El pasado 16 de febrero se cumplieron cuatro años del inicio de la aventura de Libro de notas en la red. Antes, y desde septiembre del 2001, había funcionado como una especie de experimento poco definido, siendo entonces una /addenda/ de actualidad de la revista Almacén. Pero las conversaciones entre sus editores —por entonces Roger Colom y Marcos Taracido, a los que poco después se uniría Carmen Castro— fructificaron en un proyecto más definido y constante: la búsqueda diaria de artículos de interés en castellano, de cualquier temática y tono, con la intención de favorecer el diálogo y la cultura y promover los espacios de discusión en red. Desde ese momento, y sin apenas faltar a la cita diaria y matinal con su comunidad lectora, Libro de notas ha venido construyendo una crónica tenaz, abierta y profusa de la actualidad, haciendo referencia, enlazando, con diversidad de opiniones sobre guerras, desastres, economía, derechos civiles, política, ecología, literatura, arte, educación, etc.

Nuestro proyecto inicial era ambicioso; llevaba como subtítulo “Diario de los mejores contenidos de la red en español”. Lo hemos mantenido hasta ahora no sólo por nostalgia, sino también como ambición. Nuestra idea es ofrecer contenidos de calidad, enlazar a los mejores contenidos de otras páginas abiertas en toda la red en español y abrir el campo para la discusión de esos contenidos.
Al principio colgábamos en la actualización diaria entre doce y quince anotaciones. Pronto nos dimos cuenta de que quienes nos leían no daban abasto: era demasiada información para las pocas horas de internet que la gente se podía pagar. Luego pasamos a un mínimo de cuatro y un máximo de siete anotaciones diarias, y ese es el ritmo que llevamos hasta el día de hoy, con más de 8000 anotaciones y 9000 comentarios de las personas que han querido opinar sobre lo escrito y reseñado.

El cierre en el verano de 2004 de Almacén nos hizo pensar en utilizar la experiencia de una revista cultural online y aprovecharla para Libro de notas, fusionando ambos formatos y aunando esfuerzos para ofrecer una mayor calidad y diversidad en la publicación. Así, desde octubre de ese año nos lanzamos a la publicación diaria de contenidos propios, con columnistas semanales, colaboraciones de carácter mensual y articulistas que de manera esporádica han ido cubriendo una amplia diversidad de temas: cultura, política, literatura, arte, ilustración, poesía, fotografía, tecnología, cómic, internet… o las recientes corresponsalías epistolares desde distintas partes del mundo (Estados Unidos, Brasil, Almenia, Italia, próximamente Turquía…) tratando de ofrecer una visión alternativa a la de los medios tradicionales. En este último año y medio han colaborado con Libro de notas más de 70 personas: escritoras, poetas, ilustradoras, fotógrafas, educadoras, editoras, diseñadoras… sin cuya aportación no existiría este Libro. De las 200 visitas diarias que tuvimos durante el primer año, pasamos a las 2000 durante el 2003, hasta las 6000 actuales, cifras nada despreciables para una bitácora independiente no tecnológica que subsiste en un medio, internet, profundamente tecnologizado.

Desde el principio, hemos querido presentar Libro de Notas como un espacio libre para la opinión y las ideas. En otras palabras, un foro en donde ejercer la democracia y la libertad de expresión lejos de todo aquello que las ha limitado: las grandes estructuras mediáticas o políticas y los grandes presupuestos, o la necesidad de grandes sumas de capital. El capital de Libro de Notas ha sido y es primordialmente humano e intelectual, precisamente el tipo de capital que resulta imprescindible en una democracia y en un mercado libre, sobre todo el mercado libre de las ideas; y tras la experiencia y dedicación de estos 4 años podemos decir que por sí solo no es suficiente para garantizar la continuidad del proyecto —que no contempla descansos ni términos— observa amenazas lejanas pero ciertas. A la soledad y silencio aparentes en que se mueven nuestros colaboradores se unen las dificultades económicas. Libro de notas ha ido creciendo sin descando hasta alcanzar un volumen de calidad y de espacio realmente importante. Ese volumen no sólo tiene un coste directo —el servidor que hay que alquilar para alojar el sitio— sino otro quizás más significativo: el tiempo. Mantener un sitio como el nuestro requiere de un tiempo del que pocas veces disponemos y la labor es en ese sentido cada vez más parecida a una tarea profesional: no ya sólo la búsqueda diaria de artículos de interés, sino la coordinación de todo el equipo de colaboradores, la búsqueda de nuevos contenidos, el mantenimiento técnico. La decisión que tomamos hace un año de abrir la posibilidad de incluir publicidad adsense de poco ha servido: la fidelización de la comunidad lectora de LdN no incluye la interacción con este tipo de anuncios —que sólo aparecen en librodenotas como reclamo para conseguir algo de financiación.

El problema pues, el reto, será mantener el entusiasmo y la fidelidad de quienes colaboran habitualmente para seguir ofreciendo contenidos de calidad sin aumentar el escaso presupuesto; o lo conseguir algún tipo de apoyo económico para el que la internet española no parece estar todavía madura.

¡Hasta que el cuerpo aguante y el tiempo dé de sí!

A todos y todas las personas que hacen posible LdN, escribiendo, leyendo, opinando, participando en los debates y colaborando en el mantenimiento y funcionamiento de librodenotas.com, gracias.