Renunciamos, por una vez, a nuestra habitual verborrea quintacolumnista para agachar el cogote con un nudo en la garganta: se va Libro de Notas (bueno, irse irse no, se queda con todo lo escrito aquí mismo, para que lo contemplen las generaciones futuras) y de momento se va también Mondo Píxel PG, una columna sobre videojuegos que, para empezar, no arrancó ni con declaración de intenciones ni con filosofías vitales. Un poco por eso mismo no deberíamos extendernos demasiado aquí: si no hubo salutaciones y agradecimientos y fuimos directamente al grano en la entrega cero, no montemos un funeral y vayamos igualmente a lo que tenemos que ir.
Libro de Notas ha sido nuestra casa y nuestro refugio durante unos cuantos años, y desde él hemos intentado destilar con cada entrega el resultado de un difícil equilibrio: el que hay en el punto medio entre la información y la opinión especializadas y la divulgación para lectores despajerizados. Lo habremos conseguido con mayor o menor fortuna, suponemos que dependiendo de las prisas y las resacas, pero sí podemos garantizar que en todos los años que llevamos escribiendo de videojuegos, pocas veces se nos han acercado tantas personas a discutirnos y comentarnos textos con tanta frecuencia como la que han generado las columnas de Mondo Píxel PG. Así que algo sí que se habrá hecho bien o semibién.
No sabemos qué será de la pegera en un futuro (no sabemos qué vamos a cenar esta noche, y son ya las doce y pico, cómo demonios vamos a saber lo que va a ser de la pegera), suponemos que subsistirá de un modo u otro allá donde quiera que algún aguerrido editor quiera seguir publicándola, pero lo cierto es que tiene difícil para igualar los buenos viejostiempos: la paciencia y el apoyo que nos han brindado en todo momento Alberto Haj-Saleh y Marcos Taracido no ha sido moco de pavo, precisamente.
No esta mal, blogueros yogurines, lo que os ha tocado vivir. Este sindiós, estos momentos complicados y excitantes para el medio están ahí para ser diseccionados. Nosotros nos vamos a tumbar a la bartola un rato (= escribir mercenariadas sobre los hits de moda), pero nos leeremos, seguro, en algún otro momento. Vaya si nos leeremos. Heil la pegera. Heil Libro de Notas.
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