Esta entrada es un homenaje además de una despedida a la revista (fanzcine, Web…) que ha marcado una etapa importante en el devenir de la historia de la ciencia ficción española. Es una despedida porque sus promotores, Pedro Jorge Romero, Ricard de la Casa, Joan Manel Ortiz y José Luis González, han decidido cerrar BEM on line, sucesora natural de la revista en papel BEM. Han sido 22 años de presencia entre los aficionados españoles, ofreciendo siempre interesantes informaciones y relatos para todos los aficionados al género.

Pero, comencemos por explicar que BEM comenzó siendo un fanzine, que se transformó en una revista semiprofesional y que acabó convirtiéndose en una WEB. Curiosamente, como cuenta Miquel Barceló, la revista surgió precisamente de la incipiente red en 1990, cuando Jorge y de la Casa, uno residiendo en Las Canarias y otro en Andorra, y a través de la BBS El libro de Arena, se forjó la revista en papel. Su número 1, del que hay dos versiones, se publicó en agosto de 1990, al precio de 150 pesetas –no llegaba ni siquiera a un euro acutal– y constaba de 8 páginas. Su contenido era mayoritariamente noticias e incluía una entrevista con la autora argentina Angélica Gorodischer.

A partir del número trece la revista comienza a publicar relatos. Se estrena con dos pesos pesados de la literatura fantástica española como Elia Barceló y Rafael Marín con sus relatos La estrella y De entre la niebla respectivamente, inaugurando una línea que no se abandonaría en sus 75 entregas en papel, en las que se compaginó información, ensayo y relatos. Los autores más señeros del panorama español contribuyeron a la revista con sus cuentos y relatos. Así, el ahora más que famoso e internacional, Felix J. Palma publicó en el número 18 Mi última noche con Donna, Aguilera y Redal con Ari el tonto, nº 20, César Mallorquí Materia oscura, nº 36, Javier Negrete El extraño viaje del profesor Búdurflai, nº 45, Rodolfo Martínez Un jinete solitario, nº 53 o, para finalizar la trayectoria en papel la novela corta de Pedro Jorge El orgullo de Dios en el nº 75.

BEM supuso una continuación a la labor de Nueva Dimensión. Era una revista que combinaba con mucha habilidad la ficción y la no ficción, como se decía en los índices. Para el aficionado, al menos para mí, la no ficción mensual, después bimestral, fue una puesta a punto, un enlazar con otros puntos de vista sobre el fantástico. Era una ventana que no ofrecían otras propuesta. La revista se distribuía fundamentalmente por suscripción. Pocas eran las tiendas que la vendían y mucho menos en tiendas o librerías de provincias. En mi caso supuso el retorno más intenso al género. Durante años mi contacto con él se limitaba a mis lecturas y mis películas o series que seguía con regularidad. Llegué tarde a Nueva Dimensión y ninguna otra revista aportaba la visión de BEM acerca del género. Cuando Internet comenzó en serio, en 1992 más o menos, descubrí a otros aficionados, foros, revistas y a esta revista. BEM fue mi revista de referencia durante unos años y por ello su desaparición, primero en papel y ahora en la WEB, resulta una pérdida que va unida a mis vivencias en estos años. Es perder un poquito de esas noticias siempre bienvenidas y bien recibidas y dejar de leer ensayos interesantes y aclaratorios de muchos temas.

En este apartado de los ensayos, destacar la labor de recopilación de BEM con respecto a la ciencia ficción española en todo tiempo. La labor informativa de Agustín Jaureguizar, a través de su alter-ego Augusto Uribe, recopilando y sacando a la luz aspectos de la ciencia ficción más antigua y olvidada ha supuesto uno de los mejores bagajes de la revista. Esos estudios no hubieran salido a la luz sin la apuesta de los editores por la investigación.

Pero BEM tampoco se libró de sus polémicas desde casi sus inicios. En aras de una supuesta neutralidad editorial, dio pábulo a sonoras broncas entre diversos colectivos. Una de las más sonadas, y de las que aún se recuerdan de vez en cuando en el fandom, tuvo lugar en el nº 12, cuando el editor de Blade Runner Magacine, Carlos Mesa, publicó un artículo titulado Alejo Cuervo y su cenobitas: El panorama de la ciencia ficción en España. En él no dejaba títere con cabeza, y cargaba contra lo que él denominaba grupo friki dirigido por Cuervo, a la sazón dueño de la editorial Gigamesh, en aquellos tiempos sólo librería. A esta declaración de guerra contestó Cristina Macía en una replica cargada de ironía en el número siguiente. En el fandom de entonces se establecieron dos ficticios bandos los Bemitas y los Cenobitas. BEM también se hizo eco de la polémica entre el ufólogo Antonio Ribera y el difunto Manuel de Pedrolo; el primero de ellos acusaba al segundo de plagiar su novela Los comandos de la humanidad. En esta polémica terció Juan Carlos Planells posicionándose a favor de Pedrolo. Otra polémica se originó en una carta de Miquel Barceló arremetiendo, curioso, una vez más contra Gigamesh, esta vez personificando en Julián Díez, director de la revista, las críticas.

Con todos estos claroscuros, muchos más claros que oscuros, BEM fue una revista de referencia por casi 20 años. Su contribución a la difusión del género en España ha sido fundamental y desde aquí he de rendir mi homenaje más sincero a los 4 miembros de Interface Grupo Editor que desarrollaron un trabajo magnífico. Otras metas estarán ya en su objetivo, seguro. Estaremos pendientes de ellos.

BEM
75 números en papel. Cadencia de salida bimestral a partir del nº 34.
1er número: agosto 1990
Último número: agosto 2000
BEM on-line: última actualización julio 2012.