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Cuadernos de Ciencia Ficción por Alfonso Merelo

Los días 3 de cada mes repasaremos lo que ha sido y es la ciencia ficción en España y española: los autores, las mejores novelas y los hechos significativos de la literatura de ciencia ficción patria. Alfonso Merelo Solá es ensayista y conferenciante, ha publicado dos libros en colaboración (La ciencia Ficción Española y Franco: una historia alternativa) y uno en solitario (Fantástica Televisión en 2007). Mantiene dos bitácoras: memorando y Desde Tartessos.

El cine de ciencia ficción español III

La década de 1980 constituye un tiempo de cambio político en España. El PSOE gana las elecciones en 1982 y la denominada “Movida madrileña”, que aglutina a actores, músicos, cineastas, pintores y a toda clase de artistas, se hace un hueco en la sociedad “cultural” de la época. Este “resurgimiento” estético de la “movida” no es aprovechado por el cine de ciencia ficción, que prácticamente mantiene las cuotas anteriores, incluso podemos afirmar que la década es bastante menos productiva en cine fantástico en general que la anterior, que había cosechado algunos éxitos sobre todo en el terreno del terror-destapista.

Juan Piquer Simón se implica en la realización de Los nuevos extraterrestres, que se estrena en 1982. La película resulta fallida y el mismo director aborrece de ella, pues:

« […] originalmente se trataba de un film de terror que por cuestiones de la coproducción se convirtió en una especie de ET. No se consiguió ni una cosa ni la otra».

La historia hace referencia a un niño que encuentra un huevo de alien –sic— del que surge un extraterrestre, con trompa y todo, que come cacahuetes a la vez que es capaz de viajar por el tiempo. Unos cazadores intentarán matar al extraterreste que será protegido por su compañero humano.

Un director, este sí incurso en la movida madrileña, Fernando Colomo, se atreve a dirigir en 1985 El caballero del dragón. La película está protagonizada por un hierático y encorsetado Miguel Bosé (de gran atractivo en la época debido, entre otras cosas, a su “indefinición” sexual) y con un elenco internacional encabezado por Klaus Kinski o Harvey Keitel, Colomo intenta hacer una película de ciencia ficción ambientada en la edad media que resulta un fallido experimento que no termina de convencer. Como el mismo Colomo dijera:

«[…] parece que da igual el género que elija. Siempre me sale una comedia».

Y así fue, la película, con algunos momentos interesantes y con unos efectos especiales notables, fracasa probablemente porque ni siquiera el director se cree lo que está contando. La transposición en clave fantástica de la leyenda de San Jorge y el dragón resultó a la postre una película desbalanceada con unos excelentes actores, Fernando Rey por ejemplo, que se limitan a cobrar y a pasar por allí sin creerse en ningún momento lo que están haciendo.

La filmografía hispana explica la creación del mito del Dr. Frankenstein en Remando al viento. Dirigida en 1987 por Gonzalo Suárez, supuso una de las primeras incursiones de Hugh Grant en el cine cuando aún no era mundialmente conocido. La interesantísima película narra la historia de Mary Shelley creadora del personaje de la criatura de Frankenstein. Suárez intenta mostrar la creación de la novela cuando el romanticismo estaba en su apogeo. Así veremos los comportamientos de Lord Byron, Percy Bisshe Shelley, Mary W. Shelley y su hermana Clair, además del Doctor Polidori —un extraordinario José Luis Gómez. Si bien no se puede calificarse totalmente como una película de ciencia ficción, sí que resulta interesante resaltar la muy notable atmósfera creada reconstruyendo el famoso encuentro.

El niño de la Luna que dirigiera Agustín Villaronga en 1989, es otra de esas extrañezas que, de vez en cuando, sacuden el cine. Desde el punto de vista de la ciencia ficción el guión es casi un avance de la última moda de la manipulación genética, ya que nos encontramos ante un experimento que, realizado por lo que parecen nazis sobrevivientes de la segunda guerra mundial, pretenden crear un supuesto “niño de la Luna” que tendrá poderes para convertirse en el líder de un nuevo imperio, que se supone nazi. Poderes mentales, mutaciones, adivinos y tecnología de manipulación genética, contribuyen a hacer una película bastante desasosegante, tal y como nos tiene acostumbrados este director. Destacar la fría actuación, por otra parte muy en la línea de la actriz, de Maribel Martín interpretando el papel de Victoria, un interesante personaje que resulta ser muy inquietante.

El final del siglo XX trae una oleada de “milenarismo” y en ella se producen algunas películas de ciencia ficción en España.
La última década del siglo se inicia con el estreno La grieta dirigida por Piquer Simón, y estrenada en 1990. Un prototipo de submarino de investigación debe hacer una incursión hacia una base de investigación científica situada en una profunda sima marina. El director recuerda que:

«[…] la historia transcurría originalmente en una nave espacial. A mí me pareció muy visto (demasiado a lo Alien) y cambié el espacio por el fondo del mar. No imaginaba yo la avalancha de películas submarinas que aparecieron en esos años (Abyss, Leviatan, Deep Star Six, …). Recuerdo que el productor ejecutivo de Rambo cuando vio la película, comento que con ese presupuesto él apenas tenía para los títulos de crédito».

Como anécdota intrascendente y “marujil” podemos indicar que el renombrado y mediático del corazón “Pocholo” Martínez Bordíu, en, tal vez, su único trabajo reconocido, interpreta el papel de Sven, un buceador sueco que muere al poco de empezar el metraje para descanso del espectador.

1992 es el año olímpico y de la celebración del Quinto Centenario del descubrimiento de América. Alex de la Iglesia, que ha firmado anteriormente el excelente cortometraje “Mirindas asesinas”, realiza Acción Mutante ese año. Una película muy “gamberra” que usa la ciencia ficción como excusa para mostrar las lacras de todos los estamentos sociales. Unos “rebeldes” que tienen multitud de taras físicas se embarcan en la nave espacial Virgen del Carmen en rumbo hacia el planeta Axturias. En un entorno de comedia, la película no deja títere con cabeza y tan abominables resultan ser los “ricos y guapos famosos” como los antihéroes terroristas que ni siquiera se hacen agradables al espectador. Por otra parte resulta muy interesante ver cómo se pueden hacer buenas películas de ciencia ficción sin presupuestos elevados, sólo fueron 350 millones de pesetas su costo total, para efectos especiales que suelen ocultar las incapacidades de los directores.

Supernova se estrena en 1993 y es dirigida por Juan Miñón. Protagonizada por la cantante Marta Sánchez constituye uno de los engendros más increíbles que ha producido el cine de género fantástico en España, fuertemente hermanada en calidad con las películas de Chiquito de la Calzada o de Martes y 13. La alucinante trama es la siguiente: El Conde Nado, un pasadísimo Javier Gurruchaga, dueño de la compañía Don Flan, está enamorado de Fénix, una cantante galáctica. Al no hacerle caso esta, crea un clon, la tal Supernova, que sustituirá a la cantante original. Eso es todo lo que da de sí el guión, que fracasa tanto como película de ciencia ficción, como película, independientemente del género. Por lo único que podría resistir un visionado, y aún así lo dudo mucho, sería en el caso de que el espectador fuera un voyeur impenitente, pues la protagonista ofrece alguna escena, aunque creo que sólo una, en la que muestra sus atributos.

Avanzando en los 90, José María Forqué dirige una coproducción con la República Checa y el Reino Unido titulada Nexus 2431. El guión original se titulaba “Espadas y brujería” e iba a ser dirigido por Piquer Simón. Sin embargo, discrepancias de éste con los productores hizo que renunciara al proyecto y Forqué pasó a dirigirla. Película intrascendente y que desde luego se parece más a un film de espada y brujería que a uno de ciencia ficción. La sinopsis dará una idea de por donde se desarrollan los hechos: en el año 2431, el Sol explota y todos los planetas del sistema desaparecen. Algunos supervivientes de la Tierra logran llegar al planeta Taron, en el que su jefe, Tarn, les ofrece un lugar para vivir. Tarn rapta a la princesa Cilia, hija del rey de los terrícolas. Pero Athor, enamorado de Cilia, logra liberar a la princesa. Aventuras de capa y espada con algún que otro láser suelto por ahí.

Oscar Aibar realiza su debut como director con una película, que se podría encuadrar dentro del subgénero “post-apocalíptico”, titulada Atolladero producida en 1995. Partiendo de un tebeo cuyo guión es del propio Aibar, la historia se asemeja a la saga Mad Max y sus sucedáneos italianos. Protagonizada por Iggy Pop, que también presta una de sus canciones a la banda sonora, y Pere Ponce, trascurre en el año 2048 en un pueblo del desierto de Sonora, llamado precisamente Atolladero. Lenny, un ayudante de sheriff, quiere salir del pequeño pueblo a buscar nuevos y más interesantes horizontes en la ciudad de Los Ángeles. Quiere ingresar en la academia de policía, pero se encontrará con la oposición del longevo juez Wedley que no le permite abandonar el pueblo.

Otro mito de la ciencia ficción-terror es recreado por Gonzalo Suárez en 1996. La película Mi nombre es sombra reinterpreta la novela de Stevenson y el personaje dual Jekyll – Hide. En este caso se trata del doctor Beiral, un reconocido científico, que mantiene una profunda lucha entre su posición social y unos instintos que no es capaz de expresar. A través de sus experimentos consigue dar rienda suelta al segundo ser —malévolo o mas bien libre de condicionamientos morales— que todos llevamos dentro. Suárez usa a dos actores para interpretar al Dr. en sus dos facetas, el mismo truco que usara Buñuel en Ese oscuro objeto de deseo para dar cobertura a las dos personalidades de su protagonista. A destacar la actuación de Amparo Larrañaga en el rol de Florence, esposa de Beiral y amante de su doble “malévolo”.

Abre los ojos, fue la segunda película de Alejandro Amenábar y la que le lanzó al éxito internacional. Producida en 1997, es una de las películas de ciencia ficción más interesantes que ha dado nuestro cine. Indiscutiblemente, el aficionado reconocerá la pluma de Philip K. Dick en la historia, pese a que Amenábar sostiene que nunca ha leído u oído hablar de Ubik o de Ojo en el cielo. Sin embargo, el ambiente que está presente en toda la historia es puramente dickiano. El argumento gira alrededor de César, un rico y guapo chico bien que, después de un accidente, ve como su rostro queda desfigurado. Los episodios oníricos y confusiones entre la realidad y la irrealidad se suceden de manera que el protagonista se ve incapaz de comprender que es la realidad. Como ancla de la realidad, César siempre ve un programa de televisión que trata sobre la hibernación. Este recurso, en forma de anuncio, también fue usado en Ubik, por lo que al aficionado le puede resultar reconocible la referencia. Amenábar usa recursos de ciencia ficción, la hibernación, la percepción de la “irrealidad”, para mostrar la fragilidad de los recuerdos y la débil barrera entre la locura y la cordura. Sin duda Abre los ojos será una película referente para el género en España.

Javier Fesser se interna en el mundo de la ciencia ficción más pedestre con El milagro de P. Tinto, producción de 1998. En tono de comedia y con reminiscencias a Mortadelo y Filemón —le serviría la experiencia para su posterior adaptación—, Fesser cuenta la historia de la llegada de dos extraños extraterrestres a una “atípica” familia española. Desde luego los elementos de ciencia ficción se limitan a estos enanos extraterrestres que son adoptados. El surrealismo absurdo rodea toda la cinta y los gags, supuestamente graciosos, la convierten en una extraña rareza.

Llega 1999 y se estrena La mujer más fea del mundo dirigida por Miguel Bardem. El argumento cuenta cómo una niña nace con el rostro tan deformado que resulta imposible mirarla sin sentir repugnancia extrema. La niña al crecer se ve rechazada por todos lo que le ocasiona un trauma, como es natural. La aparición del Doctor Werner y unas espectaculares técnicas químicas hacen que Lola Otero se transforme de monstruo en espléndida belleza. No es para menos si la actriz que la interpreta es Elia Galera. La acción trascurre en el año 2011, en una España republicana donde el presidente es Santiago Segura, y en paralelo a la historia de Lola vamos viendo cómo una investigación policial trata de descubrir a un asesino en serie que está librándose de todas las mujeres que han sido Miss España. La película bebe directamente de la serie de fumetti italianos Satanik de Max Bunker y Roberto Raviola.

Y hasta aquí llegó todo lo que el siglo XX nos aportó en relación con el género. En la siguiente, y última, entrega repasaremos lo que nos ha proporcionado, hasta el presente, la filmografía patria más reciente del siglo XXI.

Alfonso Merelo Solá | 03 de noviembre de 2010

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