Va resultando interesante esta conversación que hemos llamado Textos en adelante. Su tema principal es el futuro, ¿no? El futuro y las voces que del pasado llegan hasta nosotros para afirmarlo. Y esa afirmación tiene mucho, o todo, que ver con la libertad, bien preciado que en el país en que vivimos constantemente vemos peligrar. Sorprende oír las voces que claman por su clausura, y que nos llegan casi siempre a través de los medios de comunicación. Evidentemente, nadie se atreve a decirlo de manera abierta, pero se oyen ecos de censura, de recorte de libertades, del odio a la libertad de los demás. Es como si hubiera gente que quisiese para siempre que el futuro no fuera una posibilidad; no sólo que nos quedásemos encerrados en una fortaleza llamada Hoy, sino que perdiéramos cualquier esperanza de salir de ella y ver el mundo. Vosotros me habéis oído las carcajadas y sabéis lo mucho que disfruto escuchando esas voces-para-nada, voces-para-el-silencio, voces-del-hecho-consumado que son las voces de lo que en España se entiende por política, voces para una democracia inerte.
Por eso me encantó encontrarme con un ensayo de Octavio Paz titulado "La revuelta del futuro". El fragmento que transcribo me recuerda lo lejos que quedan tantas voces actuales de nuestras aspiraciones, lo lejos que quedan del futuro... y del presente.
El ensayo es de los primeros años 70 del siglo 20, esa época en la que la libertad y el futuro eran palabras corrientes que invitaban a soñar, a construir, a entrar en la vida y crear una nueva sociedad.
Un abrazo,
Roger.
Desarrollo, progreso, modernidad: ¿cuándo empiezan los tiempos modernos? Entre todas las maneras de leer los grandes libros del pasado hay una que prefiero: la que busca en ellos, no lo que somos, sino justamente aquello que niega lo que somos. Acudiré de nueva a Dante, maestro incomparable, por ser el más inactual de los grandes poetas de nuestra tradición. El poeta florentino y su guía recorren un inmenso campo de lápidas llameantes: es el círculo sexto del Infierno, donde arden los heréticos, los filósofos epicúreos y materialistas. En una de esas tumbas encuentran a un patricio florentino, Farinata degli Uberti, que resiste con entereza el tormento del fuego. Farinata predice el destierro de Dante y después le confía que incluso el don de la doble vista le será arrebatado “cuando se cierren las puertas del futuro”. Después del Juicio Final no habrá nada que predecir porque nada ocurrirá. Clausura del tiempo, fin del futuro: todo ha de ser para siempre lo que es, ya sin alteración ni cambio. Cada vez que leo este pasaje me parece que escucho no sólo la voz de otra edad sino de otro mundo. Y así es: es otro mundo el que profiere esas palabras terribles. El tema de la muerte de Dios se ha vuelto un lugar común y hasta los teólogos hablan con desenvoltura de ese tópico, pero la idea de que algún día han de cerrarse las puertas del futuro... esa idea alternativamente me hace temblar y reír.
Octavio Paz, "La revuelta del futuro" en Los hijos del limo, Seix Barral, 1987.