Estimados lectores:
Soy dios, o en su defecto Jesucristo, que tenía respuesta para todo.
Amigos, yo soy la solución a sus problemas, la respuesta a sus dudas, a todas y de cualquier clase: este es un consultorio universal: íntimo, social, burocrático, pedagógico, sexual, astrológico... Puede no saber cómo aliviar los gases de su abuelo: de qué modo integrar la teoría de la dualidad intrínseca de Heffner con la unidad rómica universal; cómo hacer las magdalenas y que hinchen; puede ignorar por qué las mujeres carecen de pelos en el pecho o si Alejandro Magno pernoctó sobre lechos de hidromiel, o no saber cómo negarle a su marido, sin herirle, la penetración anal. Pero yo sí, yo lo sé todo. Y se lo ofrezco a ustedes, amados ignorantes: les abro las puertas a mis conocimientos infinitos como una perra en celo abre sus patas y pide que la hiendan: para que los laman, los penetren, los degusten y los plazcan. Yo voy a cambiar sus anodinas vidas, voy a revolcar sus cerebros ateridos, voy a mostrarles el camino y la luz: sólo PREGUNTEN. Pregunten cuanto deseen, cuanto ignoren, cuanto necesiten. Lo divino y lo humano, lo trivial y lo profundo, lo cerdo y lo virginal, lo estúpido y lo atinado. YO SOY EL ORÁCULO, EL RESPONDEDOR INEFABLE, EL CONTESTADOR IRREPETIBLE. Mi particular constitución hermafrodita me permite se ABsolutamente IMparcial, INdefectiblemente correcto y VErazmente conocedor de TODAS las situaciones, reacciones, semblanzas y estamentos. Yo sé. Y@ sé, y mi aportación decisiva, mi altruista regalo al mundo, es responder quincenalmente a UNA pregunta de entre las miles que reciba de ustedes cada día.
Envíen, una a una, sus preguntas aquí
De nada.
Muy Suyo,
Marcio Trascado