Te invoco ahora después de tanto tiempo
de todas las derrotas de la carne
en los grises pasillos de hospital
donde los blancos sueños de la muerte
desfilan como el fuego de san Telmo
(hospicios de escritura)
Te llamo ahora después de tanto tiempo
gradación de intensidades en octubre
veladura de fantasmas
memorias encubiertas
en antiguos almanaques de familia
yacen bajo un manto de hojarasca
(los llanos del alba:
caminos alados de la voz)
Hermosas arenas blancas: la ceniza
cubre tu cuerpo, te trasciende y antecede.
Toma tus armas y plegarias
la guerra no ha terminado todavía
es verano y la lluvia dificulta el paso
buscas el vado para que tu pequeño ejército
siga la ruta trazada por la sangre.
Sobre la nube, a veces
percibimos el destello luminoso
de alguna dorada esfera
conducida por los vientos superiores.
Sobre la frente acaso
sentimos la suave caricia
proveniente del reino de los sueños.
Sobre la piel quizá
tras la dulce fatiga del amor
se aleja el rumor etéreo
del ángel que retoma su camino.
El fuego armonioso de los astros
sigue las huellas
palabras del agua desprendida
escritas en el vuelo
custodio de la miel y sus placeres.
Al descifrar el laberinto
habrá que reparar el canto de las aves
resguardado en los postigos del umbral
para encender el fuego de la aurora.
Peregrino de las horas tenues
bajo la piel del tiempo
no olvides recordar lo que has perdido:
la dirección del agua
el asombro mortal de los hechizos
En las capas superiores de la esfera
más allá del fin del horizonte
luminosas huellas
aljofarados cauces
dibujados por el paso de los sueños.
La rosa de los vientos
dirige la voz del arcoiris:
florecimiento de los ángeles.
4
Hay seres que nos visitan
en el sueño, la vigilia o el insomnio
escriben por nuestra pluma
juegan con el deseo
y esperan un descuido
para tocar la quintaesencia
en el mágico recinto de la carne.
Desde la fuente de la palabra
el agua viva
fluye sin cesar
las puertas se han abierto
rotos están los sellos
el universo entero se desata
ante ti: la escala luminosa
espera tu paso incierto
de tus triunfos y tropiezos
de tus lágrimas y heridas
de tus besos y fracasos
derrotas y esperanzas
vida que fluye inevitable
en la multiplicidad del mundo.
Encendida la piel es recuerdo encadenado
a la rosa de los vientos del destino
armado con espadas de verdades.
Los golpes de la lluvia en el acero
entretejen la memoria de la niebla.
Soy guerrera antigua
sobreviviente de ciclones y tragedias
coleccioné armaduras y quebrantos
bajo el sol destructor de días pasados
seguí los pasos ancestrales
he cantado hazañas y derrotas
conocí el final de este camino
sembrado con espinas y plegarias
en ciertos días de sombra y soledad
una mano de luz me ha sostenido
con la más brutal de las piedades.
Coda:
(arde la cera consagrada
en el altar de los destinos)