Marcos Taracido: Tu sitio web es de una amplitud enciclopédica: bitácoras, diccionarios, artículos, reseñas, noticias… ¿En qué medida es una extensión de tus facetas personal y profesional? Es decir, ¿en qué modo la construcción y el mantenimiento de esa página influyen o ayudan a tus relaciones de trabajo o a tu vida privada?
José Antonio Millán: Es una interrelación bastante estrecha, dialéctica y muy divertida... Mi sitio crece mucho a base de hacer públicas cosas que uno consideraría de la esfera de lo "privado". Por ejemplo: la agenda. No voy a poner las citas que tengo para tomar café con alguien, pero si me invitan a dar una conferencia en un congreso o en un curso, normalmente habrá a quién le interese saber que ese curso existe. Llevo dos o tres agendas públicas, separadas temáticamente: como ésta. Luego, en mis intervenciones normalmente creo algún material de apoyo: referencias, esquemas, bibliografías. Pues bien: lo cuelgo también en mi sitio: ¿por qué no? Así los destinatarios lo tienen accesible, y cualquier persona a quien le interese el tema también. La mayoría de las veces se trata de notas que tendría que tomar en cualquier caso; es de cortesía pasarlas a los que asisten a mi clase, o lo que sea: lo podría hacer en fotocopias. Colgarlas en la red me exige un pequeño plus de edición y "subida", pero creo que vale la pena.
Otra vía de crecimiento son los blogs o bitácoras: se ha señalado que un blog es como una lista de Favoritos pública, y es cierto. Recuerdo aún hace unos años cuando un amigo me pasó un disquete con su lista de favoritos: hoy ya no tiene sentido. Yo además uso los blogs para dejar constancia de lecturas o de exploración de CD-ROMs, y para acusar recibo de envíos de libros y otros materiales. Llevo uno general y otro especializado en edición y edición electrónica. También reelaboro y publico artículos que me han editado en otras partes, y por último creo cosas más específicamente para la web (como una sección libre llamada "Flor de Farola"). Podría decir que el lema de mi sitio es: "¡Trabajando para aquellos a quienes les gusta lo que a mí me gusta!". Y esto, como te decía, se traduce en "trabajar para mí" más un pequeño plus destinado a hacerlo público.
Profesionalmente, mi web me supone también un sistema cómodo y ágil de recabar información. Por ejemplo: en estos momentos estoy acabando un artículo sobre la asimilación lingüística del euro (que forma parte de un estudio que se lleva a cabo simultáneamente en varios países de la "Zona euro", para ver cómo entra esta palabra nueva en las distintas lenguas). Pues bien: publiqué una nota en la portada de mi sitio (que lleva a una página de petición de datos), y a través de ella me han venido muchas informaciones de interés.
El mismo sistema de búsqueda interna del sitio es una fuente de datos. Yo publico mucho sobre vocabulario informático, pues bien: el excelente (y gratuito) servicio de búsqueda de Atomz me remite semanalmente una estadística de las cosas que la gente busca en mi sitio... y que a veces no encuentra. Es una buena invitación a elaborar determinados términos.
Por último (pero en modo alguno lo menos importante), uno siempre puede apoyar una campaña ajena, ¡o incluso levantar una propia! Mi campaña de los últimos tiempos es contra la iluminación eléctrica en el ámbito religioso (ya sea cristiano o budista). La cuelgo: hay quien empieza a participar con opiniones y comentarios, y de golpe empieza la cosa a crecer: una cadena de televisión acaba de llamarme para entrevistarme sobre el tema...
Marcos Taracido: La internet viene a instaurar un nuevo modo de comunicación, de publicación, de edición. ¿Hasta qué punto los contenidos, el modo de publicar y escribir en la red, van a ser distintos a los métodos que conocíamos hasta ahora?
José Antonio Millán: Contesté in extenso a esta cuestión hace pocos meses, de modo que me limitaré a remitir allí.
Tal y como yo lo concibo, mi pupitre electrónico de trabajo consta de mis editores de texto, de imagen, exploradores de Web, etc., para hacer mi trabajo, más un editor de HTML siempre abierto y una conexión FTP. Así como de vez en cuando hay cosas de la Web que pasan a mi espacio de trabajo, también de vez en cuando hay cosas que pasan de mis documentos de trabajo a HTML y suben al sitio. Algunas más elaboradas, otras (los blogs, típicamente) menos.
A mí lo que me gusta mucho es la agilidad e inmediatez del medio. Por ejemplo: surge el desdichado asunto del vertido del Prestige. Inmediatamente una serie de webs (incluida ésta de Cuaderno de notas) empiezan a dar información, articular campañas, etc. Las aportaciones al tema del vertido se extienden y ramifican, como una marea pero ahora informativa. Cada uno contribuye desde su esquina: yo tengo un colega que me dice que puede escribir para mi web un artículo sobre la palabra chapapote. Le digo que sí y me lo manda al día siguiente: es muy bueno. Lo cuelgo linkado desde mi portada, y muchos de vosotros le ponéis enlaces o comentarios. Dos días después quien busca la palabra en Google se lo encuentra en primer lugar. En todos estos temas está en marcha constantemente un plebiscito silencioso (el plebiscito de los links), y quienes buscan cosas en la web encuentran razonablemente bien lo que existe, se haya colgado donde se haya colgado. ¿No es extraordinario?
Eso en cuanto al modo de publicar y dar a conocer, pero respecto a escritura específica para web, la cosa está menos clara. Hay géneros bastante típicos, como los blogs o bitácoras, que uno no puede imaginarse en otro medio. Pero ¿existe una forma específicamente hipertextual de escribir? Puede que esté surgiendo, pero no abunda. No es muy sencillo, tampoco, romper con formas textuales clásicas. Yo acabo de publicar un proyecto sobre arquitectura popular del Alto Ampurdán. Es algo pensado en la web y nacido para ella: jamás pisó un papel. Pero al tiempo, creo que ha salido algo bastante clásico, y a lo mejor eso no está mal...
Marcos Taracido: En Internet y el español (Fundación Retevisión, 2001) hablas de las enormes dificultades a las que se enfrenta una herramienta que, como internet, está conectada universalmente y, por lo tanto, ha de aunar y salvar las distintas lenguas e iconos culturales. ¿Cómo ves actualmente esa diáspora lingüística y, en concreto, al español en la red?
José Antonio Millán: Sí: resulta apasionante asomarse a la red desde una perspectiva lingüística. Pero pasa que con la lengua ocurren cosas muy raras, ideológicamente hablando. A mí particularmente me hace gracia el triunfalismo de mucha gente hablando de la expansión del español, como si fuera algo de lo que fueran responsables, o de lo que hubiera que enorgullecerse. Se habla mucho español porque los hispanohablantes han tenido muchos hijos. Punto. Y luego esas cuestiones de "defensa" de la lengua (como si alguien la atacara), etcétera. El asunto se ha recrudecido en Internet, porque resulta que ahí es una cosa que se puede medir y comparar, y surgen los agravios...
A mí me preocupa mucho más el aspecto cualitativo que el cuantitativo: lo importante es la creatividad de los hablantes, su forma de apropiarse de la red para sus propios fines. Esa es la palabra clave: apropiación.
Marcos Taracido: ¿Y cómo crees que se está haciendo esa apropiación? ¿Cuál crees tú que es el estado cualitativo de la red en español?
José Antonio Millán: No puedo contestar muy bien, ni nadie puede realmente, porque es una cuestión que aún tiene que estudiarse y debatirse. Precisamente hay dentro de un par de meses un taller sobre la cuestión de los indicadores de la sociedad de la información, que organiza la Rycit. Hay indicios buenos, como el número de publicaciones por línea (periódicos o revistas o similares que tienen edición virtual), pero ni hay una forma buena de saber cuántas iniciativas autónomas, puramente de Internet, existen, ni en relación con los que hay en otras lenguas. Para un análisis cualitativo interesa saber cuántas empresas tienen medios en la red, pero también qué otras iniciativas hay: desde revistas alojadas en Geocities hasta páginas personales de interés, pasando por actividad en listas de distribución, en foros o en chats. Hay que saber qué actividad puramente literaria hay, o periodística, o de divulgación, o científica, o administrativa, etc. Es decir: hay que saber qué es lo que interesa analizar (cosa en modo alguno evidente), luego analizarlo (cosa en modo alguno fácil), y por último, y si se quiere comparar --lo que a veces es sano-- comparar lo que se ha obtenido con datos sacados usando la misma metodología en otras partes. Tal vez debería hacerlo algún Observatorio de la Internet, en vez de tanto mirar las cifras de comercio electrónico...
Marcos Taracido: En 10 retos para la red en español estableces como primer objetivo aumentar la base de usuarios, y resulta que en el último informe del EGM se constata que no sólo no ha crecido en España, sino que ha descendido. ¿A qué se debe?
José Antonio Millán: Hago énfasis en la base de usuarios porque significa un primer nivel de familiaridad con el medio, aunque por sí sólo no basta... Pueden estar todos bajándose pornografía (si no recuerdo mal, España tiene una posición destacada en esa materia, comparada con otros países europeos). Pero lo que interesa, insisto, es hacer cosas: páginas personales, o lo que sea al principio, porque más tarde pueden surgir otros proyectos.
Marcos Taracido: El segundo requisito que señalas es aumentar la calidad de los contenidos. Yo entiendo que la calidad tiene que venir acompañada de una adaptación a la red de los mismos. Las ediciones digitales de los periódicos se limitan a reproducir exactamente las ediciones en papel. Y el afán de proteccionismo está llevando a sitios emblemáticos como Cervantes Virtual a impedir los enlaces directos a páginas que no sean la index, limitando así la labor de muchas webs de resúmenes o enlaces que enriquecen la red.
José Antonio Millán: El tema de prohibir los accesos internos (lo que se llama el deep linking) es tremendo. No sé si en el caso del Cervantes Virtual es sistemático (yo tengo links a alguna de su partes interiores y funcionan). En general, yo diría que van contra los mismos sitios que lo hacen. Si yo no puedo hacer un link a un material interior, su difusión está muy comprometida: no voy a decir a un amigo: "entra en http://www.loquesea.loquesea, luego haz clic en donde dice Menú y cuando se despliegue escoge 'Iniciativas' y luego vete a 'Coordinadora'", etc. ¡Ni voy a poner un link con estas instrucciones! Si eres un sitio comercial, y quieres que sólo entre la gente que quieras, allá tú. Pero que lo hagan sitios con interés cultural y de difusión es directamente suicida. Además, esta política va también en detrimento de la visibilidad en buscadores: los mejores de ellos, como Google, se fijan en quién es más linkado.
Marcos Taracido: Otras de las propuestas se refieren a la Administración: que usen la red ofreciendo documentos y trámites y que utilicen programas no propietarios. Tampoco aquí parece que se avance mucho, toda vez que el poder de Microsoft parece adecuarse mejor a la codicia y la falta de miras de las grandes Administraciones.
José Antonio Millán: Yo creo que políticamente no se puede consentir que la gente sólo pueda hacer un trámite administrativo (rellenar un formulario, etc.) usando un programa privado. Ni aunque sea un programa que "todos" tengan. No se puede obligar a que sólo haga el trámite quien se lo haya comprado: va en contra de la igualdad de todos ante la ley. Ni tampoco aunque sea un programa gratuito: ¿y si un día deja de serlo?
Suponte que se decretara que sólo podrían inscribir a sus hijos en el Registro Civil quienes fueran en coche..., porque "todos tienen coche". Bueno, ¿y la gente que no lo tiene? (yo he vivido mis primeros cuarenta años sin coche). Y aún peor: que sólo se pudiera ir al Registro Civil en un coche Seat, so pretexto de que Seat es la marca elegida por el 95% de los propietarios de coches. ¿No sería demencial? Pero suponte que hubiera un coche gratuito de la casa Volvo (!¡): quien quiera inscribir en el Registro tiene que ir en su Volvo gratuito. Pero, ¿y si de golpe Volvo decide de golpe que ya no quiere ser nunca más gratuito?: la gente se encontraría de golpe con que tiene que pagar para acceder a lo que es un derecho suyo.
Creo que el símil está claro: en mi ejemplo Seat es Word de Microsoft, Volvo es el Adobe Acrobat. La realidad es peor que en mi ejemplo, porque las administraciones que ponen archivos, documentación, formularios, ... en cualquiera de estos programas no van a rehacer su trabajo, y la obligación de los usuarios de tenerlos va a permanecer: siempre tendrás que usar el programa Fulano para leer esto...
Por suerte, existe un coche gratuito y que no pertenece a nadie: es el HTML en sus estándares más claros (porque hay mucha gente que usa unas variedades de HTML no estándar). Es lo único que se puede usar decentemente para la relación de la administración con los administrados.
¿Por qué la administración ha hecho, y sigue haciendo, estas opciones de obligar a usar programas propietarios? En parte yo creo que por ignorancia: por pura y simple ignorancia. De golpe ha parecido muy moderno hacer cosas digitalmente (y es cierto que muchas fórmula digitales pueden ayudar a las relaciones con la administración), pero a la hora de implementarlo se ha hecho de manera tosca: muchas veces una fórmula concreta se le ha ocurrido a un trabajador de la administración con buena voluntad y que sabía más que sus compañeros, pero que no era en modo alguno un experto. En este tema, como en muchos otros, hay que hablar con los expertos, y si hay en juego implicaciones políticas, pues más... Refleja una vez más que administración y sociedad civil son compartimentos estancos...
Marcos Taracido: "El porvenir del español en la red no es una cuestión de lengua: es una cuestión de formación, de infraestructuras, de investigación, de cultura..." (Internet y el español, 2001) Como le comentaba a David de Ugarte, tengo la impresión de que el ámbito educativo está ignorando por completo está educación, tanto en sus docentes como en sus programas educativos: no hay medios, no hay conocimientos y, lo peor, no hay intenciones.
José Antonio Millán: El del ámbito educativo es un tema muy complejo. Acabo de escribir con la antropóloga Susana Narotzky un artículo sobre este tema, que ha salido en el número 319 de Cuadernos de Pedagogía, que todo él es muy interesante, sobre el tema monográfico "El cambio en la escuela". Es un poco lo de siempre: no hay cambio real que no empiece en el sistema educativo, pero incidir en él es muy difícil, y más en el tema de las habilidades digitales. En el fondo sólo hay dos preguntas: cuáles de las habilidades digitales son socialmente necesarias, y cómo transmitirlas. Son temas básicos, y muy poco estudiados.
Marcos Taracido: Vuelvo sobre la educación que creo que es un tema que te preocupa bastante. Tu novela Base y el Generador misterioso (Siruela, colección Las Tres Edades, 2002) es una magnífica muestra de divertir enseñando: con una trama de intriga novelesca muestras las tripas y el funcionamiento de un ordenador y de internet. ¿Crees que es importante conocer el funcionamiento interno de estos aparatos cuando cada vez se tiende más a facilitar su uso ocultando los procesos que los mueven?
José Antonio Millán: Los ordenadores son máquinas opacas: uno levanta el capó de un coche y por lo menos ve cosas cuyas funciones se pueden adivinar... En los ordenadores, no. Al escribir este libro me atraía por una parte la pura descripción literaria de un universo tecnológico fascinante. Pero además, yo creo que enseñar cómo funcionan las cosas (y más cosas que están ocupando un papel importante en nuestro mundo) forma parte de lo que debería ser la educación del ciudadano. Hay temas tecnológicos muy abstractos con consecuencias políticas muy claras: sin ir mas lejos, la codificación de la Internet, que impide que en las direcciones se usen los caracteres que no están en el conjunto ASCII. Es importante saber que en el mundo de la Informática sólo hay máquinas y programas, todas hechas por hombres y mujeres, y que no hay nada que no se pueda hacer: otra cosa es que a los diseñadores de un sistema se les haya ocurrido... Es lo que ocurre cuando uno va, por ejemplo, a una agencia de viajes, o a hacer un trámite al banco, y de pronto le dicen: "no, esto no se puede hacer: el ordenador no deja". Ese algo puede ser algo tan idiota (pero a veces tan necesario) como que te hagan una factura, o cambiar un dato en medio de un proceso... Bien; la respuesta buena es: "Señorita, caballero: la culpa no es el ordenador, que nada quiere, sino del programa que ha hecho su empresa/institución, y que está mal diseñado, y no piensa en sus usuarios". Y protestar. Hay que protestar mucho, todo el rato. Quizás esa es otra cosa básica que debería enseñar el sistema educativo: a ser un ciudadano, y no un siervo.
Marcos Taracido: Háblanos del mundo de la edición digital/tradicional que te gustaría ver de aquí a unos años y del que crees que verás.
José Antonio Millán: Me gustaría ver una proliferación de sitios, de sub-sitios, con dominio propio y sin dominio propio, de cobro y (sobre todo) sin cobro, literarios y periodísticos y científicos y políticos y asociativos, personales y empresariales e institucionales, bien hechos, claros, dentro de los estándares de la WWW, actualizados con frecuencia, con foros y zonas de participación ricos y activos. Me gustaría ver productos mixtos, híbridos y cambiantes: libros que son sitios, sitios que devienen en libros; manuales con bibliografías actualizadas por línea, revistas con zonas de debate en foros de la Red, etc.
La parte más imporante de mi deseo es el etc., por supuesto.
Accedo por 1ª vez a esta página. Lo he hecho desde la de J.A. Millán. Soy también filóloga y traductora, y me interesa el mundo de Internet, estoy en ello ahora. Estoy dándole vueltas a mi propio sitio web y esta entrevista es muy "iluminadora" en ese sentido. De hecho, ya tengo un sitio subido en un portal de estos gratuitos, pero todavía no merece ser visitado. En resumen: que me ha gustado mucho. Felicidades.
Comentado por Arancha Mareca el 17 de Marzo de 2003 a las 01:15 PMEs primera vez que accedo a ésta página,pero a la de JAM soy bastante asidua, me gusta mucho leer sus trabajos y los materiales de otros autores que incluye en ella. Soy especialista en información y uso bastante internet y coincido con muchas de sus opiniones.
Comentado por Lourdes el 23 de Abril de 2003 a las 10:42 PMMuy apreciado senyor Millan: Estoy haciendo una investigación sobre las "revistas literarias a Internet en lengua catalana" Todo el proceso de creación, evolución, estadísticas de éxito o fracaso, estado actual de la qüestión, perspectivas de futuro, etc. ¿Podría decirme donde podria encontrar dicha información?
Muy agradecida de antemano le saluda muy atentamente.
M. Victòria Pinto
Comentado por M. Victòria Pinto el 27 de Agosto de 2003 a las 05:51 PMMuy apreciado senyor Millan: Estoy haciendo una investigación sobre las "revistas literarias a Internet en lengua catalana" Todo el proceso de creación, evolución, estadísticas de éxito o fracaso, estado actual de la qüestión, perspectivas de futuro, etc. ¿Podría decirme donde podria encontrar dicha información?
Muy agradecida de antemano le saluda muy atentamente.
M. Victòria Pinto
Comentado por M. Victòria Pinto el 27 de Agosto de 2003 a las 05:51 PM