Hace ya varios años que esta WEB, Libro de Notas, acogió estos artículos dedicados a la ciencia ficción española. Ahora llega el tiempo de la despedida. ¡La crisis, siempre la crisis! Estamos llegando a un punto en el que todo lo que no sea comer y vestir va a resultar superfluo. La literatura, el cine, las revistas, las radios, los periódicos todo desaparece en aras de la eficiencia de un “mercado” que se va pareciendo cada vez más a Cthullu exigiendo sacrificios humanos. Libro de Notas cierra y yo estoy aquí escribiendo una última entrada de la columna que he escrito durante seis años, que parece poco. En estas líneas he escrito siempre de ciencia ficción española, moderna, antigua, o casi prehistórica e intentado abarcar todas las modalidades desde el cine a la literatura, no olvidando a la historieta o la televisión e incluso la música.
Como saben, y reitero, esto se acaba, aunque los contenidos hasta ahora quedarán, de momento, como monumento funerario en la red, ese engendro diabólico y angelical que nos atrapa en sus garras a todos. Esta última entrada va a tratar de ciencia ficción española. De esa ciencia ficción que no ha sido un género destacado nunca y que ahora mismo está en franca decadencia con respecto a otros géneros afines.
La pregunta que yo haría es ¿existe la ciencia ficción española actualmente? O mejor ¿hay autores españoles que escriban ciencia ficción ahora? La respuesta es sí, pero… Y este pero consiste en una profunda minoración de los que se atreven a escribir acerca del género. Hace años que vengo expresando que los escritores reniegan de este género como si estuviera apestado. La apuesta actual se inclina más por el terror y, sobre todo, por la fantasía en general. Pero esa apuesta no creo que sea caprichosa, sino que viene condicionada por el mercado —¿otra vez?— que no “vende” ciencia ficción español ni aunque la disfrace de “paranormalidades” u “ovnitologías”. Las editoriales no quieren ni oír hablar de “cosas de marcianos” y los autores para publicar algo, que no para cobrar o ganar dinero, se marchan a otros parajes más acogedores. La fantasía “paranormal” es uno de los géneros que está dando mucho juego últimamente, y lo digo por si los que nos leen quieren dedicarse a algo más crematístico.
La realidad es que del género queda muy poco actualmente, fundamentalmente por la ausencia de revistas y de editoriales donde publicar. Así puedo recordar a Alfa Eridani o a Axxon como webs que publican relatos asiduamente o las fan-editoriales Espiral y Silente en las que algunos autores publican en contadas ocasiones y con tiradas bajo demanda o muy escasas. Estamos en el terreno de las fanediciones más que en el editorial general por lo que el público a los que llega este tipo de material es escaso, muy escaso. El corolario de esto es que nuestra ciencia ficción languidece y se pierde poquito a poco. Desde estas líneas finales reivindico la idea de la revista, de que alguien se lance a crear una revista que permita publicar relatos de noveles o consagrados con su adecuada selección y con sus normas y reglas en las que primen la calidad y la imaginación. Las dos que he mencionado antes cumplen su función, pero que hubiera alguna más contribuiría a la expansión del género. Pero ¿quién osaría asumir ese riesgo?
Estos años en Libro de Notas me han permitido experimentar con el género e investigar en él. Es verdad que estos trabajos nunca serán reconocidos académicamente, como tampoco lo son el de muchos compañeros de fatigas, porque esto de la ciencia ficción “no interesa”. Interesa el mercado, interesan los bancos e interesan que paguemos impuestos y nos callemos. Pero la cultura, y menos si es “marginal” –en el buen sentido de la palabra— es sólo cosa de desocupados que no tienen otra cosa que hacer. Siempre es mejor ver fútbol que leer un libro –nos dicen— y si ese libro es de ciencia ficción y de autor español es que tu degeneración ha alcanzado cotas de enfermedad mental.
Sin embargo algunos amamos el género, encontramos en él muchas satisfacciones intelectuales –y profundos cabreos, que también— y seguimos evadiéndonos con los futuros posibles, y sobre todo plausibles. ¿No da un poco de miedo pensar que todo lo que nos está ocurriendo fue ya pensado y plasmado en las páginas de novelas y cuentos? ¿No es curioso que a los aficionados no nos coja de sorpresa el marco general de los acontecimientos sociales que estamos viviendo? Eso, señores, es la ciencia ficción. Todo eso es lo que no deberían de perderse, porque ¡no, no es cosa de niños ni de marcianos!
Mi agradecimiento a todos los que colaboraron con estas columnas, haciendo especial hincapié en el Dr. Agustín Jaureguizar y en el Dr. Mariano Martín que me han proporcionado muchos de los datos aquí contemplados. Y por supuesto no pudo dejar de nombrar a Marcos Taracido que fue quien hace ya seis años me dio su confianza para hacer esta breve historia de la ciencia ficción en España.
Ha sido un lujo y un privilegio trabajar en estas páginas.
No olvidaré Libro de Notas.
Nos leemos en otros lugares de la red.
Alfonso Merelo. Huelva 12 de diciembre de 2013, 98 aniversario del nacimiento de La Voz, Frank Sinatra.
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