Tele por un tubo

[Ramiro Cabana]

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La siesta con la tele puesta

Telefilme y estupidez son sinónimos. Esa verdad absoluta nos conduce a una de las grandes cuestiones metafísicas de nuestro tiempo: ¿qué ver a la hora de la siesta? Un par de entregas atrás de esta fabulosa columna descubrí para toda la humanidad conectada a la red, y también para los amigos de esa humanidad que no tienen conexión ni acceso a un cibercafé, que la serie Al salir de no sé dónde es un injerto ideológico extraterrestre introducido en la televisión terrícola para ir, según me informó en exclusiva un jefe marciano, allanando el terreno para la invasión de nuestro bonito planeta.

Habiendo establecido el carácter quintacolumnista de esa serie, resurge la pregunta metafísica antes enumerada: ¿qué coño dan cuando no dan ciclismo, ese formidable somnífero que yo nunca me pierdo? Incluso mi chavala suelta el mando a distancia como si estuviese apestado y me deja con el Giro, el Tour o la Vuelta, dependiendo de si es primavera, verano U otoño. Pero como ahora es invierno, y no hay ciclismo, tenemos que conformarnos con una programación sestera que no sé de que culo sale pero que analizo (¿lo pilláis, analizo?) (lo siento, acabo de levantarme de la siesta con el timbrazo del inalámbrico, era Taracido para recordarme que hoy es día de entrega) a continuación:

En La Primera, echan una telenovela. Probablemente llevan diez años con la misma, pero mi constitución física, aunque de enorme belleza, no me permite constatarlo. La única vez que la puse, me dio un ataque de diarrea que obligó a mi médico de cabecera a replantearse su vocación. Creo que ahora pide limosna en Marbella.

La Dos. La mayoría de la gente cree que los documentales de bichos son cultura. PUES NO. Los documentales de bichos son un invento para timar precisamente a quienes creen que los documentales de bichos son cultura. Si dejo el volumen lo suficientemente alto como para que apenas se oiga el rollo que suelta la meliflua voz del narrador de documentales de bichos — que siempre es el mismo — puedo hacer una siesta a pata suelta que te cagas. Y sin necesidad de que tengas que largarte de mendigo a Marbella.

Antena Tres. Betty la fea. Ya son dos los médicos cuya vocación he revocado en dirección a la mendicidad por medio del antes descrito ataque de cagalera. También he vuelto a mi peso ideal y mi chavala está contentísima. Otra ventaja: los pantalones de hace cinco años me cierran: ahorro una pasta gansa. Programa, por tanto, muy recomendado para aquellas personas que padezcan de una incipiente barriga de la felicidad. Si la lleváis ya bastante avanzada, poned La Primera.

Telecinco. Extraterrestres. De esto ya hemos hablado.

Autonómicas. Aquí me llegan Canal 9, Punt Dos ( la segunda del 9) TV3 y Canal 33 de Cataluña.

En Canal 9 sueltan la versión diaria y sestera de Tómbola, intitulada, queridas amigas personas lectoras, Tela marinera. Bien, pues más famoseo. ¿Os habéis fijado que cada vez que os recortáis los pelos del culo, de entre la basurilla que queda, pelillos, lingotes de mierda seca y otras delicias, sale un nuevo famoso? Vamos, el otro día, mientras me acicalaba para que mi chavala me siga amando como es su deber sagrado, me encontré entre los pelillos, etc. a un tío que decía que tenía una exclusiva y lo eché al puto retrete antes de que me pudiese contar de qué iba la cosa. Tuve que tirar de la cadena varias veces y vino la policía ecológica a interrogarme por lo de los vertidos tóxicos en el Ebro.

Punt Dos. Aquí echan Joc de paraules, uno de esos concursos diseñados para enseñarle un poco de vocabulario al personal. Por ejemplo, hoy aprendí que en valenciano aterrar no significa sacarle a alguien la mierda de un susto sino aterrizar, o sea dar con el avión en una torre de cuatrocientos metros de altura.

Ya veis que no dejo de hablar de mierda, pero es que la tele a la hora de la siesta es UNA PUTA MIERDA. No es culpa mía. Me aliso las arrugas, me relajo (ooommm) y continúo.

TV3, La Primera de Catalunya, presenta El cor de la ciutat. Quien no entienda ese título que se compre un diccionario, que los hay para todos los bolsillos y para la mayoría de los cerebros. No sabría muy bien explicaros de que va este culebrón cuatribarrado porque es un somnífero tan potente que rara vez llego más allá de los títulos de crédito. Sin duda una sabia decisión por parte de mi esbelto cuerpecillo.

Canal 33 es la 2 pero en catalán, lo cual quiere decir que aquí también dan documentales de bichos, pero en catalán. Hoy echaron Planeta animal, una serie que no, no trata sobre los adolescentes, aunque el título aluda directamente a ellos y a lo que a algunos les da por llamar su “comportamiento”, que no es otra cosa que la imbecilidad en acción, sobretodo cuando alegan que tienen derecho a ponerse hasta el culo en medio de la calle armando un escándalo de mil demonios y no dejándome dormir el sueño de los justos que yo tanto merezco. La ONG Imbéciles sin fronteras se dedica a la promoción del calimocho en los países en vías de desarrollo (eufemismo que significa los más jodidos).

Canal Plus. Norma es de esta columna no hablar de cualquier programa que no se emita en abierto. Por lo cual podemos hablar perfectamente de Lo más plus, ESA PUTA MIERDA. Desde aquí lo certifico (doy diplomas y todo): aquel que vea este programa es tonto. O tonta. Vosotras mismas. Durante toda la emisión de este programa (sic) debería de haber un letrerito en la parte superior izquierda de vuestras pantallas que pusiese PUBLICIDAD. Es la única forma de justificar su presencia en nuestras pantallas de plasma.

Bien. Ahora ya lo sabéis: la hora de la siesta NO es para ver la tele, ES PARA DORMIR. O para follar, o salir corriendo al curro o a buscar curro o lo que sea. Así que dejad en paz el mando y felices sueños. O lo que sea.

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