenciación impecable que no altera los sentidos. El actual Popular Songs (2009) no pretende llegar a esas cotas, pero sigue su camino, reconstruyendo la historia del rock con muchos giros sorprendentes, y una vez más sacudiéndose la presión de lo que se espera de ellos y trasladando (metafóricamente) la exigencia al oyente…
¿estás preparado para comprender a esta banda?

Web de Yo La Tengo.

Discografía: (álbumes) – Ride the Tiger (1986). – New Wave Hot Dogs (1987). – President Yo La Tengo (1989). – Fakebook (1990). – May I Sing with Me (1992). – Painful (1993). – Electr-O-Pura (1995). – Genius + Love = Yo La Tengo, (descartes y rarezas) (1996). – I Can Hear the Heart Beating as One (Matador, 1997). – And Then Nothing Turned Itself Inside Out (Matador, 2000). – Summer Sun (Matador, 2003). – I Am Not Afraid of You and I Will Beat Your Ass (Matador, 2006). – Condo Fucks “Fuckbook” (Matador, 2009) – Popular Songs (Matador, 2009).

Mon Falcón | 24 de septiembre de 2009

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