Amo las galas de navidad. Las galas de navidad me aman a mí. Las galas de navidad y YO nos vamos a casar. Tendremos muchas galitas y muchos cabanitos y acabaremos con todas las perdices del mundo. Greenpeace nos perseguirá como criminales ecológicos. Las galas de navidad y YO, ese matrimonio feliz, huiremos como Bonnie & Clyde y moriremos ametrallados en una cabaña de observación ornitológica en algún parque natural. En las Cíes de petróleo, tal vez.
¡CALLAOS!
A ver niñas, ¿qué le habéis pedido a Santaclaus & Lorreyesmagos? Yo he pedido, he exigido, paz en el mundo; una cartera de inversiones; un mando a distancia que funciona en un radio de 500 metros; el muñeco de George Bus (que habla); un mechero de oro para prenderle fuego al pelo del muñeco de George Bus (que habla); un disfraz de indio; que TELE5, Berlusconi y Aznar también sean muy felices en su nuevo matrimonio; que María Teresa Campos me invite a su programa para hablar mal de las presentadoras de otros programas; que mi amigo invisible en los intercambios de regalos sea millonario; que nieve el día de navidad; y un sombrero pequeñito para que el muñeco de George Bus (que habla) no tenga vergüenza de salir a la calle sin pelo.
Mi chavala ha pedido lo mismo menos lo de María Teresa Campos. En lugar de eso ha pedido otra vez lo de paz en el mundo. Cuando le dije que no vale pedir lo mismo dos veces, lo ha cambiado por un accesorio nuevo para pegarme cuando la cosa se pone sexy. Dijo que sería una sorpresa. El agua se me hace boca, amigas: no hay nada como unas buenas nalgadas mientras uno mira el Telediario de la Primera. (Ana y Josemari nos han pedido uno igual para cuando ven los vídeos de las entrevistas.)
En Nochebuena habló El Rey, como es su costumbre, y no dijo nada, como es su costumbre. Hubo quien telefoneó al Palacete (donde vivo con mi chavala y mi tele de plasma) para celebrar que El Rey hubiese llamado “calamidad” a Josemari; pero no, se refería a lo que ocurre en Galicia, ese PEQUEÑO excedente de sustancias SUPERtóxicas que tienen por ahí. Amigas: hay que aprender una cosa: en la tele no siempre dicen lo que una quiere oír. Sé que os tienen muy mal acostumbradas, pero tenéis que escuchar, daros cuenta de que os están timando y cagaros en todo. Acto seguido, tenéis que apagar la tele, aunque parezca que os están extirpando un órgano vital sin anestesia, y enchufar la internet, que es donde ocurren las cosas interesantes.
Cosas interesantes como la que tenéis delante de los morros en este preciso instante, amigas del alma.
Vale. Ha pasado Santaclaus por aquí y sólo me ha traído un montón de libros (cosillas sesudas, amigas, que no son de vuestra incumbencia ni capacidad) y una funda para el pito, toda de punto, en colores vivos, muy mona. Santaclaus ha de ser tonto, o un funcionario del Ministerio de la Navidad un poco prevaricador, porque las cosas que me trajo no estaban en la lista (ver más arriba). ¿EN QUÉ COÑO ESTARÍA PENSANDO ESE TÍO? A mi chavala, le ha traído el artilugio de las nalgadas y un trajecito de látex negro la mar de cuco. ¡Ella sí que tiene suerte!
Bueno, en realidad, el que ha tenido suerte con los regalos de mi chavala he sido yo. Seré un egoísta, lo admito, pero no un mentiroso.
Bueno amigas, con esa nota feliz os dejo.
Feliz año y toda esa mandanga, y a esperar a Lorreyesmagos, a ver si esos cumplen. Os mantendré informadas.
(Si habéis leído esto es que no os habéis atragantado con las uvas. Lo celebro.)