Hilario Barrero
La poesía de Juan Antonio Villacañas. Argumento de una biografía (obra poética 1960-1884). Estudio, selección y notas por Beatriz Villacañas. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. 2003.
La poesía de Juan Antonio Villacañas. Argumento de una biografía es un volumen escrito por la profesora de la Universidad Complutense, Beatriz Villacañas que estudia la vida y parte de la obra del poeta toledano nacido en 1922 y muerto en 2001. La profesora Villacañas es, aparte de una excelente poeta, hija de Juan Antonio lo que hace que el libro sea, por un lado, un estudio serio y académico, riguroso y equilibrado, por otro un trabajo lleno de sensibilidad y acierto, en el que la poeta se identifica con el poeta y finalmente el homenaje cálido, testimonial y documental de una hija a su padre. El trabajo, afortunadamente, incluye la obra poética que Villacañas escribió entre 1960 y 1984, (la restante queda para otro volumen) y se complementa con una valiosa y minuciosa bibliografía con todos los libros de poesía, los poemas publicados en revistas y periódicos, un extenso apartado con las obras citadas y bibliografía, programas de radio y televisión, antologías, discos, diccionarios y estudios recomendados para consultar complementariamente la obra de JAV. Un acierto que hay que agradecer también al profesor Michael White, esposo de Beatriz, por “su enriquecedor criterio” y por ayudar a la autora a procesar los textos.
Argumento de una biografía “es una síntesis de todo aquello que es consustancial a la poesía de JAV”. La obra poética de Villacañas es un mundo dentro de otros mundos, una visión cósmica de la humanidad, un gigantesco árbol con infinitas ramificaciones en donde ocupan un lugar importante el tema religioso, lo humano y sus vertientes (la herida humana, la muerte, la vida, el amor), lo deportivo, poesía y filosofía, la verdad, la mentira, el tiempo y el espacio, el todo y la nada, la ciencia y el humor. Se estudian once libros claves en la poesía de JAV que van desde Marcha destriunfal (1960) a Cartas pasión con Tetis (1980) sin olvidar, sobre todo, Sala de juego (1964), La llama entre los cerezos (1965) y Los sapos (1968). La obra poética de JAV está compuesta de unos 35 libros de poesía, dos de prosa y numerosos poemas sueltos, todavía por recopilar, publicados en las más importantes revistas y periódicos del momento.
Poeta “de los de siempre”, dominaba con la misma maestría el soneto o la lira (a la que adoptó en los años finales de su vida) como el verso libre. En cualquier medio de expresión la fuerza metafórica, las rimas, la musicalidad, el ritmo, la riqueza y fuerza de la palabra, la autenticidad de sus ideas, le convierten en un poeta único, imposible de encasillar, irrepetible, como le ocurre al novelista Urabayen, que vivió en Toledo y odió a los toledanos, lo mismo que Villacañas. Este podría, por generación, pertenecer a la del 50, de hecho fue amigo de todos sus componentes, pero por su versatilidad no pertenece a ninguna generación, como no sea a la que el mismo creó. (Hay una fotografía, que a mí siempre me gustó mucho por todo lo que decía y por lo que no decía, en la que aparece JAV con Rosales, Panero y Manuel Alonso Alcalde).
Pero JAV fue algo más que un poeta social, o del universo, o religioso, o humano o amoroso. Villacañas, aparte de ser una persona generosa, cordial, un poeta en el más hondo sentido de la palabra es, sobre todo, un poeta de siempre, de ayer y de mañana. Un poeta que todavía está por descubrir. Un poeta que en vida, a pesar de premios y triunfos, no fue reconocido como otros de su tiempo que fueron poetas inferiores y que hoy están olvidados. Sobre todo en sus últimos años la “crítica” le volvió la espalda. Pero él siguió fiel a lo que fue su pasión: la poesía. Una poesía que tiene la fluidez de un río, la serenidad de un día de otoño, la fuerza de un volcán, la hondura de la noche, la luz que debe haber en la mirada de Dios. Una poesía que debemos descubrir.