Es de Nadie y para Nada, eso dicen sus protagonistas; pero lo cierto es que cuando la descubres comienza a ser para disfrutarla, recrearla, vivirla y transformarla. Es Poesía Salvaje.
Carmen Castro | 30/01/2003 | En la red | Poesía
Comentarios
Cristian Camus 2004-06-04 10:07
Deseo exponer un poema es esta página:
Almuerzo
tus ojos reciben palabras hirientes
en la caverna-culpable de las habituales lagrimas
se iluminan con el destello de la vajilla – vagina
caen rozando la nariz, y el adulterado respirar
se mezcla en la sopa de huesos fracturados
huevos reprimidos por la cresta poderosa
perejil de tierras dominadas por él sol ingente
tus manos tiemblan nerviosamente por haber cocinado
una cazuela sin carne, ni papas, sin zapallo, ni aceite
los platos tintinean la marcha fúnebre antes de llegar a la mesa
el sudor se mueve entre axila y entrepierna
te detienes a un lado de la mesa para recibir la bofetada diaria
¡Otra vez esta mierda!
ya no corres hacia el proteger de las sillas, no intentas escudar el rostro
te mueves con experiencia inerte,-entre gritos de presura
desprendes una sonrisa repetida para los habitantes circuncisos
esposos, hijos, llanto, infortunio,
altiva frente a la despensa, culpable de tus dolores y fracasos
las pesadas manos sacian su hambre marcando líneas en tu espalda
extirpando tus cabellos, para tirarlos sobre la sopa ya helada
esos hombres te amasan a puntapiés
el sudor ayuda a dar consistencia a la masa que formas
pero el color rojo que escapa de tus labios
ensuciará las baldosas, los hombres saltan sobre ti
esparcen las huellas de sangre alrededor de tu cuerpo
ya no mueves las piernas en signo de protesta
ya no respiras ligero cuando limpian las botas con tus pechos
los pezones ruedan entre el pálido color de la vajilla
en torno a tu cuerpo desasido
obscuros círculos, que se adhieren a tu cuello y vientre
sientes como penetran estas sanguijuelas
son parte del cuerpo y las culpables de tu muerte
por que tuviste que llorar frente a público
menstruar cada veintiocho días sobre un trozo de guaipe
lavar platos, hombres, mujeres, perros, gatos, ropas
ya no vives en la casa de los desdeños
los machos no lloran, pero tampoco están contentos
traen una sanana blanca y te ponen dentro de ella
forman una empanada, tú eres el relleno
ellos no saben cocinar, quien les dará de comer…
tienes forma de empanada, tu les dabas de comer
sus toscas manos te llevan a la despensa
el vacío deja espacio para el extender de tus piernas
los hombres se miran, tienen hambre
sus machos estómagos refunfuñan sin compasión
la madre es plato crudo de los incontenibles apetitos
la madre sonríe mientras sigue-siendo devorada por sus crías…
2004-06-04 10:07 Deseo exponer un poema es esta página: Almuerzo tus ojos reciben palabras hirientes en la caverna-culpable de las habituales lagrimas se iluminan con el destello de la vajilla – vagina caen rozando la nariz, y el adulterado respirar se mezcla en la sopa de huesos fracturados huevos reprimidos por la cresta poderosa perejil de tierras dominadas por él sol ingente tus manos tiemblan nerviosamente por haber cocinado una cazuela sin carne, ni papas, sin zapallo, ni aceite los platos tintinean la marcha fúnebre antes de llegar a la mesa el sudor se mueve entre axila y entrepierna te detienes a un lado de la mesa para recibir la bofetada diaria ¡Otra vez esta mierda! ya no corres hacia el proteger de las sillas, no intentas escudar el rostro te mueves con experiencia inerte,-entre gritos de presura desprendes una sonrisa repetida para los habitantes circuncisos esposos, hijos, llanto, infortunio, altiva frente a la despensa, culpable de tus dolores y fracasos las pesadas manos sacian su hambre marcando líneas en tu espalda extirpando tus cabellos, para tirarlos sobre la sopa ya helada esos hombres te amasan a puntapiés el sudor ayuda a dar consistencia a la masa que formas pero el color rojo que escapa de tus labios ensuciará las baldosas, los hombres saltan sobre ti esparcen las huellas de sangre alrededor de tu cuerpo ya no mueves las piernas en signo de protesta ya no respiras ligero cuando limpian las botas con tus pechos los pezones ruedan entre el pálido color de la vajilla en torno a tu cuerpo desasido obscuros círculos, que se adhieren a tu cuello y vientre sientes como penetran estas sanguijuelas son parte del cuerpo y las culpables de tu muerte por que tuviste que llorar frente a público menstruar cada veintiocho días sobre un trozo de guaipe lavar platos, hombres, mujeres, perros, gatos, ropas ya no vives en la casa de los desdeños los machos no lloran, pero tampoco están contentos traen una sanana blanca y te ponen dentro de ella forman una empanada, tú eres el relleno ellos no saben cocinar, quien les dará de comer… tienes forma de empanada, tu les dabas de comer sus toscas manos te llevan a la despensa el vacío deja espacio para el extender de tus piernas los hombres se miran, tienen hambre sus machos estómagos refunfuñan sin compasión la madre es plato crudo de los incontenibles apetitos la madre sonríe mientras sigue-siendo devorada por sus crías…