El mundo es surrealista; su guionista es un gorila con teclado. Así que
Alberto Haj-Saleh y
Marcos Taracido lo describen con la ironía y sarcasmo, y
Fernando de la Iglesia pone su maestría al pincel: con la distancia suficiente para mancharse y mantener la perspectiva a un tiempo; siendo brutales y tiernos, trascendentales y anecdóticos. O van a intentarlo. Sin periodicidad ni constancia. Cualquier día, a cualquier hora.
La realidad era esto. Y empiezan con un
terremoto.