Jácaras y Mojigangas

[Marcos Taracido]

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Tres hombres desnudos

Escenario vacío y oscuro; sólo un foco, fijo, ilumina. Dos hombres completamente desnudos lo ocupan. Sus gestos revelan incomodidad, no tanto por pudor como por no saber qué hacer con las manos. Uno de ellos, en una de las vueltas que entrecruzan, se queda mirando el reverso del otro. Un ruido estridente de zanfoñas, vihuelas y chirimías acompaña a la subida de telón.

Hombredesnudo1: Tiene usted un culo muy bonito.

Hombredesnudo2: Sí. Me lo dicen mucho. Y no sabe usted lo bien que huele.

Hombredesnudo1: ¿Me permite?

Hombredesnudo2: Por favor.

El hombredesnudo2 se inclina levemente y apoya sus manos en las rodillas. El hombredesnudo1 se arrodilla y acerca su nariz al ano del hombredesnudo1.

Hombredesnudo1: ¡Qué barbaridad! Se me llenan las fosas nasales de perfumes rosáceos y de licores orientales. Tiene usted el culo más aromático de todos los que he olido, y créame que he olido muchos.

Hombredesnudo2: Le mentiría si le dijese que no me halaga, pero, la verdad, me lo han dicho tantas veces…

Hombredesnudo1: ¿Y los pedos?

Hombredesnudo2: Ah, no; son nauseabundos. Sucede como con todo: podemos ser muy hermosos exteriormente, pero abiertos en canal expelemos un olor repelente.

Hombredesnudo1: Muy cierto.

Entra otro hombre en la escena, desnudo como los dos ya presentes. Lleva las manos como si descansasen en los bolsillos de un pantalón que no existe. Se mueve con la soltura que le falta a los otros y, en el tiempo que permanece en la escena, cambia con naturalidad sus manos de los bolsillos inexistentes de delante a los bolsillos inexistentes de atrás. Antes de hablar, los tres se mueven en silencio e intermitentemente durante un rato.

Hombredesnudo3: [a hombredesnudo1] Tiene usted un culo muy bonito.

Hombredesnudo2: Pues huele a gloria.

Hombredesnudo3: Es bastante común: la gracia no está repartida sino que les llega toda a unos pocos.

Hombredesnudo2: Sin embargo dice que los pedos apestan.

Hombredesnudo1: No saben de qué modo.

Hombredesnudo3: No me sorprende. En mis estudios en Oxford pudimos comprobar que los excrementos de las ratas más atractivas eran los más amorfos y menos consistentes.

Hombredesnudo2: ¿Ratas blancas?

Hombredesnudo3: La mayoría.

Hombredesnudo1: He seguido el experimento por la tele. Interesante, aunque cometieron ustedes un error de forma: manipulaban los excrementos con guantes de latex, cuando ya aprendimos en los telediarios que sólo con el contacto directo y séptico entre la piel y la mierda podemos calibrar en toda su intensidad la estructura y nivel de sedimentación de lo no digerido.

Hombredesnudo2: [Con un grito desgarrador] ¡Dios mío! ¿Se ha echado un pedo?

Hombredesnudo1: Se me ha escapado.

Hombredesnudo3: Qué lástima no tener aquí mis tubos de ensayo.

Hombredesnudo1: Por unos pocos euros puedo pedorrearle en el laboratorio.

Hombredesnudo3: Ahora estoy aturdido, pero si me dice dónde puedo encontrarle…

Hombredesnudo1: Aquí mismo.

Se apaga el foco que iluminaba la escena y otro más pequeño alumbra exclusivamente al hombredesnudo2, haciendo invisibles a los otros dos.

Cae el telón.

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