Libro de Notas

Notas para un documental sobre la cultura, II

Marcos Taracido - Textos del cuervo

5. Pérdida o difuminación de la autoridad, pérdida o difuminación del filtro. Llamémosle «cultura oficial». Bien, hasta ahora había muchos modos y circunstancias distintas para emerger desde el anonimato a la cultura oficial, pero todas pasaban por un filtro más o menos potente y poderoso: editoriales, discográficas, concursos, premios… No pequemos de ingenuos, sigue ocurriendo, pero el panorama se ha abierto del mismo modo que si a un redil se le caen las verjas y se convierte en un desierto, uno fértil. Permitidme poner un ejemplo que conozco bien: este sitio en que se publica este artículo tiene 13 años de vida y cientos de miles de lectores a sus espaldas, y casi nada de lo aquí publicado hubiera pasado ni uno sólo de los filtros de la cultura oficial.

6. Y esa pérdida o difuminación de la autoridad trae consigo la debilidad de los cánones, los de todo tipo: no sólo los literarios o artísticos, con multitud de proposiciones, metamorfosis y rarezas impensables de ver en una cultura oficial, sino también el de la crítica, con variedad de voces poderosas aportando su visión marginal a todo el mundo.

7. Y la explosión de la divulgación del conocimiento, de todo tipo de conocimiento que supera las barreras de revistas, libros, medios, disciplinas canónicas o baremos de saberes de prestigio para encontrarse un gigantesco páramo que burbujea saber, todo el saber, el más insignificante, el más anecdótico, el mejor explicado, el más absurdo, el que nunca imaginaste que pudiera interesarle a otro.

8. Y envolviendolo todo, el verdadero motor de esta nueva forma de cultura, el que marca la diferencia fundamental con la industria cultural, el aspecto al que realmente tiene que temer si quiere seguir sosteniendo un modelo vertical: el altruísmo, el afán de compartir, el desprendimiento de tus saberes o habilidades desinteresadamente para que cualquier otro los recoja y se aproveche de ellos. Les dejo con un ejemplo, uno de tantos a los que podría entrevistarse en el documental:

En el año 1995 no tenía ni pajolera idea de cómo se conectaban los ordenadores en red hasta que un día necesitamos poner a trabajar a más de 30 equipos de una oficina para renderizar imágenes de forma coordinada y crear una animación. Todo aquello era misterioso, caro, y si querías saber más tendrías que pagar cursos especializados en lenguajes y protocolos patentados cuyos secretos se guardaban bajo siete llaves. Hasta que alguien me habló de la Red. Así aprendí, mediante listas de correos y Usenet, que había todo un mundo de gente dispuesta a intercambiar conocimientos, ideas, software y ayudar para que tu también pudieras adquirir dichos conocimientos. Les debo mucho y ya he tenido oportunidad de agradecerlo bien en persona o, esa era la idea, ayudando a otros.
Cayetano Lupeña, Cultura libre

05/12/2013

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