Como ya anunciamos Libro de notas dejará de actualizarse el próximo 20 de diciembre. Hasta entonces, seguiremos con las “Recomendaciones diarias” así como con las columnas semanales, pero las columnas mensuales se publicarán todas juntas ese día 20. Sigan leyéndonos.
La reactivación de Doctor Who sirvió para abrir el hambre de la BBC por ofrecer licencias de sus productos y crear spin off de los que sacar dinero. Así que pronto empezaron a aparecer series derivativas como Torchwood o The Sarah Jane Adventures así como todo tipo de material…
El apagón de la radio y televisión pública valenciana (RTVV) impuesto por el gobierno autonómico , evidencia, aún más, el serio proceso de involución democrática que vivimos en el Estado Español. Esta acción canalla es más que un ataque a la libertad de expresión y al derecho a la información ciudadana; significa más que el expolio de los derechos laborales de las personas que trabajaban en el medio de comunicación público. Es la democracia la que se está vapuleando y ya, fundida a negro, se anticipa su total desaparición.
En el día en que el Partido Popular y el Gobierno de la Generalitat han consumado un nuevo capítulo de su particular sitcom autoparódica cerrando con modales gansteriles la televisión autonómica valenciana (RTVV), un cierre sobre el que ya les escribí hace unas semanas, puede que alguno de ustedes, lectores amables, encuentre de utilidad este repaso por uno de los temas más inspiradores de esta columna.
La pasada generación de consolas se abrió a los pocos meses del lanzamiento de Xbox 360 con la salida de Oblivion, el primer título que realmente justificaba tener una máquina nueva entre los jugadores que seguían teniendo tirria al PC. El juego inauguraba una de las posibilidades que habían dejado abiertas tanto Microsoft como Sony: la posibilidad de recibir contenido adicional en la consola mediante un pequeño pago adicional: DLC (Downloadable Content) en la tienda de la consola. El primero de estos contenidos fue una armadura para los caballos de este juego de fantasía medieval. A casi cinco euros.
Viviendo como vivimos sumergidos en una percepción de la historia Pop regurgitada no por libros ni profesores sino por televisión y cine, el origen de la democracia moderna se nos ha presentado en tres sabores; Atenas, la Carta Manga inglesa y La Guerra de Independencia Americana. Un observador casual llegaría a la nada desencaminada conclusión de que estando el cine y la televisión que consumimos tan dominadas por lo angloamericano, resulta lógico que esos sean los hitos que se destaquen. Un observador peor intencionado verá, además, el relato que dichos hitos cuentan.
1. Problema del contenido: ¿qué es cultura? Se viene asimilando lo cultural a lo que tradicionalmente se conoce como las letras y las artes: literatura, pintura, música… y cierta permisividad o condescendencia permitía incluír a discipinas inicialmente menos creativas como la historia, o a géneros como el ensayo o incluso a todo un modo de presentar contenidos como es el libro.
Términos repetitivos, machacones y petrificados empleados ad nauseam y privándonos de la diversidad de matices y sentidos. Para mayor tristeza, no únicamente se abandonan las palabras a las que usurpan, sino que la propia usurpadora termina, a fuerza de restregarla, plana y descolorida.
Luego Dani aprendió las formas. Una tarde, jugando a rescatar animales, me sorprendió reconociendo la elipse y el rombo de las cerraduras de las jaulas. Con la primera, y aprendiendo a hallar los focos, ya podía matricularlo en primero de carrera o animarlo a proyectar la plaza de San Pedro de Roma. Con el segundo podríamos decorar altas torres almohademente, combinándolos en un Sebka.
Lograr el interés, junto con lograr el público, es lo más complicado de televisión, y muchas veces lo más inexplicable. Precisamente por eso vamos a echarle un ojo a los factores e incluso a poner ejemplos.