Revista poética Almacén
Tele por un tubo

[Ramiro Cabana]

Otros textos de Tele por un tubo


Al salir(se) de quicio

PREGUNTA: ¿Por qué los colores en las teleseries españolas son siempre tan brillantes, tan de telecomedia, sea cual sea el tema de la serie?

RESPUESTA: Ni puta idea.

Mi chavala está muy, pero que MUY, orgullosa de mí. Tanto que incluso se ha tomado la molestia de leer un par de entregas de esta exhuberante y frondosa columna. Tanto que incluso me ha dejado besarle los pies en agradecimiento a su condescendencia. TANTO que incluso me ha sugerido un tema para esta quincena. “¿Por qué no das un repaso a las teleseries españolas?”, me ordenó. Y yo quiero obedecerla. ¡PERO NO PUEDO!

Vosotros sois testigos de la cantidad de mierda que me he tragado por medio de la pantalla de plasma que pule y da ornato a esa pared del palacete por la que tanto afecto siento. Vosotros sois testigos del Sansónico esfuerzo que hago cada quince días para informaros de lo que hay que ver. ¡Y lo que hay que ver! Si el juez os lo pregunta algún día, le podréis decir, sin mentir, que yo, YO, le he dado las mejores quincenas de mi vida a Almacén. ¿Y cómo me lo agradece el ínclito Marcos Taracido? Pues enviándole un correo electrónico a mi chavala en el que le sugiere que me sugiera un tema para MI columna. ¿Os podéis creer semejante infamia? ¿Tratar de llegar a mi sobreorgullosa persona por medio de la Reina y Señora de todo mi pasado, mi presente y mi futuro?

¡NO LO CONSENTIRÉ!

Y podéis tenerlo por seguro, fieles personajes lectores, que YO, UNIDO, JAMÁS SERÉ VENCIDO.

¿Queda claro?

Bien. En esta ocasión, hablaremos sobre Al salir de clase que es, sin que quepa la menor duda por el recto de una gallina virgen, la MEJOR de las teleseries españolas. ¿Que por qué? Pues porque es la única serie que ha logrado hacerse con los servicios de un equipo de guionistas venidos de otro puto planeta, por eso.

No, no les he pedido el carné de identidad. Todo el mundo sabe que los extraterrestres tienen medios infinitos para hacerse pasar por españoles. (Aquí entre nos, creo que el Ministro del Interior no es español). Me enseñarían una falsificación perfecta y yo quedaría con el culo al aire, y como por ahí tampoco cabe ninguna duda, es mejor dejarlo como está.

Además, los guionistas de Plutón utilizan bolígrafos con una tinta especial que si te mancha el bolsillo de la camisa te conviertes en vendedor de enciclopedias, o mucho peor, en columnista para ese trapo independiente de la mañana que lee Ijalba, con su cafelito y sus magdalenas, muy Proust, él, antes de entrar a la oficina. Todo esto lo sé de buena tinta, creedme.

Uno de los problemas principales con los que debe enfrentarse un guionista que no es de este mundo es con el de la edad. En otros planetas, el tiempo no es lo mismo que en España; aquí, por increíble que le parezca a quien haya sufrido una cola en Correos desde la privatización, el tiempo pasa mucho más rápido. Cuando uno se da cuenta, ya le están cantando chorradas mientras le plantan delante una tarta con cuarenta y tantas velitas, ¡y uno sigue viviendo en casa de los padres!

En los demás planetas, sin embargo, los adolescentes ya viven en tremendos pisazos antes, incluso, de su primer contrato basura. Y la influencia de esas culturas extraterrestres se nota a leguas en el programa que hoy nos ocupa.

También, en otros planetas, los estudiantes lo aprenden todo mientras duermen. Al parecer, los conectan a una máquina que segrega una proteína que va dejando toda clase de interesantísimos datos en las neuronas del sujeto. Un día te timan con el cambio en euros, al día siguiente ya no pueden, porque la máquina te ha infiltrado en el cerebro la proteína que contiene la tabla del seis, y ahora eres igual que yo: ABSOLUTAMENTE INVENCIBLE.

Pues esta influencia también se nota en Al salir de clase, donde la gente sólo va al instituto a charlar y a follar con el profesorado. Y cuando salen de clase, que así se llama el engendro que hoy cubrimos, ¿qué hacen nuestros jóvenes amigos del Instituto? Pues se largan al bar.

Esto también amerita explicación. Resulta que en los bares de otros planetas no venden bebidas alcohólicas ni vienen grupos en gira promocional a cantar en playback. NO. En los bares de otros planetas venden unos líquidos que sirven para viajar en el tiempo. De esa manera, uno puede asistir a los grandes eventos del pasado y no necesita estudiar nada. ¿Que uno tiene que saberse la Revolución Francesa? Pues uno se toma un líquido compuesto en una tercera parte por una sustancia azul, en otra por una blanca y en la tercera por una roja y de repente, está uno sentado en el despacho de Robespierre viéndolo firmar la sentencia de muerte de Luis XVI. Lo mismo pasa con las ciencias. ¿Que no entiendes la teoría de la relatividad? Pues que te la explique el mismísimo Einstein.

Alguno, muy burro, se preguntará para qué beberse estas asquerosas sustancias de colorines cuando puede uno conectarse a la máquina segregadora de proteínas y saberlo todo. Muy sencillo. La máquina sólo aporta información. Pero luego hay que entenderla e interpretarla, y para esos están los líquidos de colores.

Lo malo es que los líquidos del bar sólo sirven para viajar al pasado. Si sirviesen para ir al futuro, los tomaríamos, llegaríamos al futuro, encenderíamos la tele y veríamos una serie en la que unos ancianos van al instituto. También sabríamos quién ha ganado qué y nos clavaríamos todo el dinero de todas las quinielas. Total, que los líquidos contienen un elemento que no deja viajar al futuro. Así que no os hagáis demasiadas ilusiones. Además, si no sabéis nada del resto de los planetas, callaros, joder.

Y para que el tiempo transcurra a su verdadera velocidad, podéis invertir todas las horas que tengáis a mano en cualquier gala de la Primera, que es lo mejor que da la vida. Feliz navidad.


________________________________________
Comentarios