Existe un gran movimiento popular por prohibirlo todo. O por lo menos por decir que todo es inconstitucional. Las cosas que uno oye por la radio, ¿eh?
Ayer, amiguitas mías, fui al bar de aquí al lado (una gente encantadora, la verdad) y me pedí una caña y un bocata de jamón a la catalana. ¡NO!, me dijo el camarero: eso que usted pide AHORA ES INCONSTITUCIONAL. Todo lo que empiece por CAT está prohibido. (Palabras que empiezan por cat: Catalunya, cateto, catedral (esa me parece bien que la prohíban, igual que catecúmeno, que es una especie de energúmeno catalán, o sea un servidor). También está prohibido decir “catálogo”, como en “catálogo de tonterías”, esa cosa que está echando palante el actual Gobierno.)
Amigas, hormigas mías: yo nunca digo la verdad, pero ahora os diré una verdad: el que teme, prohíbe. Qué fácil es decir la verdad, ¿verdad? ¿Pero qué es lo que teme el Gobierno, a través de esa voz desesperada que oigo por la radio y me dicen que es la del portavoz Zaplana? ¿Temen por la Unidad de Espéin? Lo dudo, porque si les interesase de verdad trabajarían por mantenerla. ¿Temen por la democracia? No, porque si les interesara la democracia no dirían lo siguiente: “El pacto de izquierdas alcanzado en Cataluña genera inquietud e inestabilidad en el futuro y los medios de comunicación deben jugar un papel formador y beligerante contra la futura alianza del PSC con Esquerra Republicana e Iniciativa.”
Pero temen. Si algo os “genera inquietud e inestabilidad”, amigüitas, es que os da miedo, ¿no? Y si sois el Gobierno y estáis excrementadas de miedo, ¿qué gritáis? “¡Inconstitucional, inconstitucional!” Por lo que temen, chiquititas de mi corazón, es por su poder. Temen que algo cambie, aunque sea un poquito, y demuestre su enorme ineficacia al frente de todas las cosas. Y cuando alguien se vende como gestor, no hay cosa más fea que demostrar que su gestión ha sido ineficaz, ¿no es así?
Os parezco un pelín formador y beligerante. Lo sé y lo siento. Pero me han encargado que escriba sobre lo que oigo por la radio (en SENSURROUND, claro) y es lo que estoy haciendo. Porque por la radio uno oye cosas extraordinarias. Aparte de que pronto todo, incluso comprar el periódico o el pan o comida para el perro (Borja, el mejor dogo salchicha del mundo), será inconstitucional, dentro de nada tampoco podréis conducir vuestros utilitarios, amigas del alma. Porque si la cagáis un día, cualquier agente de la ley puede retiraros el carné y mandaros de vuelta a la autoescuela. ¡Cómo se han de estar frotando las manos esos de las autoescuelas!
Y lo mejor de todo es que eso queda al criterio del agente. Cualquier agente os puede quitar el carné dando cualquier excusa porque el Gobierno ha dicho que no hace falta crear un reglamento, que lo deja todo al criterio de los policías nacionales, los guardias civiles y los urbanos que velan por nuestra seguridad. ¡Es absolutamente genial! Espero que pronto se reduzca drásticamente el número de conductores. Así, se podrá por fin andar tranquilo por las calles sin tener que sortear coches, camiones, autobuses y ambulancias de camino a recoger al último atropellado. Yo, como sabéis, no tengo automóvil ni carné: me hago llevar a todas partes, que sale más barato, incluso pagando.
Como regalo de Navidad (el de Reyes os lo daré en Reyes) os daré una idea, una idea fabulosa. Sentaos un ratito a la mesa del comedor con lápiz, papel y calculadora. Luego anotáis lo que pagáis de la letra del coche, la depreciación del mismo, los impuestos, el seguro, la gasolina, las reparaciones, la itv, el lavado, el aparcamiento, las multas, los peajes y los demás gastos que os produzca el vehiculito. ¿Os es rentable? La mayoría encontraréis que no. Pues vendedlo, y con el dinero que os ahorréis ¡os pagáis las vacaciones en Benidorm el verano que viene!
Espero que os haya gustado mi regalo. No ocurre a menudo que os regalen unas vacaciones pagadas en la verdadera capital de Espéin, ¿verdad? Pues hala, a disfrutar.
¡Y feliz Navidad!
Ven Borja, que te pongo el gorro de Santa Claus. ¡Borja! ¡Ven aquí inmediatamente!