Isaac Bigio
Londres y Nueva York son las dos principales ciudades anglo-parlantes.
En ambas han habido 2 torres gemelas que han representado un aspecto
central en la vida de sus respectivos países. El 11 de Septiembre del
2001 fue atacado y destruido el que fuera el edificio más alto del
mundo y símbolo de los negocios norteamericanos. En el último día del
mes en el que se recuerda ese aniversario se ha iniciado la demolición
de las dos torres del Estadio Wembley, símbolo del deporte británico y
del fútbol de la nación que creó esta disciplina.
Esto último no ha sido hecho mediante una sorpresiva operación militar
de pilotos suicidas, sino como una operación de negocios planificada
por sus propietarios.
El 'Estadio Imperial', como inicialmente éste fue denominado, empezó a
funcionar hace 69 años. Este fue en su momento el palacio del deporte
del mayor imperio ultramarino de la historia. Algo que distinguía a
este estadio han sido sus dos grandes torres blancas construidas en la
entrada del medio. Estas se pueden ver desde kilómetros de distancia y
están consignadas en su logotipo oficial.
Las torres gemelas de Wembley han presenciado las finales de todas las
copas de fútbol inglesa desde 1924 y también las del único mundial de
balompié que dio la victoria a Inglaterra. Tras su sombra también se
realizaron los primeros juegos olímpicos de la postguerra y las finales
de los campeonatos nacionals de Rugby. En Wembley han habido desde
carrera de galgos hasta peleas de box, juegos de beisbol o fútbol
norteamericano o actuaciones masivas de artistas como Madonna y Michael
Jackson.
Mientras las torres de Nueva York fueron barridas por la mayor
violencia política que haya golpeado a EEUU en más de 2 siglos, las
torres de Wembley han presenciado la formación de la principal escuela
de violencia futbolística. El país que dio el balompie al mundo ha sido
también quien ha difundido el hooliganismo. No ha sido inusual ver en
las inmediaciones de éste, así como de otros estadios británicos,
grupos de fanáticos, los mismos que no recitaban textos religiosos,
pero que se pintan el rostro, lanzan coros apasionados y están
dispuestos a atacar físicamente. Los hooligans británicos han
protagonizado vandalismo en otros países y su ejemplo fue seguido con
los saqueos de Moscú durante el último mundial.
El derrumbe de las torres de Wembley se da como parte de una inversión
espectacular. Los costos para refaccionar el nuevo estadio superan las
750 millones de libras esterlinas, más de 1,350 millones de dólares. Se
trata del estadio más caro que exista y su valor es más del doble que
los que fueron las sedes de los últimos mundiales. Este presupuesto es
mayor que el ingreso anual de muchos países del tercer mundo.
Afganistán, el país que se empezó a bombardear un año antes que se
iniciasen las nuevas obras en Wembley, apenas exporta 70 millones de
dólares anuales. El nuevo estadio terminará costando más de 20 años de
exportaciones afganas.
El nuevo Wembley tendrá un arco que le permitirá proteger al juego de
la lluvia y mucha innovación tecnológica. Sin embargo, su capacidad
será tan sólo de 90,000 espectadores. El 28 de Abril de 1923, cuando
éste se inauguró, logró contabilizar a 127,000 espectadores más otros
70,000 que estuvieron en las inmediaciones.
Para Beckham, capitán de la selección inglesa, este estadio es algo
que merece tener Inglaterra. Algunos críticos sostienen que se trata de
otro 'elefante blanco', como lo fue la famosa Cúpula del Milenio que
construyó el Nuevo Laborismo de Blair para simbolizar su poderío, pero
que ha acabado abandonado en busca de inversionistas privados. Muchos
hinchas cuestionan el hecho que el mayor complejo deportivo se haga en
la capital que concentra todo y hubiesen preferido un nuevo estadio al
centro del país.
Sin duda alguna el nuevo Wembley será colosal. La cuestión en saber si
el dinero invertido allí era necesario o si mejor hubiese sido destinar
éste para obras de salud y educación, en un país donde se vienen
cerrando hospitales y escuelas por falta de presupuesto, o en centros
deportivos locales.
La suerte de las 2 torres de Londres y Nueva York mantienen, aunque no
lo parezca, cierta hermandad. El símbolo de los negocios
estadounidenses fue demolido, mientras el del deporte británico será
remplazada por cuestiones de negocios. La caída del Centro Comercial
Mundial generó el nuevo orden de Bush que trata de hacer sentir el
poderío militar norteamericano por doquier. La sustitución de las
torres de Wembley para dar paso a un super-estadio son parte del nuevo
orden mundial en el cual el fútbol y el deporte se tornan cada vez más
en una mercancía, y donde se construyen grandes circos mientras en gran
parte de la humanidad cada vez hay menos pan.