Cuando se suministra feniletilamina a ratones, macacos y otros mamíferos, se observa que experimentan altos niveles de placer, que muestran conductas de cortejo a pesar de no tener pareja próxima y que, de manera “inteligente”, encuentran y presionan las palancas que les proporcionan más droga.
Las drogas, compuestos químicos con efectos altamente específicos y predecibles, han influenciado profundamente en la sexualidad desde los tiempos arcaicos en que las bacterias dominaban la Tierra. Se ha documentado, por ejemplo, que cuando se añade el antibiótico tetraciclina a un cultivo de bacterias, la actividad sexual de éstas se incrementa hasta mil veces.
Ni la alquimia ni la química han logrado poner al alcance humano un chollo semejante. Aún andan detrás del verdadero afrodisíaco, pero algunas drogas naturales son tan poderosas que seguramente se prohibirían si no fueran parte heredada de nuestra percepción natural y de la bioquímica que modula nuestras emociones. Aunque no hay que bajar la guardia: el puritanismo prohibicionista no tiene límites.
Las drogas de procedencia interna y externa que alteran el estado de ánimo abundan, y están profundamente fundidas con nuestra propia sustancia. Por lo que se sabe, la feniletilamina no sólo “mediatiza” la pasión amorosa, sino también la sensación de peligro: un desequilibrio o carencia de feniletilamina parece inducir en ciertas personas la búsqueda de situaciones peligrosas, por lo que no es de extrañar que haya quien encuentre en el enamoramiento gozosos factores de riesgo. O viceversa: que haya quien encuentre, en situaciones arriesgadas, ganas de enamorarse.
Una de las drogas que podríamos calificar de “femenina” es la oxitocina, un compuesto que estimula la contracción de la musculatura lisa e induce la secreción de leche en las madres. La oxitocina en sangre aumenta espectacularmente durante el orgasmo y tras el amamantamiento. Durante éste, descienden los niveles de cortisol y de presión arterial, dilatándose los vasos sanguíneos del pecho para dar calor al bebé. Cuando se administra un compuesto bloqueante de la oxitocina a ratas hembras recién paridas, éstas pierden interés por las crías.
En los guerreros masculinos los niveles de oxitocina en sangre se multiplican sólo por cinco durante el orgasmo. Y a diferencia de las mujeres, en ellos se elevan los niveles de cortisol y adrenalina, hormonas que incrementan la concentración de glucosa y la presión sanguínea. La diferencia entre unas y otros es notoria: el macho testosterónico tiene un comportamiento habitualmente amenazante y agresivo —excepto tras el acto sexual—, mientras que la madre lactante experimenta y transmite una sensación de calma y bienestar que ya quisiera para sí Confucio.
Se revela evidente, pues, que esta droga “de la afectividad” —y otras— han tenido un papel más que importante en la evolución sexual de los humanos. Puede, incluso, que el ascenso de los niveles de oxitocina fuera la “culpable” de que nuestros ancestros masculinos y femeninos empezaran a disfrutar de la compañía mutua tras una relación sexual. Y no es baladí en nuestra trayectoria: a medida que nuestros antepasados descubrían y reforzaban esta modalidad de alianza, se fueron haciendo más inteligentes, amorosos y sociables.
Lo que no comprendo es cómo teniendo conocimiento de los efectos de tan noble sustancia aún no se venda embotellada.
Embotellada? y tanto, cuando vas a parir es lo primero que te meten en vena para regular las contracciones, claro que en momentos tan intensos el placer está en otra. Eso sí, cuando por vez primera sientes, hueles, acunas al neonato te enamoras, y tanto que te enamoras.
Comentado por ada el 4 de Marzo de 2004 a las 12:21 PMUn gran artículo sobre el efecto de diversas sustancias en la respuesta sexual y afectiva es este: "Les Variations des états de conscience sexuels et états associés", donde su autor cuenta su experimencia con todo tipo de drogas en contextos eróticos.
http://www.shaman-australis.com/~claude/variations.html
De especial interés son los efectos de la psilocibina.
En cuanto a la oxitocina, aquí hay un buen artículo sobre sus efectos, esta vez en castellano;
http://www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol16num1/articulos/oxitocina/oxittocina.htm
Comentado por ddaa el 10 de Marzo de 2004 a las 10:23 AM